Lunes 25 de marzo 2024

La guerra del agua es mundial

Redacción 04/08/2022 - 08.28.hs

Dos mil años atrás el historiador griego Heródoto dijo en forma acertada que "Egipto es un don del Nilo". En esa síntesis describía un país por entonces tomado como ejemplo de civilización, desarrollado en pleno desierto norteafricano a orillas de un río maravilloso, el más largo del mundo.

 

Actualmente las cosas han cambiado y son varias las naciones -Sudán, Etiopía, Uganda- que también tienen una gran influencia del Nilo en su vida natural y económica, pero que, además, han comenzado a desarrollar obras para el control de crecidas y generar hidroelectricidad. Por esta razón, décadas atrás ya hubo fuertes conflictos de índole geopolítica cuando el entonces presidente egipcio Gamal Abdel Nasser construyó la gran represa de Assuan con intervención plena de los rusos, para furia de los intereses norteamericanos.

 

En 1959 se suscribieron acuerdos sobre el uso de las aguas, pero en ellos Egipto y Sudán fueron consagrados como únicos usuarios y se repartieron la mayoría de los caudales. Ahora, un nuevo participante sumó su intervención: Etiopía, que insiste en proseguir con el llenado del gigantesco embalse generado por la represa Del Renacimiento, la mayor obra hidroeléctrica de Africa que se está finalizando en el tramo del río denominado Nilo Azul. Cuando se inicie la estación de lluvias la represa incidirá en el escurrimiento del río, especialmente en el arrastre del limo que termina fertilizando el territorio egipcio. El problema empieza a rozar la posibilidad de un conflicto armado.

 

Esta larga introducción referida a un conflicto que atrae las miradas de la comunidad internacional se justifica ampliamente ya que, aunque a escala más reducida, un largo litigio con el agua de un río como centro de atención se viene registrando entre La Pampa y Mendoza.

 

Es que allá, igual que aquí, la decisiones sobre los escurrimientos hídricos se han adoptado sin consideración alguna hacia quienes están situados aguas abajo, manifestando ignorancia primero e indiferencia después con respecto a obras que ocasionan enormes perjuicios. (Con los Nihuiles Mendoza cortó totalmente el Atuel; con Portezuelo del Viento se corre el mismo riesgo con el principal afluente del Colorado)

 

Evidentemente a las partes de aguas arriba, tanto en el caso africano como en el que nos concierne, les repugna la idea de armonizar los intereses acudiendo a una institución como un organismo de cuenca. El actual presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, amenazó al país vecino con "todo tipo de consecuencias" y precisó: "el agua es el único motivo que puede llevar a Egipto de nuevo a la guerra". Nada menos.

 

Puede que algunos desestimen con una sonrisa irónica esta clase de comparaciones al considerarlas forzadas, pero debe recordarse que Mendoza amenazó con separarse de la Nación argentina si se llegaba a perjudicar lo que ellos consideran sus intereses exclusivos, las cuencas del Atuel y del Colorado, entre ellos.

 

Más allá de las distancias geográficas, históricas y culturales, los conflictos entre pueblos vecinos surgidos por desencuentros sobre el aprovechamiento del agua se dan en todas partes del mundo. Lo más preocupante es que, con frecuencia, derivan en enfrentamientos violentos.

 

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