Martes 07 de mayo 2024

Calle y Parlamento son el preanuncio de nuevas confrontaciones

Redacción 09/02/2024 - 00.38.hs

Quedó expuesta la fragmentación política y la falta de experiencia, incapacidad e ignorancia del oficialismo. En paralelo la justicia puso límites al protocolo antimovilizaciones. Derrota política completa.

 

Eduardo Lucita *

 

Tanto la calle como el Parlamento se han convertido en los centros neurálgicos donde se está dirimiendo la disputa por la ofensiva desatada por el capitalismo, y han sido los artífices de la actual derrota política del gobierno, de consecuencias imprevisibles.

 

En el Congreso, fueron decisivos los bloques de los diputados “dialoguistas” y de los radicales que, ansiosos de garantizar gobernabilidad, primero firmaron un dictamen sin prácticamente conocer su contenido, luego aprobaron el proyecto de ley en general para finalmente ante cambios no consensuados en el articulado amenazaron no votarlos y el oficialismo ante la segura derrota mandó el proyecto nuevamente a comisión.

 

En tanto, los bloques del peronismo y de la izquierda anticapitalista se oponían rechazando de raíz el contenido de la ley.

 

Mientras, en la calle se denunciaba el contenido del ajuste, el carácter desregulador del decreto de necesidad y urgencia y la reconversión de la economía y la política contenidas en la llamada Ley Ómnibus. El enfrentamiento físico en las calles se centró en desconocer el inédito protocolo antimovilizaciones que pretende imponer la ministra de Seguridad, con un despliegue de fuerzas represivas inédito y totalmente desproporcionado frente a manifestaciones pacíficas, con continuas provocaciones policiales buscando que la confrontación estalle para justificar el despliegue.

 

El 24E y sus proyecciones.

 

La convocatoria de la CGT ha tenido una amplitud extraordinaria, acorde a la amplitud del ataque al pueblo trabajador que se corporiza tanto en los discursos como en las iniciativas y atropellos del gobierno.

 

La ofensiva gubernamental puso a la defensiva a vastos sectores de la sociedad, lo que impulsó a la central obrera, rápida de reflejos, a convocar a una acción unitaria, con las dos CTA’s y los movimientos sociales. Fue explicada por Héctor Daer, uno de los tres secretarios generales: “La CGT adoptó la decisión de cruzar los umbrales de lo estrictamente sindical para incorporar a esta batalla a otros sectores”.

 

¿Cuál ha sido el alcance del paro, el grado de adhesión? No lo sabemos, no hay porcentajes ni estimación alguna. Es así porque la decisión de parar fue tomada “desde arriba”, sin consulta alguna a las bases. Simplemente como forma de presión frente a un gobierno que no los llama a negociar. Por otra parte, estamos en pleno período estival, con actividades totalmente en receso. Muchas fábricas están de licencia anual y también porque no pocas ante la falta de insumos de importación decidieron adelantar las vacaciones. Si le agregamos la alta informalidad existente, es comprensible que el paro no tuviera la contundencia esperada. Así y todo hubo vastos sectores donde el paro se hizo sentir, como aeronáuticos, camioneros y gremios del transporte, aceiteros, neumáticos, mecánicos, siderúrgicos…

 

Sí fue contundente la movilización, que tuvo un carácter federal, se registraron concentraciones en más de 50 ciudades. Las estimaciones más serias hablan de un millón de personas en todo el país, con epicentro en Ciudad de Buenos Aires, donde concentraron entre 200 y 250.000 personas. Con fuerte protagonismo sindical, acompañado por un extenso conjunto de movimientos y el regreso de las Asambleas Barriales (claros reflejos del 2001). No hubo votantes de Milei, solo de ciudadanos que votaron otras opciones. Se necesitará una mayor maduración política para que la situación permee en los sectores que votaron a LLA buscando un cambio, aunque no se lo definiera con precisión.

 

Solidaridad internacional.

 

Así como el “experimento Milei” es seguido con atención por las derechas extremas de todo el mundo, también lo es por las izquierdas y el progresismo que recorren el planeta. Es que ambas tendencias son conscientes que Argentina puede ser un banco de pruebas de un nuevo modelo de gestión social, presidido por las grandes corporaciones.

 

Se explica así el regreso del “internacionalismo proletario” bajo la forma de concentraciones frente a las embajadas argentinas en varios países europeos y también de nuestra América. Mientras, las Confederaciones Sindicales de las Américas y Sindical Internacional adhirieron al paro, lo que muestra que más allá de los rasgos nacionales, el “problema” de las extremas derechas trasciende las estrechas fronteras de los Estado-Nación y se globaliza, por lo que la respuesta deberá también ser global.

 

¿Y ahora qué?

 

Luego del debate más extenso en 40 años, Diputados aprobó en general la Ley Ómnibus, un triunfo pírrico del gobierno que días después trocó en derrota. El tratamiento de la ley volvió a comisiones y su futuro es incierto. Quedó expuesta la fragmentación política y la falta de experiencia, incapacidad e ignorancia del oficialismo. En paralelo la justicia puso límites al protocolo antimovilizaciones. Derrota política completa. La izquierda anticapitalista jugó aquí un papel determinante.

 

La interacción de la resistencia en las calles y en el parlamento fue decisiva, mientras que el paro y las masivas concentraciones del 24E pusieron en el centro del escenario político la enorme potencialidad del movimiento obrero popular.

 

Es solo el preanuncio de nuevas confrontaciones.

 

* Integrante del colectivo EDI (Economistas de Izquierda).

 

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