Un caso en que cada paso obliga a múltiples pasos
Señor Director:
Lo que pueda parecer extraño en el título de esta nota no es tal sino la manera de explicar el momento argentino.
Me refiero a la información que acaba de dar el ministro de Educación; que actualmente las universidades argentinas producen 7.900 ingenieros por año, pero que necesitamos que sean 10.000. No se trata de querer regodearse con una cifra redonda así como el compadrito de algunas esquinas porteñas alardeaba poniéndose un clavel en la oreja. Lo que sucede es que hay demanda por diez mil nuevos ingenieros al año. Tanto, que actualmente muchas empresas tientan a los estudiantes avanzados con la oferta de empleos bien pagos y, de esta manera, son un factor para que tengamos unos dos mil alumnos que abandonan la carrera, porque el empleo es de tiempo completo. Y los que abandonan son los que solamente deben unas pocas materias finales, pero han aprendido lo que la empresa necesita en este momento. Consiguen lo que necesitan a un costo menor (en salario) del que pueden exigir quienes han llegado al título. La fuerza de la tentación la pueden explicar los estudiantes avanzados, que llegan a las etapas finales ya requeridos por la vida y que sienten que cada materia final es una demora que termina pareciéndoles absurda, y que suele serlo. En ese momento de hastío o desfallecimiento aparece la oferta de un empleo estable y bien pago.
Ante esa situación, el ministro dijo que ya se dispone de la partida presupuestaria necesaria para ofrecer un subsidio tentador a los estudiantes avanzados para que terminen su carrera. Quien no entienda la razón de esta oferta debe tomar en cuenta varios factores: lo que el Estado (la sociedad) lleva invertido en cada uno de ellos para que exista la carrera y que llegar al final, al diploma, no es una formalidad. No se quiere tener ingenieros para hundirlos en el anonimato de la masa laboriosa; se los quiere para que ganen la autonomía necesaria para prestar el servicio que se les requiera y tener la posibilidad de moverse libremente, en atención a las ideas innovadoras que alumbren en la praxis y que se sientan capaces de intentar. O sea, que se necesita capacidad laboral específica, pero, más que nada, inteligencia capaz de desplegar todas sus posibilidades en el campo creativo. El mundo tecnológico actual no se estanca. Incluso, es vertiginoso.
Ahora puedo explicar el título. El paso dado para salir de la crisis de principios de esta centuria, implicaba recuperar lo demorado o enajenado en los oscuros ´90 y desde los ´70. Para eso se convocó a los científicos echados al mundo porque la nueva economía no los necesitaba. Poner en marcha la maquinaria parada, no bastaba, sencillamente porque el mundo no se había detenido ni dado marcha atrás en los ´90. No, al menos, en el hemisferio norte. Había que recuperar y había que inventar. No era (no es) soplar y hacer botellas. En ninguno de los campos del trabajo y la producción.
Verdura
En General Pico se realizó la cuarta edición de Jornadas Hortícolas, convocada por el Centro Regional de Educación Tecnológica.
Se trata de que La Pampa vuelva a producir los productos hortícolas que necesita su población y que se traen desde lejos. En tiempo ya olvidado, mucho verde se producía en nuestras granjas y chacras y en los amplios patios. Ahora se puede en pequeños espacios con una nueva tecnología. Ya hay cuarenta emprendimientos y se produce el treinta por ciento de la verdura necesaria. Ayuda un robot multipropósito ideado en el Centro Regional, ya en funciones.
Fort
Murió a los 45 años. "Gay, rico, mediático, desconcertante", según una descripción.
Para una investigadora: "nuestro alter ego (otro yo) llevado a la desmesura", porque "hacía culto del cuerpo, de la banalidad, de la exhibición de obscenidades de la vida privada".
Puede que haya existido como una advertencia.
Jotavé
Artículos relacionados