Sabado 27 de abril 2024

Claros indicios

Redacción 24/01/2024 - 01.25.hs

Estos días de locura y mendacidad por parte de las autoridades nacionales han hecho que vuelvan a aparecer instituciones que exponen la solidaridad y resistencia de la gente: acaso el mayor ejemplo sean los llamados “desayunadores”, esos sitios donde la comida es mucho más que un desayuno y que mitigan el hambre de mucha gente. Precisamente, el referente de uno de estos organismos ha dicho, en una acertada síntesis, que los mismos “funcionan como un termómetro de la situación económica”, dando ejemplos que cimentan esa afirmación.

 

Quizás estos altos ejemplos de solidaridad sean elocuentes en su significado más inmediato, pero es indudable que mueven a una reflexión más integral y más profunda respecto a qué pudo llevar a nuestro pueblo argentino a una situación semejante. Porque no nos engañemos: estamos en la orilla de una catástrofe inducida por ideologías y poderes con mentalidades retrógradas, cuyo únicos valores son el dinero y las ganancias.

 

Es sabido que los medios masivos de comunicación tienen una influencia muy poderosa sobre la generalidad pero ¿tanta como para llevar a que millones de personas crean y se dejen llevar por proyectos políticos quiméricos, cercanos al pensamiento fascista y regidos por la mendacidad para con los que menos tienen?

 

¿Qué pudo llevar, en definitiva, a aquel “país de las vacas y el trigo”, reconocido hasta por el Primer Mundo en cuanto a la calidad de su educación y los productos que generaba, a este espantajo vestido de incapacidad y despojado de cualquier sentido humanitario, postergándolo por una visión absolutamente economicista, endeudado y con una inflación monstruosa que el gobierno no hace más que alentar en su concepción económica y financiera de la llamada “escuela austríaca”?

 

La misma opinión extranjera se muestra desconcertada al analizar lo que han dado en llamar “el caso argentino”. Les resulta imposible de comprender cómo es posible que la gente que endeudó muy malamente al país vuelva a tener las riendas de la economía y aplique las mismas concepciones… Se advierte que hasta los mismos representantes legislativos han agachado la cabeza ante el absurdo gubernamental, evidenciando de paso su falta de capacidad y/o ética para esos cargos.

 

¿Un ejemplo? Algunos días atrás una senadora nacional, ante los evidentes reclamos del hambre popular, no encontró nada mejor que decir que “hay que dejar gobernar a las autoridades”.

 

Cierto que la reciente y muy representativa reunión de Davos evidenció a los extranjeros una pauta sorprendente: la exposición del presidente de la Nación mostró a las claras la acción de un mandatario desequilibrado en sus concepciones políticas, sociales y económicas. Tanto fue así que algunos pasajes de ese discurso parecían extraídos de teorías y concreciones vigentes en los siglos XVIII y XIX, expresadas en el fondo pero también en la forma del mensaje. Curiosamente, o no tanto, esas concepciones parecían calcadas de las que promovía el presidente de Brasil un par de años atrás y que habían llevado a ese país a una desconsideración por parte del resto del mundo.

 

Las reflexiones anteriores –un mínimo de todo lo que se podría decir— apuntan a un diagnóstico innegable respecto a qué se puede hacer… La huelga general programada para este miércoles es un claro indicio de cuál es el rumbo de la lucha popular, ya exhausta en su carencia de lo elemental para vivir. La falta de empatía gubernamental con los intereses de la gran mayoría del pueblo es más que evidente. ¿Se mantendrá?

 

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