Infancias en riesgo, con un Estado que no las protege
El caso del pequeño Lian Flores muestra la inacción de un Estado que desmantela sus redes de protección, en un país con 1200 denuncias anuales por desapariciones de infancias y adolescencias.
IRINA SANTESTEBAN
Se cumplen hoy once días sin noticias de Lian Gael Flores Soraide, el niño de 3 años que desapareció el 22 de febrero en la zona rural de Ballesteros Sur, localidad del sudeste cordobés.
El niño es parte de una familia de inmigrantes bolivianos, con varios hijos, que trabajan en los cortaderos de ladrillos del pueblo, en un medio social de precariedad y muy humildes condiciones de vida.
Alerta.
A diferencia de Loan Danilo Peña, el niño correntino desaparecido desde junio de 2024, de quien nada se sabe hasta el momento, y en cuyo caso las alertas se activaron tardíamente, en este caso la búsqueda se inició el mismo sábado, a horas de su desaparición. Al día siguiente se activó “Alerta Sofía”, el protocolo del Ministerio de Seguridad que implica una inmediata búsqueda y localización de infancias y adolescencias desaparecidas, cuyas vidas se consideren en “Alto Riesgo Inminente”.
La importancia de esta Alerta, es que involucra tanto a las fuerzas de seguridad que trabajan en la búsqueda como al trabajo articulado entre entidades públicas y privadas, medios de comunicación y la sociedad civil. Mediante Alerta Sofía, se impulsa la difusión masiva del caso, a través de afiches, medios de comunicación, redes sociales, telefonía celular, dispositivos de las fuerzas federales, incluyendo el Centro Internacional sobre Niños Desaparecidos y Explotados (ICMEC).
Prejuicios.
Como en todos estos casos, la investigación debe indagar en el entorno familiar del niño o niña desaparecida. En el caso de Lian hubo situaciones prejuiciosas por tratarse de una familia en situación de extrema pobreza y vulnerabilidad social, como suele ocurrir en la mayoría de los cortaderos de ladrillos.
Sin embargo, la directora de la Escuela Julián Aguirre de Ballesteros negó que los niños de la familia Flores Soraide se encontraran en situación de abandono. El padre de Lian, Elías Flores, había llevado a sus seis hijos al dispensario para que les hicieran la revisación médica de rutina, tres semanas antes del comienzo de clases. Según la docente reveló al medio AireDigital de Santa Fe, los niños Flores Soraide “Nunca faltan al colegio, vienen aseados y están controlados a nivel sanitario por la familia”, y agregó que “Son familias que tienen otra forma de vida, son gente trabajadora y que no se relaciona fácilmente con la gente, porque tienen timidez y desconfianza. Pero nadie puede decir que no cuidan a los chicos”. En esa escuela las infancias tienen jornada completa, con desayuno, almuerzo y merienda.
Investigación.
Luego de seis días sin dar información, ayer la fiscal federal de Bell Ville, María Virginia Miguel Carmona encabezó un procedimiento en los terrenos aledaños a la vivienda de la familia de Lian. Con una pala mecánica se removieron cuatro montículos de tierra, en un intento de “agotar todas las posibilidades de encontrar a Lian”.
Carmona no reveló cuáles son las hipótesis en las que está trabajando la investigación penal preparatoria, ni tampoco se refirió a posibles sospechas respecto de la familia. La reserva en exponer las pistas que están siguiendo, es para no poner en riesgo la investigación, explicó. Aunque reconoció que una de las líneas investigativas es la de un posible secuestro extorsivo, para lo cual se libró un exhorto internacional.
De hecho, su participación se dio ante la posibilidad de un delito de trata de personas, del ámbito federal. Sin embargo, los fiscales del Poder Judicial provincial, Isabel María Reyna y Nicolás Gambini, continúan interviniendo en el caso.
La fiscal federal confirmó que hay camionetas incautadas, por las declaraciones de testigos que dijeron haber visto una camioneta blanca cerca del cortadero de ladrillos, al mediodía del sábado, horas antes de la desaparición de Lian. También se han secuestrado decenas de celulares, cuyos contenidos se están investigando.
Se supo que hasta el momento, los perros rastreadores no han podido seguir el olor de Lian más allá de un cierto perímetro cercano a su vivienda. Casi se ha descartado la posibilidad de que el niño se haya perdido en algún campo aledaño al cortadero, pues ningún rastrillaje ni rastreo canino lo ubica.
La causa sigue en secreto de sumario y el abogado de la familia de Lian, Darío Baggini, solicitó que se utilice Inteligencia Artificial para procesar la información en el expediente, por el enorme volumen de esta, que supera la capacidad humana de procesamiento en tiempos razonables, que atenta contra la celeridad y la obtención de resultados.
El gobierno de Córdoba y el ministerio de Seguridad de la Nación han ofrecido una recompensa de 20 millones de pesos para quienes aporten datos certeros sobre el paradero del niño.
¿Dónde están?
Según la entidad Missing Children Argentina, presidida por Ana Llobet, en Argentina hay 138 chicos y chicas cuyo paradero se desconoce, en algunos casos desde hace más de 10 años. Los datos que posee esa ONG revelan que en nuestro país cada día desaparecen entre cuatro y cinco menores, sumando alrededor de 1.200 casos al año.
En una nota publicada por Infobae (30/11/2024), MC informó que actualmente están buscando a 93 niños y jóvenes desaparecidos, de los cuales 25 llevan más de un año sin ser localizados y unos diez han estado ausentes de sus casas por cerca de una década. Además, hay 45 casos que corresponden a personas que ya han alcanzado la mayoría de edad, pero continúan sin ser encontradas.
Estos casos no son tan lejanos, pasan cerca nuestro, forman parte de una realidad a la que nuestra sociedad no puede ser indiferente, pues son niñas, niños y adolescentes que podrían ser de nuestra familia.
En medio de tanto discurso anti-Estado, con motosierra incluido, es necesario reaccionar contra el desguace de las políticas públicas que protegen a la familia y las infancias.
Las desapariciones no fueron solo en la época de la dictadura, en mucha menor cantidad siguen pasando en democracia, y no pueden ser toleradas por una comunidad que pretenda vivir en paz, libertad y con respeto por los derechos humanos.
Las familias de esos niños, niñas, adolescentes, los buscan, como buscaron y siguen haciéndolo las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, hoy casi centenarias.
Loan, Lian, Sofía, Guadalupe, y tantos y tantas niñeces nos interpelan para que no miremos para otro lado.
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