Lunes 30 de junio 2025

Gobernabilidad condicionada y cooperación competitiva

Redacción 01/11/2024 - 00.17.hs

En este tiempo de fuertes tensiones geopolíticas en el tablero mundial, la gobernabilidad global está sostenida en el G2 (EEUU y China) que están condicionadas por la llamada cooperación competitiva, decisiva para la cuarta. Revolución Industrial.

 

EDUARDO LUCITA *

 

La disputa sino-estadounidense puede leerse también en clave tecnológica. En una nota anterior nos referimos a la llamada “Guerra de los Chips”, ahora nos centraremos en los “minerales críticos” y en las llamadas “tierras raras”, decisivos para la transición energética tal cual está planteada actualmente. La Agencia Internacional de Energía (IEA) estima que para el 2030 se triplicará la demanda de este tipo de minerales.

 

Lo que pone al sector minero en el centro de las energías renovables, provistas por la energía geotérmica o la mareomotriz, son los paneles solares o las turbinas eólicas. Pero no solo en la producción sino también en el almacenamiento y distribución de estas energías. Al mismo tiempo forman parte de las tensiones geopolíticas y ambientales que recorren el mundo.

 

Minerales críticos.

 

Así llamados porque los reservorios conocidos hasta ahora no alcanzarían a cubrir las demandas futuras y su escasez puede llegar a tener un fuerte impacto en la economía del futuro. Litio, Cobre, Níquel, Cobalto, Cromo, Grafito Manganeso, Zinc, Galio y Germanio son los más importantes.

 

América Latina, África Subsahariana, el Sureste Asiático y Australia son depositarios de importantes reservas de este tipo de minerales. Por ejemplo Chile, Perú y Australia concentran las principales reservas de Cobre; la República Democrática del Congo tiene las reservas de Cobalto más importantes; los reservorios más voluminosos de Litio se encuentran entre Chile, Argentina y Bolivia; mientras que el Níquel se concentra en Cuba y Guatemala; el Manganeso en Sudáfrica, que también posee reservas de Cromo junto con Zimbabue. (1)

 

Tierras raras.

 

Se trata de un conjunto de minerales, unos 17 elementos poco conocidos, que tienen un papel central en la fabricación de baterías de litio, imanes para medios de locomoción eléctricos, circuitos electrónicos, catalizadores para la industria química o turbinas para molinos impulsados por los vientos (eólicos). Distintos organismos internacionales, entre ellos la Agencia Internacional de Energía, han estimado que en las próximas décadas la demanda de estos minerales se cuadruplicaría.

 

El 40% de las reservas mundiales de estas tierras están localizadas en China, el 19% en Vietnam, un 18% en Brasil, un 4 y 6% se encuentran en la India y Australia. También tienen reservas Rusia y Canadá.

 

Sin embargo la República Popular tiene prácticamente el monopolio de este tipo de minerales, y viene desarrollando tecnologías específicas para el procesamiento de estas tierras desde los años 90 del siglo pasado. Así es que con el 40% de las reservas mundiales procesa más del 80% de las tierras raras que se utilizan en el mundo. Con esa producción abastece a diversos países, entre ellos a los que integran la Unión Europea, les provee algo así como el 90% de estas tierras que utilizas sus países.

 

Nacionalismo de recursos.

 

Hasta hace poco tiempo, lo que primaba a nivel internacional era la llamada cooperación competitiva entre las grandes potencias, pero ahora, luego de la pandemia y de la guerra de Ucrania, buscan proveerse un porcentaje de su consumo con producciones nacionales, sin que esto rompa el proceso de integración global, pero moviéndose con mayor independencia. Es el ahora llamado nacionalismo de recursos, por lo que las tierras raras se han convertido en un componente más de la disputa geopolítica.

 

Fue así cuando en 2010 China, por un conflicto territorial con Japón, restringió la exportación de estas tierras a ese país. O cuando en 2020 EEUU declaró la emergencia nacional por la dependencia de China (estimada en un 80%) para obtener las tecnologías necesarias para procesar las tierras raras que importa de Australia. El criterio central fue que esa dependencia atentaba contra la seguridad nacional del país. Con el mismo argumento la República Popular anunció en 2023 restricciones para la exportación a EEUU de ciertos minerales (Galio y Germanio) necesarios para la fabricación de chips y de tecnologías para el procesamiento de tierras raras. Como respuesta en 2024, los Países Bajos se unieron a Estados Unidos y Japón para limitar las exportaciones de equipos avanzados de fabricación de chips con el objetivo de impedir que China siga avanzando en este estratégico sector. Recientemente EEUU anunció que impondrá aranceles del 25% sobre la importación de tierras raras y de imanes procedentes de la República Popular.

 

Son solo algunos ejemplos pero que muestran la dimensión geopolítica que han alcanzado las tecnologías de avanzada en la disputa entre China y EEUU, que además son el vehículo del extractivismo desenfrenado que se desenvuelve en el sur global, haciendo centro en nuestra América y en África.

 

Esta dinámica seguramente se acelere a partir del intenso desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) que es la principal tecnología de la cuarta Revolución Industrial. Si el sudeste asiático lidera la producción mundial de semiconductores, EEUU lidera el cambio tecnológico y está a la avanzada de la IA. Contradictoriamente, o no, las grandes transnacionales estadounidenses siguen apostando por la República Popular, y acaban de participar masivamente del Foro Chino de Desarrollo Popular, donde se planteó que en una década el país anfitrión tendrá su economía totalmente digitalizada.

 

La dialéctica sobre competencia, colaboración e integración no se da por vencida.

 

* Integrante del colectivo EDI (Economistas de Izquierda).

 

(1) Argentina tiene importantes reservas de Cobre y Litio, 40% y 20% de las mundiales respectivamente. Las reservas se concentran en la zona geográfica de los Andes Centrales (provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, San Juan, La Rioja y Mendoza). Con varios proyectos en ejecución y otros que seguramente se activarán con la implementación del RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones), que otorga fuertes prebendas impositivas, aduaneras y cambiarias a las empresas que comprometan inversiones mayores a 200 millones de dólares. En aras de la transición energética no se tienen en cuenta las necesidades e intereses de los pueblos originarios, especialmente el agua.

 

(2) Recientemente, el subsecretario de Estado para el Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente de Estados Unidos visitó nuestro país y anunció una inversión de medio millón de dólares para asistir a laboratorios argentinos y una reunión vía zoom con 200 empresas, de diversos países que buscan invertir en proyectos de minerales críticos (litio, cobre, cobalto). Esta noticia se conoció, no por casualidad, el día después de la reglamentación del RIGI.

 

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