"Jornada no convencional: preservando la vida"
Redacción 03/07/2013 - 04.18.hs
En el colegio Zona Norte se descubrieron plaquetas en dos aulas recordando a dos alumnos víctimas de siniestros viales. Fue una jornada "no convencional" con el objetivo de "preservar la vida".
El edificio estuvo "intervenido" durante todo el día. En cada aula el bullicio y la actividad era diferente, algunos ensayaban pasos de baile, otros armaban una murga, varios se habían inscripto en cine y en el gimnasio las telas colgando invitaban -a los que se animaban- a las acrobacias.
También estuvieron los "muralistas" y los que pintaron remeras y cascos. Nadie se quedó afuera porque la idea fue bien clara: disfrutar de una jornada distinta, entretenida y con diversión pero sin dejar de lado el objetivo principal de cuidar la vida propia y la de los demás.
"Está bueno hacer algo así, te saca de lo habitual. Pero más allá de eso, el mensaje y lo que se vivió en el acto con los familiares fue muy emotivo", describió Sara, de 22 años y cursando en tercer año del Polimodal Zona Norte.
En ese colegio se organizó la semana pasada una "Jornada no convencional: preservando la vida", de la cual participaron integrantes de la Fundación Estrellas Amarillas y se recordó a dos jóvenes que cursaban en ese establecimiento educativo y perdieron la vida en siniestros viales.
Antú Castro, quien falleció a los 20 años en diciembre de 2011, y Jonathan Vico, que murió a los 18 años en noviembre de 2012 (ambos protagonizaron siniestros cuando circulaban en moto por la avenida Spinetto), tienen desde el jueves una plaqueta cada uno en la entrada de dos aulas del colegio, de donde eran alumnos.
"Es algo emocionante para toda la familia y también es muy lindo que lo recuerden de esa manera, porque Antú era conocido en todo el colegio", destacó Cuyén Castro (19) tras descubrir la placa que recuerda a su hermano. Ella egresó el año pasado y por eso su presencia generó un momento particular.
Antes del acto, la directora del colegio, Silvia Alfageme, dio la bienvenida a las integrantes de Estrellas Amarillas y luego fue Mónica González, de esa fundación, la que con palabras profundas y emocionadas recordó a su hermano fallecido en el '85.
"Me llegó lo que dijo sobre que nosotros decidimos, que uno elige antes de salir a la calle si va a usar casco, si va a cruzar el semáforo en rojo, si va a respetar las velocidades máximas, si va a manejar alcoholizado o si usa el cinturón de seguridad. Cada uno tiene la libertad de elegir cómo preservar su vida", resaltó Matías (17).
Otra mujer de la fundación, Fernanda Alvarez, se presentó como "cuenta cuentos", aunque aclaró que prefiere que la llamen "cuentera". Con una historia cargada de simbolismo acaparó la atención de todos, lo que dio paso después al acto formal de quitar las telas amarillas que cubrían las plaquetas.
Las familias Castro y Vico se abrazaron en medio de las lágrimas y un cerrado aplauso dio el cierre a la parte más emotiva de la jornada.
"Estas cosas te abren la cabeza, te hacen reflexionar de otra manera, porque uno siempre piensa que las cosas malas le pasan a otros, pero no es así, ese es el pensamiento que hay que cambiar, porque manejar en la calle también involucra a los demás", reflexionó Camila (17).
"A partir de estas acciones, de abrir los ojos y ver lo que le pasó a mucha gente, yo cambié de actitud en todo. Le empecé a decir 'te amo' a mi hermano, a decirle que lo espero cuando sale, a tomar conciencia y cuidarnos un poco más. Hay que darse cuenta de que por una pavada y en un segundo podés perder la vida", agregó Sara.
La "Jornada no convencional" comenzó a las 8 de la mañana y se extendió hasta las 16. Se desarrollaron actividades en simultáneo como taller de danzas, taller de pintura de remeras, cascos y cortinas, cine, cuentos, acrobacia, serigrafía y percusión.
Uno de los proyectos más importantes fue la "Escena de murales", que se hizo sobre la calle Italia, dirigida por artistas de la Dirección de Cultura municipal, quienes hicieron un dibujo sobre la pared y luego fueron los adolescentes los encargados de la pintura.
"La idea es transformar el colegio y dejar un mensaje positivo. A cada uno le llega distinto pero en general todos estuvieron entusiasmados. Ojalá que el año que viene se pueda hacer de nuevo", aseguró Camila.
También se colocaron plantas y hubo un diseño y armado de una maqueta referida al proyecto para el Parlamento Juvenil del Mercosur, del cual participa la institución. Tras el almuerzo, se llevó a cabo el cierre de los talleres y trabajos hechos durante todo el día.
"Yo creo que todo lo que sean campañas de educación y prevención sirve. En los colegios por ahí parece que no se presta atención, pero el mensaje llega. Hay que insistir porque estamos en una edad en la que por ahí es difícil tomar conciencia, pero se trata de la vida de cada uno", apuntó Sara.
La presencia de Estrellas Amarillas, con sus panfletos, calcos, banderas, fotos y recuerdos permanentes de historias de dolor y sufrimiento marcaron el ritmo de las actividades, en una jornada en donde el arte y el entretenimiento se combinaron con la idea de homenajear a Antú y a Jonathan pero también para "preservar la vida".
El edificio estuvo "intervenido" durante todo el día. En cada aula el bullicio y la actividad era diferente, algunos ensayaban pasos de baile, otros armaban una murga, varios se habían inscripto en cine y en el gimnasio las telas colgando invitaban -a los que se animaban- a las acrobacias.
También estuvieron los "muralistas" y los que pintaron remeras y cascos. Nadie se quedó afuera porque la idea fue bien clara: disfrutar de una jornada distinta, entretenida y con diversión pero sin dejar de lado el objetivo principal de cuidar la vida propia y la de los demás.
"Está bueno hacer algo así, te saca de lo habitual. Pero más allá de eso, el mensaje y lo que se vivió en el acto con los familiares fue muy emotivo", describió Sara, de 22 años y cursando en tercer año del Polimodal Zona Norte.
En ese colegio se organizó la semana pasada una "Jornada no convencional: preservando la vida", de la cual participaron integrantes de la Fundación Estrellas Amarillas y se recordó a dos jóvenes que cursaban en ese establecimiento educativo y perdieron la vida en siniestros viales.
Antú Castro, quien falleció a los 20 años en diciembre de 2011, y Jonathan Vico, que murió a los 18 años en noviembre de 2012 (ambos protagonizaron siniestros cuando circulaban en moto por la avenida Spinetto), tienen desde el jueves una plaqueta cada uno en la entrada de dos aulas del colegio, de donde eran alumnos.
"Es algo emocionante para toda la familia y también es muy lindo que lo recuerden de esa manera, porque Antú era conocido en todo el colegio", destacó Cuyén Castro (19) tras descubrir la placa que recuerda a su hermano. Ella egresó el año pasado y por eso su presencia generó un momento particular.
Antes del acto, la directora del colegio, Silvia Alfageme, dio la bienvenida a las integrantes de Estrellas Amarillas y luego fue Mónica González, de esa fundación, la que con palabras profundas y emocionadas recordó a su hermano fallecido en el '85.
"Me llegó lo que dijo sobre que nosotros decidimos, que uno elige antes de salir a la calle si va a usar casco, si va a cruzar el semáforo en rojo, si va a respetar las velocidades máximas, si va a manejar alcoholizado o si usa el cinturón de seguridad. Cada uno tiene la libertad de elegir cómo preservar su vida", resaltó Matías (17).
Otra mujer de la fundación, Fernanda Alvarez, se presentó como "cuenta cuentos", aunque aclaró que prefiere que la llamen "cuentera". Con una historia cargada de simbolismo acaparó la atención de todos, lo que dio paso después al acto formal de quitar las telas amarillas que cubrían las plaquetas.
Las familias Castro y Vico se abrazaron en medio de las lágrimas y un cerrado aplauso dio el cierre a la parte más emotiva de la jornada.
"Estas cosas te abren la cabeza, te hacen reflexionar de otra manera, porque uno siempre piensa que las cosas malas le pasan a otros, pero no es así, ese es el pensamiento que hay que cambiar, porque manejar en la calle también involucra a los demás", reflexionó Camila (17).
"A partir de estas acciones, de abrir los ojos y ver lo que le pasó a mucha gente, yo cambié de actitud en todo. Le empecé a decir 'te amo' a mi hermano, a decirle que lo espero cuando sale, a tomar conciencia y cuidarnos un poco más. Hay que darse cuenta de que por una pavada y en un segundo podés perder la vida", agregó Sara.
La "Jornada no convencional" comenzó a las 8 de la mañana y se extendió hasta las 16. Se desarrollaron actividades en simultáneo como taller de danzas, taller de pintura de remeras, cascos y cortinas, cine, cuentos, acrobacia, serigrafía y percusión.
Uno de los proyectos más importantes fue la "Escena de murales", que se hizo sobre la calle Italia, dirigida por artistas de la Dirección de Cultura municipal, quienes hicieron un dibujo sobre la pared y luego fueron los adolescentes los encargados de la pintura.
"La idea es transformar el colegio y dejar un mensaje positivo. A cada uno le llega distinto pero en general todos estuvieron entusiasmados. Ojalá que el año que viene se pueda hacer de nuevo", aseguró Camila.
También se colocaron plantas y hubo un diseño y armado de una maqueta referida al proyecto para el Parlamento Juvenil del Mercosur, del cual participa la institución. Tras el almuerzo, se llevó a cabo el cierre de los talleres y trabajos hechos durante todo el día.
"Yo creo que todo lo que sean campañas de educación y prevención sirve. En los colegios por ahí parece que no se presta atención, pero el mensaje llega. Hay que insistir porque estamos en una edad en la que por ahí es difícil tomar conciencia, pero se trata de la vida de cada uno", apuntó Sara.
La presencia de Estrellas Amarillas, con sus panfletos, calcos, banderas, fotos y recuerdos permanentes de historias de dolor y sufrimiento marcaron el ritmo de las actividades, en una jornada en donde el arte y el entretenimiento se combinaron con la idea de homenajear a Antú y a Jonathan pero también para "preservar la vida".
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