Martes 10 de junio 2025

Señales diversas acerca de Europa y lo regional

Redacción 16/02/2017 - 01.51.hs

Señor Director:
Nuestra región está atenta a lo que pueda acontecer este domingo en Ecuador, donde se decide si el proyecto regional (Unasur, Mercosur...) sufrirá un nuevo traspié o si se mantendrá en uno de sus baluartes.
El hecho de que el presidente Correa no pueda ser candidato ha abierto una posibilidad a la tenaz oposición neoliberal, alentada por los sucesos de Argentina y Brasil, la debilidad de Venezuela y el acontecer mundial que favorece a los partidos de derecha. Alianza País, el partido en el gobierno (liderado por Correa), ha depositado sus esperanzas en Lenin Moreno, que ha sido un eficaz colaborador de Correa, pero que no tiene el mismo ascendiente político que el actual presidente. Dos candidatos conservadores de orientación neoliberal acuden con chances a esta confrontación. El gobierno afronta las consecuencias de la baja de precio del petróleo, su fuente importante de recursos.
Lo que se observa hoy en el escenario político es la mundialización de las tendencias, con el neoliberalismo en ascenso y con algunos indicios de una reacción de los partidos que destacan la voluntad de integración regional. En España, el II Congreso de Podemos dio un amplio triunfo a su principal líder, Pablo Iglesias, sobre quien ha sido hasta ahora su segundo, Errejón, que por votos, quedó relegado a un tercer lugar, no obstante lo cual el congreso dio claras señales de oponerse a toda división y a favor de consolidar a esta fuerza de izquierda democrática emergente, que ya tiene cinco millones de votos y ocupa el tercer lugar después del PP en el poder y del PSOE que era, hasta la última elección, el segundo. Las encuestas actuales prevén que Podemos ya ha reemplazado a la socialdemocracia. Errejón quería buscar alguna manera de unir fuerzas con el tradicional socialismo (criatura de otro Pablo Iglesias) y con el resto de las izquierdas, mientras que el Pablo Iglesias de Podemos mantiene su preferencia por apoyarse en las organizaciones sociales para diferenciarse de los partidos históricos, que sufren el desprestigio de la política, sobre todo por la magnitud de la corrupción en el PP.
En Francia habrá presidenciales en dos meses y las chances favorecen hasta el momento a los partidos de derecha y extrema derecha. El socialismo actualmente en el poder giró hacia la izquierda al imponer como candidato a la presidencia a Benoit Hamon, un diputado de esta tendencia, pero éste ni siquiera tiene, hasta hoy, el apoyo unánime de su partido y sus chances de unir a la izquierda no socialdemócrata parecen muy escasas. En Alemania, que es la otra potencia importante en Europa, la Merkel se mostró flexible al apoyar al candidato socialdemócrata, Frank-Walter Steinmeier, para el cargo de presidente (ella es primera ministra). Steinmeier ganó la elección con holgura y será un aliado para procurar que subsista la Unión Europea y para que la actual alianza confirme a la Merkel y su política. El problema para esta región es que los partidos de derecha pueden ganar la presidencial en Francia y comprometer a la entente que hace fuerte a la UE.
Se advierte que pongo en el mismo cuadro a la parte latina de América y Europa. Lo hago porque, con diferencias de escala, el problema político básico es el mismo. Vivimos tiempos de globalización. Lo que le falta ahora a nuestra tendencia a la regionalización es que México resuelva su propio problema con Estados Unidos (agudizado con Trump) y deje de sentirse parte del norte relegando su identidad real con el sur del continente. El actual presidente mexicano, Peña Nieto, está indeciso (hay mucho comprometido con los Estados Unidos), pero viene siendo repudiado con manifestaciones públicas y su aceptación, que era del 50 por ciento al ser elegido, ha caído al 10 y sigue en baja. Trump dice que ya están diagramando el muro, pero se sabe que se le hace difícil lograr que se acepte su altísimo costo.
Atentamente:
Jotavé

 

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