Martes 20 de mayo 2025

Egoísmos feudales en los "hermanos"

Redacción 26/04/2016 - 04.49.hs

El lanzamiento del plan ganadero por parte del gobierno provincial llegó con una insólita revelación. El propio titular del Poder Ejecutivo puso en duda las verdaderas motivaciones de la barrera del río Colorado que impide a La Pampa comercializar carne con hueso a la región patagónica ubicada al sur de ese curso fluvial.
Mencionar con nombre y apellido a un funcionario del gobierno rionegrino es demostrativo de que el Centro Cívico tenía datos certeros del lobista, pues hubiera sido muy arriesgado citarlo sin un respaldo riguroso. A las pocas horas llegó la confirmación y el funcionario aludido tuvo que reconocer ante los medios que, efectivamente, tiene negocios privados en el mercado de la carne y es proveedor de ese producto en el área en cuestión. Pero el mandatario pampeano amplió su denuncia al revelar que fue relegado de reuniones realizadas en el ámbito patagónico con el ministro de Agricultura de la Nación por presiones de Río Negro y Chubut a pesar de que existe el compromiso de ese funcionario de abrir la por ahora inexpugnable muralla a la carne de asado pampeana.
Paradójicamente, la ubicación de nuestra provincia en el centro geográfico del país parece más un obstáculo que un hecho favorable a partir de la discriminación que sufre por parte de sus vecinas hermanas. No es el primer desaire que llega desde el sur. Debe recordarse que a la hora de discutir el uso de los caudales del río Colorado, cuya regulación se realiza por un tratado con rango de ley firmado por las cinco provincias condóminas y Nación, La Pampa quedó atrapada en el medio de dos jurisdicciones que decidieron defender sus intereses con estrechas miras provincianas y sin la mínima inquietud por la integración del territorio nacional. Por una parte, Mendoza pretendió resolver por sí sola el manejo de una presa (Portezuelo del Viento) sobre un tributario del Colorado sin contemplar los perjuicios aguas abajo. Y por la otra, Río Negro pergeñó una ley provincial que contradice la ley nacional que le dio vida a aquel tratado, para bloquear el trasvase de un modesto caudal del río Negro al Colorado, tal como está establecido para compensar las pérdidas de escorrentías y no perjudicar a los abajeños. Recordemos de paso que la principal explotación bajo riego -y bajo riesgo frente a estas desinteligencias- se encuentra no en nuestra provincia sino en territorio bonaerense.
Este lamentable antecedente parece tener la misma raíz del problema que se observa ahora con los obstáculos burocráticos que impiden a La Pampa una legítima aspiración: comercializar uno de sus productos emblemáticos, la carne, en un territorio, la zona patagónica, a la que pertenece por ley desde hace décadas.
El carácter de provincia "pequeña", con muy baja densidad poblacional y conocidas limitaciones en su desarrollo industrial no parece conmover a nuestros vecinos quienes, cual feudos cerrados, priorizan intereses subalternos con inexplicable indiferencia al desarrollo integral de la economía del interior del país.
Es de aguardar que esta vez la Nación no se abstenga de intervenir en favor del interés general ni abandone a su suerte a nuestra provincia.

 

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