Viernes 03 de mayo 2024

Incapacidad evidente

Redacción 16/02/2024 - 00.36.hs

¿Registrará la historia algún ejemplo de una alta autoridad capaz de hacer tantos desaguisados en tan corto tiempo como los que llevó a cabo el presidente Milei? Lo más cercano en la posible comparación tal vez sea aquel presidente ecuatoriano conocido popularmente como “el Rey de Copas” dada su afición al trago en público.

 

Pero las miras de nuestro presidente son, digamos, más amplias y menos condicionadas en lo personal. Dentro del panorama internacional en poco más de dos meses agravió nada menos que al Papa, a Lula y al presidente de Colombia, con el consiguiente papelón internacional con retiro del embajador de ese país amigo. De paso rechazó a China –uno de los mayores compradores de la soja argentina y prestamista para un apuro— y cubrió de agravios a Venezuela. ¿El motivo? Eran –son—países cooptados por el comunismo o al menos por el tan dañino socialismo, inadmisible para un capitalista anárquico, tal como se autodefine. Para completar su irracionalidad y falta de equidad en el orden internacional, hizo el ridículo en la reunión de Davos, pretendiendo dar lecciones de política económica y empresarial a los emprendedores más poderosos del mundo allí reunidos. Eso sí, les remarcó que el comunismo acecha.

 

También es pertinente recordar que si había un organismo internacional al que por razones diversas a la Argentina le convenía integrar era a los BRICS, esa unión múltiple de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Por mediación de Lula nuestro país ya estaba con un pie adentro, cuando la desequilibrada mano de Milei lo sacó fuera de él.

 

Otra barrabasada fue su alineamiento incondicional con Israel, calificando a los palestinos, que luchan por su tierra, como terroristas , bailando con una rueda de rabinos mientras el ejército judío arrasaba la franja de Gaza. Tuvo una sobreactuación al llorar sobre el Muro de los Lamentos (que lo es para rezos, no para lágrimas) y, sumando esos hechos, consiguió indisponerse con la vasta comunidad árabe de Argentina.

 

El sumun: en un comunicado oficial expresó que en la entrevista privada que tuvieron, el Papa había aprobado su plan económico; semejante disparate motivó una inmediata desmentida de la cancillería vaticana.

 

Esa actuación internacional desaforada y que bordea el ridículo ya se podía intuir en las acciones al interior del país durante su primer mes de gobierno, desde la monstruosa ley ómnibus a la suspensión de la obra pública (con la consiguiente puesta en la calle de miles de trabajadores y desarticulación del aparato productivo nacional), pasando por medidas francamente grotescas, como la posible obligación de los jueces para usar toga y martillo (cualquier influencia de la cultura estadounidense no es casualidad).

 

Él mismo, que no tuvo empacho en plagiar libros, como tampoco en usar (mal) citas de próceres de la nacionalidad, impulsó desde el vamos el arancelamiento en el sistema educativo, que fuera ejemplo en el mundo. Todo esto inmerso en una evidente incapacidad de su equipo de colaboradores, que con razones falaces alentaron una inflación nunca vista en el país.

 

Pero es en el campo del ridículo donde sobresale esta persona, que está en la presidencia por el voto de la ciudadanía: desconoce absolutamente el Poder Legislativo del Congreso al punto de calificar a los integrantes como delincuentes y coimeros. Dice comunicarse con el más allá con uno de sus perros muertos (“hijitos de cuatro patas”, en su decir) y afirma tener apariciones del propio Cristo crucificado, acaso por mediación de su hermana, altísima funcionaria nacional en su condición de secretaria de la Presidencia (y en cuya tarjeta de presentación consta su mérito profesional: tarotista).

 

Y ya que de perros y ridículo hablamos: se preocupa por un alojamiento cómodo de sus mastines mientras la gente que perdió sus casas llora en las calles por no tener dónde vivir…

 

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