Viernes 26 de abril 2024

Gestos de sumisión

Redacción 19/03/2024 - 00.18.hs

Si algo faltaba para convencer a los ya escasos partidarios del gobierno de Javier Milei del curioso sentido que da a la palabra patriotismo, la última semana fue pródiga en ejemplos. El más sorprendente (asombroso podría decirse) es la autorización gubernamental que permite la presencia de militares de Estados Unidos en la ruta fluvial más importante del país, por donde pasan casi todas nuestras exportaciones: la del río Paraná. Esa medida, que hace trizas el concepto de soberanía, está disfrazada con uno de los palabreríos habituales, tales como “profundizar el intercambio de información entre ambas gestiones, con el eje puesto en la eficiencia y la concreción de nuevas capacitaciones en aspectos de gestión de puertos y vías navegables, mantenimiento de la navegación y equilibrio ambiental” y, claro, “aprovechar los conocimientos técnicos” de los norteamericanos. El embajador de los Estados Unidos y el representante del cuerpo de ingenieros de aquel país (nada menos…), chochos.

 

A la vista de este hecho, cobran mayor sentido las recientes declaraciones de la representante del Comando Sur norteamericano, quien aludió al agua de Sudamérica como una de las prioridades geopolíticas para su país.

 

Lo curioso es que esta cesión de soberanía no pasó, como debía, por el Congreso, ni por la Cancillería ni por las Fuerzas Armadas argentinas que, con este convenio, han quedado en una posición francamente desairada. El único que debe sentirse plenamente satisfecho es el presidente Milei, que con este acuerdo refirma su alineamiento con los Estados Unidos. Para más, semejante documento, con las amplias implicancias que tiene, fue firmado por el titular de la Administración General de Puertos, un organismo de segundo orden dentro de las jerarquías nacionales.

 

Pero hay más de estas irreverentes actitudes para con aquello que llamamos Patria y en cuya defensa y enaltecimiento se nos educa desde la infancia. En una reciente reunión de empresarios argentinos y estadounidenses, el actual ministro de Economía, Luis Caputo – quien nos endeudara por décadas y mereció el calificativo de “Messi de las finanzas” en el decir del ex presidente Macri— tuvo otro gesto de sumisión, acaso menos trascendente pero más significativo: en la solapa de su chaqueta brillaba un pin de carácter prolijo y más que singular: las banderas de Estados Unidos y Argentina entrelazadas. El sustantivo pin alude, según la Real Academia, a “una insignia o adorno pequeño que se lleva prendido en la ropa”, una frase donde la palabra “insignia” cobra un claro sentido. El habla popular es donde el distintivo, con el carácter de “marcador visual que las personas usan para guardar el contenido que les gusta”, hace a la frase más sugestiva, máxime si quien la porta es un muy alto funcionario de la Nación. Por cierto que estos pequeños adornos son comunes y variados a cualquier persona y todos tienen derecho a llevarlo, pero a un ministro sería atinente pedirle algo más de discreción o, al menos, de elegancia política.

 

Y ya que, usando una antigua frase del primer peronismo, de “vendepatrias” se trata, imposible dejar de tener presente la realidad de Lago Escondido, donde un millonarios inglés tiene vivienda y aeropuerto a escasos metros de la frontera, con detalles que lo hacen inaccesible a la justicia argentina.

 

Para usar una vieja sentencia lúdica a la vista del convenio que transgrede así nuestra soberanía, bien podría decirse: “Cartón lleno”.

 

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