Feria de Empresas del colegio ITES de Toay

Algunas de las "empresas" ya están en marcha. Lo recaudado permite recuperar la inversión y planear la expansión comercial ante la demanda. El entusiasmo es difícil de frenar y varios de los expositores enseguida se pusieron manos a la obra. "La semana que viene nos ponemos a trabajar porque tuvimos un montón de pedidos. A todos los stands les fue bárbaro, nunca pensamos que iría tanta gente", contó Pía, 18 años e integrante del proyecto Las Pac, ganador de la novena edición de la Feria de Empresas que se desarrolló en Toay.
El Instituto Toay de Educa-ción Secundaria (ITES) organiza cada año la feria, que es la conclusión del proceso formativo que ese establecimiento educativo tiene orientado en Economía y Gestión de las Organizaciones. Los expositores son los alumnos/as de 3° A y B de Polimodal, pero en realidad participa todo el colegio.
"Antes se hacía puertas adentro, pero el año pasado ya lo abrimos a toda la comunidad, y en esta edición se sumaron la Municipalidad de Toay, el gobierno provincial, Unilpa (Unión Industrial de La Pampa) y la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), así que tuvo una trascendencia muy importante", contó Alejandra Galán, profesora de Proyecto de Microemprendimientos, la materia que motoriza la muestra.
"Nosotros pedimos que este año también se extendiera en horario nocturno y que se agregaran bandas y música en vivo, por eso hubo varios shows y en el cierre estuvo Sinapsis, que es un grupo conocido de Toay", aseguró Lucas (19), uno de los creadores de La FraLuCa, comercializadora de plantines para el hogar como cactus, tomates y conejitos.

"Estuvo genial, la cantidad de gente y cómo se vendió nos sorprendió. Muchos vendieron el doble de lo que habían pensado y lo mejor es que nos hicieron encargues y pidieron contactos para comprar más", resaltó Lucía (17), que junto a Javier (19) y Florencia montaron Alfajores Delicias, un producto artesanal que se llevó la primera mención del jurado.
Los premios fueron para los tres primeros elegidos y luego hubo menciones especiales. La Feria se dividió en cinco rubros: Ambientación para el hogar, Productos alimenticios, Accesorios masculinos y femeninos, Jardinería y Juegos didácticos.
Los 52 alumnos que se distribuyeron en 19 stands a lo largo del Salón de Usos Múltiples de la Escuela N° 5 fueron evaluados en distintos aspectos como originalidad, técnicas de venta, responsabilidad empresaria y viabilidad del proyecto, entre otros.
"En realidad son contenidos que aprendimos en primero y segundo año. La idea es llevar a la práctica todo lo que tuvimos en la teoría, por eso se hacen todos los pasos correspondientes a una empresa y a su puesta en marcha", contó Jenifer (18), autora del microemprendimiento Los Sueños, unos muñecos de porcelana que ideó junto a Dalma (19) y que tuvieron muy buena demanda del público.

Las Pac, con sus conservas dulces y saladas, fueron las ganadoras del certamen. Además de Pía participaron Agustina (18) y Claudia (18) y el premio fue una cena para cuatro personas, pero según ellas lo más destacado fue "vivir la experiencia" y aprender.
"El hecho de haber estado en la feria te da un impulso bárbaro para pensar en otros proyectos y emprendimientos. Sin duda que ya tenemos las herramientas básicas para montar un negocio, y ahora vamos a seguir porque mucha gente nos hizo encargues", destacó Agustina.
La muestra se llevó adelante con todos los componentes que hacen a la actividad comercial, por eso los alumnos de 2º año se pusieron en el lugar de inspectores de la AFIP. "Pedían las boletas y controlaban que estuviera todo en regla y por suerte no hubo ninguna irregularidad", sonrío Lucía.

El segundo premio fue para MCM (adornos), a cargo de María (17), Carolina (20) y Micaela (18) mientras que el tercer puesto fue a las manos de Milagros (17) y Noelia (18), cuyo stand Just Enjoy vendió rompecabezas, en el rubro Juegos didácticos.
A Kevin (17) y a Emmanuel (18) se les ocurrió vender sus Delicias Campestres porque tenían cierta facilidad para conseguir el producto. "Nosotros conseguíamos la vizcacha porque nuestra familia es de campo, así que nos decidimos a hacerla en escabeche y comercializarla en la feria", contaron.

Seguramente el hecho de vender y recaudar les daba más impulso, ¿no?
"Sí, seguro, en algunos momentos había tanta gente que no dábamos abasto. Que algo que vos hiciste y le pusiste todas las ganas tenga tanta aceptación es espectacular, y además nos pagaban". (Pía).
Cuando armaron los proyectos, los chicos debieron invertir dinero de sus bolsillos y luego trabajaron los presupuestos y las distintas variantes que ofrecía el negocio para fijar los precios de lo ofertado. Como en cualquier empresa.
"Lo bueno es que lo aprendido sale de la escuela y llega a la comunidad, que seguramente compra porque le gusta o le sirve, nadie va a regalar su dinero, así que la satisfacción que tenemos es muy grande", analizó Lucía, una empresaria en proyección que, como el resto, dio el primer paso en el camino productivo.