La degradación del aparato judicial

El encuentro secreto de varios jueces, operadores políticos del macrismo y exagentes de la AFI realizado en la mansión del inglés Joe Lewis debió ser una noticia explosiva con gran cobertura en todos los medios llamados "nacionales". En cualquier "país serio" -como le gusta decir a los periodistas y políticos de la derecha- un caso así habría sido destacado y analizado en toda la dimensión de su conflicto con la transparencia institucional. Sin embargo fue silenciado, ocultado, por la prensa corporativa porteña que gusta presumir de "independiente" y acusa de "militante" a toda expresión periodística que se aparte de sus lineamientos. El blindaje con que protege a las figuras políticas del macrismo y sus aliados se desplegó otra vez pisoteando las reglas básicas del periodismo profesional.

La lista de los magistrados presentes es verdaderamente impactante: Julián Ercolini, Carlos Mahiques, Pablo Yadarola, Pablo Cayssials, Juan Bautista Mahiques. Un intento de desmentida naufragó cuando un medio publicó la lista que figura en la planilla del vuelo privado que los trasladó desde San Fernando a Bariloche junto a operadores del macrismo. No se descarta otros vuelos con otros pasajeros de similar alcurnia ni tampoco la presencia de encumbrados empresarios de medios como advirtieron algunos dirigentes que siguieron el tema en la ciudad rionegrina. El lugar de la reunión le añade gravedad institucional: la fastuosa residencia de un magnate extranjero y amigo personal de Mauricio Macri, a orillas del amurallado Lago Escondido.

Hasta ahora el único que condenó públicamente este escándalo fue el ministro de Justicia de la Nación quien expresó que el encuentro confirma que "la mesa judicial M sigue vigente", en clara referencia a las operaciones que el prófugo Fabián Rodríguez Simón desplegaba en el Poder Judicial bajo la atenta mirada del entonces presidente Macri.

Los periodistas que siguen el tema, al analizar los nombres de los presentes, advirtieron que el motivo de este "retiro espiritual" fue afinar la estrategia para seguir protegiendo a Macri y sus colaboradores de las causas judiciales que los incriminan por la comisión de actos irregulares: quiebra del Correo, autopistas, parques eólicos, espionaje ilegal, blanqueo de capitales, etc.

La profunda degradación de buena parte de la justicia federal se ve de esta forma confirmada y puesta en evidencia de manera irrefutable. No es del todo ajeno a esta realidad lo que viene ocurriendo con la causa abierta por el intento de asesinato a la vicepresidenta de la Nación. Las investigaciones avanzan a paso de tortuga; pese a la extrema importancia del hecho investigado el juzgado a cargo de la causa no ha recibido apoyo de personal extra para agilizar las tramitaciones; hay demoras evidentes en la recolección de testimonios y elementos de prueba; no hay voluntad para avanzar en un aspecto clave del atentado: su financiamiento. La notable cercanía de figuras empresariales, políticas y hasta abogados estrechamente vinculados al macrismo es inocultable. ¿Será por eso que jueza y fiscal no quieren escarbar demasiado?