Lunes 05 de mayo 2025

Poder, capitalismo y conciencia de clase

Redacción 18/07/2024 - 00.40.hs

Hay tres líneas fundamentales que atraviesan el pensamiento político contemporáneo Las tres se contaminan entre sí, tienen distintos vasos comunicantes y son practicadas por diversos autores de distintas latitudes. Algunos identificados a una línea, otros ofreciendo variaciones, intersecciones, suplementos, giros coyunturales. Las presento sin establecer ningún orden jerárquico entre ellas.

 

Hay una línea que se caracteriza por trazar un mapa en donde no cabe alternativa al capitalismo desde las fuerzas parlamentarias, incluidas las de izquierda. El estadio actual de la fusión Capital-Técnica no permite ya ninguna alternativa, la voluntad de poder ha capturado todos los órdenes de la vida, donde incluso las existencias más precarias están subsumidas bajo los imperativos del Capital. Para esta línea, los sueños, el amor y el deseo, la experiencia de lo sagrado, no encuentran un ámbito por fuera de los dispositivos libidinales del capitalismo. Solo un anarquismo responsable por fuera de las representaciones políticas clásicas puede intentar una nueva militancia de lo común e indagar nuevas experiencias en los lazos sociales. De la política parlamentaria y electoral no se debe esperar nada salvo por alguna "debilidad" pragmática.

 

A este pesimismo antropológico de esta posición anarquista donde ya no queda casi nada que no esté en la órbita del poder, la podemos distinguir de otra línea, la del optimismo populista. Pesimismo y optimismo, en este caso son descripciones irónicas.

 

Esta otra línea se distingue por otorgar aún valor a las diferencias políticas, a darle una gran significación política a la construcción de liderazgos, a la formalización de antagonismos y a las posibilidades que se abren con las experiencias nacionales y populares. Todo lo que en la línea anterior estaría impugnado por las relaciones de poder que ya presentan a escala mundial una ruptura entre capitalismo y democracia. No obstante habría que señalar que las derechas políticas odian por una cuestión de proximidad en la disputa a esta segunda línea.

 

Por último está la izquierda actual intervenida por un marxismo-leninismo de baja intensidad que aún busca una gramática nueva para el término Revolución y por tanto prestan atención a la formación actual de la denominada "conciencia de clase".

 

Deliberadamente le he dejado al amable lector que proponga para sí mismo los autores y autoras que podrían darle consistencia a estas tres líneas. También se debe aclarar que al no disponer ninguna de las tres líneas de ninguna teoría y estrategia para la toma del poder, sea habitual situarse entre las tres y vivir en una época de plena división subjetiva. Esta división no debe ser experimentada como una contradicción estéril, sino como un nuevo método de lectura y trabajo. (Por Jorge Alemán, extractado de Página 12)

 

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