Viernes 03 de mayo 2024

Falsas consideraciones

Redacción 22/04/2024 - 00.15.hs

Hace un par de meses, en una conversación detallada pero informal, un integrante de una ONG pampeana se sinceró diciendo que “Mendoza nunca va a dejar que pase agua del Atuel” y ejemplificó su afirmación recordando los sucesivos argumentos cuyanos: negar la interprovincialidad del río; mentir en cuanto a cifras, alegar carencia suficiente de agua y, finalmente, desobedecer en forma abierta el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, concretando un proceder acaso nunca visto en cuanto a resoluciones del alto cuerpo jurídico.

 

La noticia recientemente difundida de la proyección de un documental sobre el tema que se realizara dos años atrás corrobora las palabras arriba mencionadas y vuelve a poner de manifiesto la mala fe mendocina, tantas veces señaladas no solamente por los pampeanos sino también por los más importantes medios de difusión nacionales.

 

El trabajo, titulado “Atuel, historia de un río en el desierto” fue realizado , según información mendocina, por un documentalista de larga residencia en San Rafael, relacionado -siempre según la misma referencia- con el quehacer de los más importantes documentalistas del mundo. Lo notable de este trabajo que raya en un nivel de burla para con La Pampa y la Corte Suprema, es que en esa historia del río en el desierto no aparece para nada su marcadísima trascendencia hidrográfica hasta La Pampa, donde se da -en el decir de los geógrafos- el nivel del base del curso fluvial. Para el equipo documentalista, el curso del Atuel finaliza en las cercanías de Carmensa.

 

Al respecto, es pertinente señalar que la idea que motivó ese audiovisual no es original; dos décadas atrás La Pampa concretó una idea similar: un filme que se tituló Biografía del Atuel, en el que se relevaba hidrográfica y objetivamente la trayectoria del río, pero con una diferencia: abarcaba, como era de esperar ante ese título, todo el recorrido fluvial, desde las nacientes en la laguna del Atuel hasta sus múltiples derrames en el centro-norte de nuestra provincia. El filme, promovido por el entonces reciente Canal 3 de televisión, se apoyaba en los imponentes paisajes de la alta cuenca atuelera, pero con objetividad no ignoraba los méritos del riego mendocino. Cabe señalar que la película fue muy bien recibida a nivel país y hasta se hizo acreedora a alguna distinción en el orden internacional. Pero, básicamente, fue una expresión integral de la realidad del río.

 

La repetición del audiovisual mendocino tiene una singularidad que, también, pretende darle realce al efectuar la proyección pública utilizando como pantalla el paredón del dique de Valle Grande, sobre el propio río Atuel, lo que al menos durante un rato lo convertiría en la pantalla más grande del mundo. Las décadas transcurridas sin que hubiera el menor resultado efectivo a los reclamos pampeanos da pie para considerar la obra (más allá de la calidad artística que pueda tener) como un argumento más de un abanico de falsas consideraciones que, como quedó dicho, Mendoza nunca ha desdeñado.

 

Que las autoridades revivan en estos días esa realización cinematográfica -que como se ha dicho data del año 2022- aparece como una reafirmación de los cuyanos en cuanto a que siguen considerando al río un patrimonio exclusivo, mal que nos pese a los pampeanos y -ya que estamos- a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

 

' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?