Sabado 31 de mayo 2025

Un horror sin medida

Redacción 30/05/2025 - 00.21.hs

El horror sin medida continúa siendo una constante en Palestina, donde cualquier “regla” relativa a la guerra (si es que la guerra tiene alguna) ha sido dejada de lado y junto a las profundas razones políticas parece latir el odio más manifiesto. Israel, en la acción de su ministro Benjamín Netanyahu, parece dispuesto a no dejar piedra sobre piedra en la Franja de Gaza, concretando bombardeos constantes e indiscriminados que ni siquiera perdonan las escuelas y los niños, tal como informan a diario noticias que no pueden calificarse como tendenciosas. Simultáneamente, sus avances en tierra –sobre los que se informa muy poco- no parecen ser tan positivos enfrentados a una enconada resistencia, bien armada evidentemente.

 

A esa postura bélica se ha sumado ahora un caos causado por el hambre, al no permitirse que llegue ayuda a la población civil donde, los niños especialmente, mueren en medio de esta penosa situación. Cincuenta mil fallecimientos entre chicos y mujeres es una cifra que espanta.

 

Mientras tanto, el mundo asiste a la postulación de disparates infames como el del presidente de los Estados Unidos que, más en serio que en broma, ofrece a la nación judía convertir en una playa turística lo que hoy es Gaza. No le va en zaga la postura del presidente Milei, que sin vacilación alguna ha hecho trizas la tradicional y digna postura neutral de Argentina.

 

Junto con el odio también crece en la región la injerencia de otras naciones árabes que se sienten identificadas con Palestina. Mientras las terribles imágenes de los niños muertos en Gaza siguen impactando en Occidente, misiles de mediana intensidad que llegan de otros países árabes empiezan a afectar a Israel. Ante tal panorama, también el precio que está pagando Hamas en el conflicto es muy alto.

 

Una pauta de la gravedad de la situación, que parece volverse muy difícil de controlar, la da el hecho de que Europa, en su condición de integrante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y claro apéndice de los Estados Unidos, ha comenzado a salirse del libreto. España, aún desde esa condición, ha planteado sin ambages ideas, hasta el momento minoritarias e impensables, como decretar un embargo de armas a Israel y suspender de forma inmediata el Acuerdo de Asociación entre el Estado hebreo y la Unión Europea, llegando a proponer medidas completamente novedosas hasta la fecha: imposiciones y embargos personalizados sobre aquellos individuos que se erijan en un obstáculo para el planteamiento de la doble estatalidad”. Algo que ya estaba vigente aunque incumplido por parte de varias naciones que decretaron la detención de Netanyahu. Atendiendo a razones de Derecho Internacional pero también, evidentemente, a una larga tradición de influencia de la cultura árabe en el país, los españoles han dicho claramente que el objetivo de las reuniones al efecto debe ser "parar esta guerra injusta, cruel, inhumana, de Israel en Gaza”.

 

El movimiento árabe parece haber alcanzado un triple objetivo: desmontar el mito de la invulnerabilidad del Estado israelí; volver a poner la cuestión palestina en la agenda política; y a la vez provocar una respuesta desproporcionada que indignara a la comunidad internacional.

 

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