Lunes 05 de mayo 2025

Hechos inexplicables

Redacción 06/03/2025 - 00.14.hs

Tradicionalmente dentro del esquema periodístico la página del editorial es la destinada a señalar y comentar sucesos del dominio público, mayoritariamente de índole político, aunque con excepciones que se justifiquen. Ese sería el caso del hecho acaecido una semana atrás en campos de la zona de Meauco, en el centro de la provincia –y de allí este comentario— que, al menos hasta ahora puede calificarse como de índole paranormal, es decir que, según la definición académica “no ha sido explicado en términos de la ciencia actual”.

 

No es la primera vez que se da cuenta en la provincia de una ocurrencia de esa clase, y hasta podría decirse que suelen ser frecuentes los hechos inexplicables, tales como tanques de agua vaciados en una noche, animales muertos y con cortes increíbles en su traza, marcas en la tierra con formas regulares difíciles de explica. Recuérdese que varios años atrás se conoció un caso de abducción cercano a Santa Rosa, Una dilucidación efectiva, surgida de un análisis serio, hubiera sido imprescindible pero el suceso se diluyó en el trato sensacionalista que le diera un mal periodismo, especialmente el de la capital del país.

 

Sin embargo, el que comentamos, que ha tenido tanta trascendencia, tiene especiales características: una fotografía nocturna tomada en un paraje desértico, sin otro objetivo que el de reflejar un incendio de pastizales y a muy considerable distancia. Al ser ampliada por zoom, deja ver claramente la imagen de una niña con una muñeca. Algo fuera de cualquier elucidación racional.

 

Si aceptamos las circunstancias de hora y lugar que encuadran la toma (la fotografía fue entregada a la prensa y el autor ha hecho público su nombre como forma de respaldar el suceso y se descarta cualquier falta de seriedad), la ausencia de una explicación lógica deja abiertas las puertas a cualquier especulación sobre energías paranormales, presencias espirituales o dimensiones desconocidas, máxime en tiempos como el actual cuando las indagaciones de la ciencia se diría que sobrepasan el campo del asombro, como sería el caso de la concepción de un cuarto estado de la materia, recientemente comentado.

 

El toque de misterio se acentúa al considerar que hubo otra clase de sucedidos que se inscriben en la realidad de la historia del lugar o la zona, con referencias concretas: en el sitio habrían muerto dos niñas, hijas de un puestero y en el entorno es frecuente la audición de ruidos y la observación de luces que se mueven y otras clases de manifestaciones que inclinan a lo sobrenatural.

 

Abundan en la cultura popular los hechos de esta índole, inexplicables en nuestro nivel actual de conocimiento. Sucesos y tradiciones semejantes existen desde el principio mismo de la humanidad, con varios que se inscriben en los fundamentos de religiones y que con el tiempo y el misterio han adquirido la condición de sagrados, a menudo considerados milagros, algunos de los cuales hoy son pasibles de una explicación científica.

 

Precisamente la ciencia, tal como la conocemos actualmente, desconfía mucho de estos hechos, frecuentemente con razón, ya que proliferan los timadores en la materia, pero el suceso que comentamos queda abierto a cualquier análisis y sería muy interesante la opinión al respecto tanto de quienes manejan las técnicas relacionadas con la imagen como de aquellos que se mueven en el campo de la espiritualidad.

 

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