Sabado 30 de marzo 2024

Senasa admite que el contrabando de carne es imparable

Redacción 21/05/2018 - 09.00.hs

Los medios de Río Negro y Neuquén se quejan del contrabando de carne y el Senasa promete medidas, pero nada dicen del millonario negocio cárnico de un mercado cautivo que paga precios brutales por cortes que no representan riesgo sanitario.
Autoridades sanitarias de Río Negro y Neuquén aseguran que avanzan en el perfeccionamiento de controles en la región para evitar el ingreso de carne con hueso desde La Pampa y también desde la provincia de Buenos Aires. La excusa es que es una práctica ilegal, que representa un millonario negocio y, además, que pone en riesgo el estatus de libre de aftosa sin vacunación.
El diario La Mañana de Neuquén abordó el tema. Admite que desde el corrimiento de la barrera sanitaria hasta el río Colorado para la carne con hueso, allá por 2013, el precio se disparó en la región y muchos comerciantes propician el contrabando.
El Senasa tiene apuntados a las parrillas, carnicerías y almacenes de barrio. Además, trabaja para cerrar acuerdos con los municipios para inspeccionar estos locales y su actividad. Admiten que actualmente es imposible controlar a todos los vehículos que ingresan a la zona.
En la actualidad, estiman, el negocio del contrabando es millonario: sólo en 2017 se incautaron 45 mil kilos de carne con hueso que tenía como destino la región y cuyo valor ascendía a los 5,5 millones de pesos de acuerdo con los datos informados por el Senasa. En lo que va del año, la cantidad de carne incautada supera los 11 mil kilos y el fenómeno no parece mermar según las proyecciones que se realizan.

 

Más barato.
En su investigación el medio neuquino afirma que el negocio es más que rentable. Por costillar de 10 kilos que entra, los comerciantes se ahorran unos 2.000 pesos respecto del valor que tiene la carne en la región. Creen que para una parrilla que tiene una fuerte demanda durante el fin de semana el ahorro supera los 40 mil pesos.
"Esta actividad ilegal es la que permite que hoy varios comercios se mantengan con vida, de lo contrario tendrían que escalar sus precios por lo que estiman que la clientela les caería en picada", admiten.
El medio neuquino en su página web agregó un video que demuestran una de las maniobras. En el mismo se observa a un conocido dueño de una parrilla del Valle mientras, en cercanías de Fernández Oro, pasa una decena de costillares de la caja de su camioneta, una Toyota Hilux negra, a un camión frigorífico. Aseguran que luego el transporte llega al local y descarga la mercadería dándole visos de legalidad.
Sostienen que el tráfico ilegal tiene especialistas que pasan la carne por las barreras y luego las comercia. Afirman que han preparado camionetas, sacándoles hasta el asiento del acompañante, para que les entre la mayor cantidad de carne posible.
Además los traficantes conocen todas las picadas y horarios clave para burlar los controles. Los principales puntos de ingreso desde La Pampa son en Casa de Piedra, 25 de Mayo, La Adela y Gobernador Duval.

 

La otra cara.
El informe, no obstante, omite dos aspectos centrales del llamado contrabando de carne pampeana al sur de la barrera. El primero es que se ha comprobado que el asado con hueso plano no es ningún riesgo para el estatus sanitario de esas provincias y, sin embargo, pese a esta verdad científica, continúa vedado su ingreso. El otro aspecto es la protección política y mediática al fabuloso negocio oculto detrás de la barrera mal llamada sanitaria. Toda una cadena cárnica de poderosos intereses económicos y políticos de esas provincias que descargan precios brutales sobre la población que termina pagando el doble o más de lo que realmente esos cortes valen.
Como toda medida de gobierno irracional, el contrabando que propician parrillas y carnicerías rionegrinas y neuquinas, en cierta forma, la respuesta de una población harta de pagar cortes caros sabiendo que no representan un riesgo sanitario y que sólo es un negocio de unos pocos.
La lucha del Senasa contra el contrabando oculta, en realidad, la protección de intereses ganaderos y comerciales que tienen al poder político de la provincia y a las autoridades sanitarias nacionales como socios interesados por razones que, hoy por hoy, aparecen inconfesables y ocultos detrás de una excusa sanitaria.

 

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