Empanadas con mate amargo
Una amarga semana gastronómica le tocó transitar al gobierno nacional. Empezó con la comparación del costo de vida tomando como base a una docena de empanadas y terminó con una protesta de productores yerbateros frente a la hermana del presidente.
Fue curiosa la reacción del ministro de Economía, Luis Caputo, que en su intento por salir a retrucar las declaraciones de Ricardo Darín apenas atinó a consignó que el costo citado era demasiado alto y que la intención del actor era “hacerse el nacional y popular”, como si eso fuera un aspecto negativo. El mensaje del funcionario pareciera ser que si ese objetivo no era el correcto, lo bueno como gobierno sería ser exactamente lo contrario, es decir “antinacional” y “antipopular”. A juzgar por los hechos, lo estarían logrando.
Una gira con repudio.
Un ejemplo claro lo tuvo a final de semana la hermana del presidente, quien viajó a Misiones acompañada por el sobrino de un expresidente, portador de un apellido ligado también a las ideas del liberalismo vendepatria. La impopularidad la vivieron en carne propia en Oberá. Productores y trabajadores los repudiaron y les tiraron hojas de yerba a los dirigentes libertarios que llegaron en campaña.
Es que la cosecha de yerba mate se desplomó durante el primer trimestre de 2025. Algunos datos preliminares del sector marcan que la producción cayó más de un 30% en comparación con el mismo período del año pasado. De este modo, la crisis golpea con fuerza en Misiones y Corrientes, las provincias que concentran la mayor parte del cultivo, donde los productores decidieron no cosechar ante una ecuación económica inviable.
Tras la complicada experiencia, las autoridades nacionales deberán elegir con cuidado los próximos destinos, porque tal vez les arrojen objetos más contundentes. ¿Qué les tirarían si vienen a La Pampa? Tal vez, unos huesos de costillares que no pudieron pasar hacia el sur.
Un bache presupuestario.
Como si fuera pocas las malas noticias, ahora resulta que las nuevas licitaciones de las rutas van a incluir cabinas de peaje para ampliar los cobros. Por ejemplo, está planificada la instalación en la ruta nacional 5, a la altura de Lonquimay. ¿Cuál sería la contraprestación? Si ni siquiera están cortando el pasto de las banquinas y no reparan un solo bache. ¿O dejarían de cobrar los impuestos que se los quedan para hacer caja y no vuelven en forma de mantenimiento? Para ejemplo, alcanza con citar que hace tres meses que no pueden arreglar el corte de la ruta nacional 35 que va a Bahía Blanca.
Mientras lanzan estas iniciativas privatizadoras, siguen recortando fondos en organismos oficiales y crecen las movilizaciones. Reclaman desde el INTA y desde Vialidad. También desde las universidades y los centros de salud, que se suman a la ya eterna protesta de los jubilados.
No hay respuestas positivas para ninguno y quedan pocas esperanzas a la hora de pensar en quiénes pueden garantizar los derechos de los artgentinas.
Los tres poderes nacionales dejan bastante que desear. La justicia lo simbolizó con el “Caso Maradona”: una vergüenza internacional. El Congreso, con parlamentarios que cambian de postura a cada rato para favorecer al gobierno con vetos, abstenciones y ausencias, tampoco dan el ejemplo. Y el Poder Ejecutivo, manoteando recursos de provincias, tomando préstamos impagables, fugando divisas y estafando con las criptomonedas, no da muestras de buscar el bienestar general.
Pero como no pueden tapar todos los males que aparecen por doquier, se molestan cuando alguien los cuestiona alguien que tiene el prestigio internacional de Darín, que encima viene de encarna a un personaje que simboliza la lucha colectiva y eterniza en una serie frases tan significativas como que “nadie se salva solo” y que “lo viejo funciona”.
Con la complicada situación que se está viviendo, hasta comer más o menos bien se complica. El asado con o sin hueso, al norte o al sur de la barrera del río Colorado, está cada vez más inaccesible. Solo da para comprar cada vez menos empanadas y acompañar con un mate amargo y cada vez más lavado. Más allá de las críticas aisladas, solo queda pensar en la unidad de un pueblo movilizado para frenar semejante desastre.
DANIEL ESPOSITO
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