Miércoles 14 de mayo 2025

Puja por los frutos de la recuperación

Redacción 06/11/2021 - 00.35.hs

Luego de que comentara la frase "si le llega a la gente el 'plan platita' se viene un aumento del precio de la carne", en la semana se sumaron declaraciones de otros sectores que siguen la misma línea: esquivar las responsabilidades en materia inflacionaria y de esta forma apropiarse de los frutos de la recuperación.

 

Desde las cámaras que agrupan a los laboratorios salieron a decir rápidamente que "resulta innecesario alterar las reglas de la libre competencia a través de mecanismos de congelamiento de precios" y manifestaron su compromiso de mantener los valores promedio de los medicamentos en línea con la dinámica evolutiva de precios del IPC del Indec. Cabe citar que en CABA, por ejemplo, entre septiembre de 2021 y un año atrás los valores de los productos farmacéuticos subieron diez puntos porcentuales más que el promedio general de los precios.

 

Más allá de los datos, tampoco hace falta responder qué pasaría si todos los productores obraran de la misma manera. En la actualidad las políticas públicas están destinadas a reducir la inflación y si todos se comprometen a indexar según el índice de precios, estarían yendo en contra del objetivo de que los salarios les ganen a los precios, además de que muchos sectores estarían manteniendo la elevada ganancia que fue la que llevó a los actuales valores de inflación. Estas actitudes solo pueden entenderse en el marco de la puja distributiva.

 

La inflación no es un fenómeno meteorológico, sino que es la resultante de decisiones que se dan en torno a la fijación de los precios: por definición, si todos los precios suben, crece la inflación. Si bajasen o aumentasen menos, el promedio bajaría. De ahí la utilidad en el corto plazo de los controles, que apuntan a que no se retroalimente la inercia inflacionaria y a que se recupere el poder de compra de los salarios y las jubilaciones.

 

Es necesario revisar las cadenas de costos, y que los precios se adecúen a la obtención de ganancias razonables en cada una de las cadenas. Los componentes importados se liquidan al tipo de cambio oficial, que ha venido por debajo de la inflación. Los salarios no son la locomotora sino el vagón. Las tarifas siguen prácticamente congeladas y han venido bajando significativamente los costos financieros. Es decir, no hay razones para que los precios de productos esenciales como los alimentos o los remedios suban como lo han estado haciendo.

 

Lo que evidentemente hay es un intento de esquivar responsabilidades en torno de la fijación de los precios. Es similar a lo que ocurre cuando se trata de culpabilizar a la emisión monetaria, cuando en realidad la liquidez por sí misma no hace subir los precios, salvo que haya un intento de apropiarse de los ingresos que impulsan una mayor demanda.

 

A pesar de la persistencia de la inflación, la evolución de los ingresos reales salariales parece estar en curso de cambio positivo. El Índice de Salarios del Indec presentó en agosto un incremento real del 0,7%, que se suma al incremento real del 1,9% verificado en julio.

 

A su vez, en octubre la recaudación creció un 58,7% interanual, por encima de la inflación, y fue el mayor aumento para idéntico período desde 2015, reflejando una dinámica expansiva de la actividad económica, del comercio exterior y del mercado laboral.

 

Sin dudas, estamos frente a un panorama muy distinto del "acá no te dejan producir". Se ratifica la importancia de seguir reforzando un plan de gobierno con el que, más allá de las expectativas en contrario que se tratan de instalar, se empieza a vislumbrar la salida de las dos pandemias. (Por Carlos Heller, extractado de Tiempo Argentino).

 

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