Jueves 02 de mayo 2024

Pasarela angosta

Redacción 08/09/2008 - 11.39.hs

Las consecuencias de continuar sosteniendo un modelo de mujer de extrema delgadez. Los que trabajan desde el espectáculo y los desfiles para cambiar las reglas de juego que inciden en la bulimia y la anorexia. Y una dramática descripción desde adentro del ambiente: “Las modelos no comen”

 

Araceli González reabrió la polémica y puso sobre el tapete la sombra que amenaza el mundo de las modelos: los trastornos de alimentación ante la exigencia de extrema -y a veces enfermiza- delgadez por parte de productores y diseñadores. La actriz denunció en un programa del canal de cable C5N que su hija, Florencia Torrente, había sido discriminada por “estar gordita”, por lo que no le permitieron desfilar en el BAF Week, que se realizó entre el 20 y el 23 de agosto en La Rural. Araceli precisó que se trató de un claro caso de discriminación por no cumplir con las obligaciones físicas que impone el mundo del modelaje: “Yo sé quién sos. Te conozco hace mucho tiempo”, dijo al referirse a la productora que habría sido responsable del acto discriminatorio, al tiempo de asegurar sentirse dolida como madre por lo que decidió dar a conocer el hecho. A pesar de conocerse la incidencia que tienen los modelos de delgadez como disparadores de enfermedades como la bulimia y la anorexia, muchos diseñadores siguen defendiendo su derecho a decidir quién pase o no sus creaciones y a contratar a chicas extremadamente flacas que cumplen con el estándar de “belleza” impuesta en los últimos años. En ese sentido, Tomás Constantini, representante de Florencia, intentó desmentir los dichos de Araceli, explicando que “todo fue una confusión” y un “malentendido”. Según Minutouno. com, el manager aclaró que “en el BAF están con requisitos muy estrictos con las modelos. Como tienen diseñadores vanguardistas, buscan chicas de 1,75 para arriba y Floppy no entra porque mide 1,71”.

 

Ibáñez marca diferencias.
Otros diseñadores, como Jorge Ibáñez, decidieron tomar el toro por las astas y exigir a sus modelos pesarse antes de subir a la pasarela, no permitiendo que desfilen aquellas que estén por debajo del peso acorde a su estatura y edad, en una clara declaración de guerra a estas patologías que cobra miles de víctimas en el mundo, especialmente entre jóvenes que quieren dedicarse a esta profesión y no entran dentro de los cánones establecidos. A pesar de los dichos de Constantini y de la renuencia de algunos allegados al entorno de Florencia a que su madre lanzara la noticia, ella misma se encargó de confirmarla, si bien la desmintió en un primer momento argumentando que no desfiló porque estaba enferma. Sin embargo, en declaraciones a la revista Gente, que esta semana la lleva en la tapa, Floppy dio su versión de los hechos: no se trató de tal o cuál altura. Le insinuaron, literalmente, que estaba “gordita”. “Me negaron intervenir en un desfile, pero no hablo de discriminación: fue la decisión de una productora de modas que no me interesa nombrar”, aseguró. Según el sitio Primiciasya. com, la productora no sería otra que la también modelo Roxana Harris, aunque ésta dijo no tener nada que ver y que hablaría con quien lanzó el rumor. “Peso 48, 49 kilos y mido 1,70...a los 20 me siento muy segura de mí y de mi cuerpo y, por mi y mi organismo, no voy a subirme a semejantes exigencias”, afirmó, por su parte, Floppy. Lo cierto es que el hecho de que Florencia sea hija de una figura popular y querida como Araceli pudo facilitar la difusión del hecho. Pero se sabe que son miles las jóvenes anónimas que -y ya no sólo en el mundo de la moda- deben escuchar día a día la sentencia: “No servís para esto porque estás gorda”. Las estadísticas a nivel mundial dan cuenta de que una de cada diez jóvenes padecen bulimia y anorexia. Entre el 5 y el 10% de ellas muere por esta causa. Presas de las exigencias de la sociedad y con padres cada vez más alejados de ellas, muchas chicas sufren estas enfermedades en silencio y se ocultan para vomitar, tomar laxantes y someterse a estrictas dietas “autorreguladas” para verse bien. La mayoría, no obstante, no tiene sobrepeso. “Los argentinos estamos desinformados sobre estos temas y no tomamos conciencia del daño que se le hace a las chicas, ya que se trata de patologías que pueden llevar a la muerte”, señaló la vedette Celina Rucci, víctima ella misma de las exigencias del medio e interesada en ayudar a quienes padecen estas enfermedades. Rucci, que una vez más no se calla ante nada, se refirió a los dichos de Moria Casán en Bailando por un Sueño, cuando le dijo a Fernanda Vives que se la veía “pesada” para bailar. “Hay gente que dice ridiculeces y no toma conciencia que tiene un arma que puede ser mortal, como el micrófono, con el que puede hacer mucho daño”. “Tanto Vives como Florencia Torrente son chicas muy jóvenes que están creciendo en sus carreras, pero el mensaje lo escucha mucha gente”, argumentó, para señalar que “es necesario advertir a la juventud que no hay que ser flaco y modelito para triunfar en la vida”. Pero, se sabe, el de Torrente está lejos de ser un caso aislado. También la modelo Laura Giovanetti dio a conocer la humillación que debió soportar por tener “tres kilos de más”: “No es casual el mal humor de las modelos. ¡Si no comen!”, aseguró.

 

Cuchicheos denigrantes.
Giovanetti, que surgió en Super M, contó que durante su carrera debió padecer brutales discriminaciones. Con sus 63 kilos, acordes a su 1,80, se considera saludable, aunque no logra olvidar el “cuchicheo entre diseñadores y representantes”, cuando la apodaban “permitido”, en alusión al día que toda dieta permite comer libremente. “A mi me decían así -puntualizó- porque argumentaban que vivía todos los días de permitido”. El tema, más allá del disparador que supuso el caso de Florencia, es serio y llama a la reflexión de padres, educadores y responsables del mundo de la moda, para que se empiece a hablar en serio de patologías que llevan a la muerte a muchas jóvenes y que crecen día a día no discriminando estrato social o profesión.

 

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