Martes 22 de julio 2025

El voto blando en la encrucijada

Redacción 22/07/2025 - 00.14.hs

A diferencia de los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández, la gestión de Javier Milei puede mostrar un “logro” económico. La inflación volvió a los niveles que tenía Cristina sobre el final de su segundo mandato. Son cifras que en aquel momento eran presentadas por la derecha como sinónimo de catástrofe y que ahora, paradójicamente, son un éxito.

 

La situación era incomparable. En 2015 la Argentina tenía una inflación mensual entorno al 2 por ciento. Eso convivía con el salario en dólares más alto de Latinoamérica, una clase media pujante, y la participación de los trabajadores en el PBI más alta de las últimas décadas.

 

El gobierno de Milei sostiene que para lograr esa misma inflación tuvo que pisar las paritarias, pulverizar las jubilaciones, quitarles los remedios a los enfermos de cáncer; mandar a los médicos del Garrahan a ser cosplayers como Lilia Lemoine.

 

El electorado argentino tiene desde hace años una estabilidad consistente. Se vio con claridad en las últimas dos elecciones presidenciales. En 2019 Mauricio Macri sacó el 39% de los votos. Logró ese resultado luego de un gobierno que duplicó la inflación, creó cinco millones de nuevos pobres y asumió la deuda más grande en la historia del FMI. Cuatro años después, Sergio Massa, ministro de Economía de un gobierno peronista que terminaba con una inflación superior al 100%, consiguió 38 por ciento. Son los núcleos duros de un antagonismo que lleva décadas de estabilidad en la Argentina: peronismo-antiperonismo.

 

Milei es el nuevo cacique del mundo antiperonista tras derrocar a Macri. Difícilmente saque menos del 35% a nivel nacional en octubre y lo mismo puede esperarse para el siete de septiembre en la elección bonaerense. Tiene garantizado el respaldo del núcleo duro antiperonista.

 

Pero el interrogante no es por los núcleos duros. Es el 25% del electorado que oscila. Es el que votó a Cristina en 2011, a Macri en 2015, a Alberto en 2019, y a Milei en 2023. Sobre ese sector recaen dos preguntas: ¿pensarán que Milei tuvo un logro al bajar la inflación y por lo tanto puede tener otros? ¿Sentirán que de nada sirve que baje la inflación si el sueldo no alcanza y en su entorno cada vez hay menos trabajo?

 

Es la encrucijada a la que se enfrenta también la clase media, castigada por el gobierno nacional en todos los frentes: tarifazo, aumento de las prepagas, los colegios, ajuste en la universidad pública, incremento sideral de la comida.

 

Un dato casi de color: la pizza es más cara en Buenos Aires que en Tokio. Los siguientes números son de páginas oficiales: una muzzarella en Pizza Strada, en la capital japonesa, cuesta 18 dólares. En cualquiera de las pizzerías de la Avenida Corrientes sale arriba de 20 dólares. El salario promedio en Tokio es de 3500 dólares mensuales, unos cuatro millones de pesos. ¿Quién gana eso en la Argentina de Milei? El último informe de distribución del ingreso elaborado por el Indec en junio de este año indica que el 90% de la población cobra por debajo de un millón de pesos mensuales. (Por Demián Verduga, en tiempoar.com.ar)

 

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