Martes 24 de junio 2025

El amor y su mala relación con el seso

Redacción 28/03/2013 - 04.01.hs

Señor Director:
Del amor mucho está dicho, como es comprobable si se entra en el repertorio de frases famosas.
También se ha dicho mucho acerca de la conflictiva relación entre ese sentimiento y el seso o razón. El caso es que la conducta humana tiene dos amos, de los cuales el fondo pasional es más imperativo y se sobrepone a la razón. La pasión hace oídos sordos a las razones del seso y en rara ocasión frena el impulso. Las situaciones de la pareja humana y su relación estrecha, ante la necesidad de prolongar la vida, llevan ahora a exigir legalmente que haya acuerdo de voluntades, pero la tradición de más antigua data parece indicar que, a falta de acuerdo, una de las partes impone la ley del más fuerte: eso que los latinos decían "quia nominor leo" (porque me llamo león). Hemos codificado las razones para imponer el acuerdo de voluntades, pero ni eso impide que los individuos, ante el desacuerdo o la resistencia, hagan lo que luego llamamos "locuras".
El lector ha podido pensar en este viejo tema al tomar conocimiento de las noticias de cada día. Al repasar nuestro diario del miércoles 20 encuentro, entre otros, el caso del hombre de Caleufú que fue hasta General Pico para intentar que se reanudara la relación con mujer de esa ciudad, para tropezar con su negativa. En esa situación, optó por raptarla. No lo hizo de a caballo, como el gaucho de nuestras pampas, sino desde su auto. Será menos folklórico pero parece más ventajoso. Las estampas (imaginadas) de la edad de piedra dan por entendido que cuando el troglodita necesitaba mujer, iba hasta donde ésta se hallase, la tomaba de los pelos y se la llevaba a la rastra. No parecía importarle que llegase magullada a la gruta. Tampoco hay constancia de que tales uniones pasaran del momento, porque en tiempo de cazadores trashumantes ese requisito era un impedimento. La mujer iría probablemente a la par del hombre en los primeros días o meses, pero luego quedaba atrás, porque debía atender los requerimientos de la gestación y la cría de la descendencia. El hombre podía volver o no volver. En esa situación, la mujer debió arreglárselas para asegurar su sustento y el de su cría y por eso, se dice, inventó el cultivo de plantas y dio origen a la agricultura, que provocaría un cambio importante en aquella agrupación humana, favoreciendo el sedentarismo. En Moby Dick hay un relato de una etapa posterior, en la que unos varones que se han quedado sin caza y sin enemigos, salen temprano, sin embargo, y permanecen durante toda la jornada en algún lugar alejado, simulando artes de caza y de guerra, en tanto que la mujer se encarga de todos los quehaceres, incluso para dar de comer a los frustrados guerreros. La historia no es amable con el varón cuando quedaba sin su quehacer tradicional: era frecuente que optase por mantener la actitud y las exigencias del cazador y del guerrero para prolongar el beneficio de esa situación.
Tampoco lo imaginado ni los relatos, que no siempre son leyendas, acerca del lejano pasado de la pareja humana, dan noticias acerca del comportamiento de los familiares de la mujer. Se sabe sí que en tiempos más próximos la familia más bien se congratulaba que la mujer fuese llevada, aliviando el peso del número en la economía familiar, a veces porque recibía ciertos bienes. En Gral. Pico, en cambio, los familiares del raptor salieron tras de él y favorecieron que la mujer se soltara y se arrojara del auto, liberándose.
La noticia de esta actualidad de la pasión, que se sobrepone al amor, pero se ve limitada por el cariño paternal y fraternal y por la decisión de la mujer (afronta un riesgo grande al arrojarse del auto), no termina con lo dicho. En efecto, se nos hace saber que el frustrado raptor será juzgado en los términos de la ley 26971. Aunque no cometió femicidio, esa ley prevé situaciones como la del rapto y agrava la penalidad. Por una vez parece ganar la legalidad, hija dilecta de la razón.
Atentamente:
JOTAVE

 


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