Lunes 29 de abril 2024

“La movilización por el Nunca Más frenó los intentos de este gobierno”

Redacción 01/04/2024 - 00.09.hs

“Este gobierno pretendía avanzar mucho más con su reivindicación del terrorismo de estado, pero no pudo por la gran convocatoria popular exhibida en la calle el 24 de marzo”, dice Nilda Redondo. En diálogo con “La Parte y el Todo”, por la Televisión Pública Pampeana, la investigadora, escritora, docente e integrante de la Asamblea de Autoconvocados advirtió que ese respaldo colectivo a la lucha por memoria, verdad y justicia “no es algo espontáneo, sino resultado de una tarea desarrollada durante décadas por personas y organismos como las Madres de Plaza de Mayo, que tuvieron la persistencia de testimoniar y transmitir lo que sucedió y sostener el Nunca Más”.

 

Este término emblemático, acuñado por el informe de la Conadep e inmortalizado por el fiscal Julio Strassera durante el Juicio a las Juntas Militares, “tiene doble resonancia: por un lado es Nunca Más campos de concentración, quema de libros, prohibición de sindicatos y partidos políticos, y cierre del Congreso Nacional, que son violaciones de la Constitución Nacional, y también es Nunca Más las prácticas clandestinas como secuestrar personas y arrojarlas al río”, aclaró.

 

Sin embargo, a pesar del repudio global al terrorismo de estado “la concepción sostenida por el grupo de personas que hoy gobierna el país resulta una apología del genocidio argentino”. Paty recordó que “aunque esta práctica social de genocidio, iniciada antes de la dictadura y cuyos efectos llegan hasta el presente” ha sido repudiada en todo el mundo, “en nuestro país siguen existiendo quienes reivindican las políticas de exterminio del oponente, aún cuando importen delitos de lesa humanidad, es decir, crímenes que hieren la conciencia de la humanidad toda”.

 

Una suplantación.

 

Por eso, advierte “es gravísimo que corrientes de pensamiento tan reaccionarias que reivindican al terrorismo de estado, hayan ganado las elecciones y ocupen el máximo cargo del país”.

 

Aunque las políticas liberales no fueron abandonadas durante la democracia, el modelo implementado por Javier Milei “es lisa y llanamente un desguace acelerado del Estado, es decir la ratificación del proceso iniciado por Martínez de Hoz y seguido después por Carlos Menem y Mauricio Macri”. En este contexto “el modelo de Milei ya está aplicando políticas genocidas, cuyas víctimas mueren de hambre y desesperación, al no saber si mañana podrán comer, conservarán su trabajo o tendrán dónde vivir, como consecuencia de sus políticas económicas de terror”.

 

De todas maneras, lamentó que durante los últimos 40 años “cuando hablábamos de campos de concentración, diversidad de torturas, violaciones sistemáticas y desapariciones de mujeres y hombres, ciertas personas miraban para otro lado”, indiferencia que mantuvieron mucho tiempo, mientras una parte de la comunidad “sostenía la lucha por los derechos humanos y contra el genocidio en absoluta soledad”.

 

Escuadrones de la muerte.

 

A partir del golpe perpetrado el 24 de marzo de 1976 “las mismos sectores que ahora ejercen el poder político sistematizaron el terror mediante una articulación con grupos civiles que habían capturado parte del gobierno de Isabelita y López Rega”. Pero si bien fue en ese momento cuando “la derecha argentina impulsó su plan de tortura sistemática y eliminación masiva de la población”, el proceso de exterminio había comenzado varios años antes.

 

“El cercamiento de la izquierda argentina se había iniciado antes de 1974, cuando se crearon y distribuyeron por el país distintos escuadrones de la muerte como la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), el Comando Libertadores de América (Córdoba) y el Comando Moralizador Pío XII (Mendoza), una práctica utilizada en toda América Latina para asesinar a los cuadros más conspicuos que no estaban armados, y dejar sus cadáveres a la vista para generar terror, como Silvio Frondizi o Rodolfo Ortega Peña”.

 

Por eso, frente a un nuevo avance de este fanatismo exterminador, sería importante fortalecer aquella consigna en las movilizaciones “pero también hacer un análisis profundo y aclarar de qué estamos hablando. No sirve de nada negar la práctica revolucionaria que algunos sectores llevaron adelante en los años 70. Efectivamente hubo grupos como Montoneros y el ERP que adhirieron a la lucha armada como herramienta de liberación, al igual que ocurrió en muchos lugares del mundo. Del mismo modo, tampoco podemos olvidar que nuestra república es resultado de guerras independentistas que nos liberaron de la corona española, cuando Belgrano y San Martín organizaron ejércitos para expulsar a los godos, quienes también ejercían prácticas sangrientas contra el pueblo”.

 

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