Lunes 30 de junio 2025

"Luz para dos soles"

Redacción 11/05/2011 - 04.29.hs
Yanet sonríe tímidamente, su rostro desnuda cierto nerviosismo e inquietud. Tiene sólo 16 años y su panza está a punto de dar a luz. "Mañana me interno para hacerme la cesárea. Mi bebé se va a llamar Tomás", sorprende ante la pregunta sobre su gravidez, imagen inequívoca de un embarazo que está a pocas horas de terminar.

Daiana tiene 17 años y ya es mamá de Sasha, una beba que nació en enero de 2010. Carina, por su parte, es la más 'experimentada". Tiene 19 y dio a luz a Joaquín hace tres años. Las tres cursan el tercer año de Polimodal y las tres tuvieron un embarazo que las sorprendió en plena adolescencia y les cambió la vida antes de que se dieran cuenta.
Las chicas asisten al Instituto Toay de Enseñanza Secundaria (ITES), establecimiento que junto a la Universidad Nacional de La Pampa lleva adelante un proyecto de apoyo escolar para alumnas que son madres o están en camino a serlo.
"Somos alumnos de los distintos profesorados de las facultades de Humanas y Exactas que desde el año pasado nos interesamos en el proyecto y todas las semanas damos clases de apoyo. Son para todos los alumnos pero hacemos un trabajo especial con las chicas que son madres o están embarazadas", explicó Cristian Guiñez (24) alumno del profesorado de Historia de la UNLPam.
"Cuando nació Sasha pensé dejar la escuela, no quería venir más, se me re complicaba y no tenía ganas de estudiar, pero mi mamá me insistió tanto que seguí. El año pasado me fue mal, me quedé con siete materias, pero durante todo el verano fui a las clases de apoyo y saqué seis, solo me quedó Matemática", contó Daiana, que espera terminar el tercer año de Polimodal porque tiene la promesa de un buen puesto laboral una vez que obtenga su diploma estudiantil.
"Cuando me enteré del embarazo también quise dejar, estaba en el aula pero no hacía nada, estaba en otra. Mi familia también me insistió para que siga y después empecé con las clases de apoyo. Ahora ya sé que al colegio lo voy a terminar como sea", afirmó Yanet, que fue a clases hasta una semana antes del parto, cuando los médicos le indicaron reposo.
La idea de brindar apoyo extra surgió en Toay, que registra uno de los índices de embarazo adolescente más alto en la provincia. Sin embargo, la situación es bastante similar en otras localidades. "Es una problemática que se repite todos los años", dice Lucía Abdenur, rectora del ITES.
"Estábamos preocupadas por la situación, entonces elaboramos el proyecto 'Luz para dos soles', que en 2009 fue presentado en la provincia pero no obtuvo el primer puesto de un concurso. Entonces nos acercamos a la Universidad, que a su vez lo elevó a Nación y ahí sí conseguimos los fondos y lo pusimos en marcha", detalló Abdenur.
"La idea es que el trabajo demuestre sus frutos, se lo evalúe y a partir de ahí se institucionalice como una política de estado en toda la provincia. Está claro que es una experiencia muy positiva y que, en lo particular, resulta gratificante", señaló Cristian, quien puso como ejemplo a Carina, "abanderada en un año donde ya había tenido a su hijo Joaquín".
Las clases de apoyo tienen un ambiente diferente, más distendido, con mates y galletitas de por medio."Hablamos con los profesores para saber cuáles son los puntos flojos de cada una y a partir de eso y de las consultas de ellas mismas hacemos las clases. A veces surge hablar de otras cosas, no de Historia o Economía, y lo hacemos porque nace naturalmente y se genera un ida y vuelta interesante", indicó Cristian.
La irrupción del embarazo generó reacciones similares en las chicas. Avergonzadas, confundidas y temerosas ocultaron la novedad a la hora de ingresar al aula.
"Estuve como una semana sin venir al colegio porque no lo aceptaba, y después no se lo dije a nadie. Recién a los seis meses mis compañeros se dieron cuenta porque ya era muy evidente", recordó Daiana, hoy risueña de una situación que, en ese momento, resultó poco agradable.
"Los compañeros comprenden y ayudan. Al principio hubo mucha sorpresa, pero después todos tratan de acompañarte y ayudar, así que eso es importante para seguir estudiando", añadió Yanet.
Está claro que afrontar un embarazo adolescente no es simple para nadie. Y tampoco para la institución que incluye a alumnos, docentes y directivos. En ese marco, ¿se realizan clases de educación sexual?
"Hasta ahora no. Los profesores hablan o preparan clases especiales pero desde sus vivencias y sus experiencias de vida. A partir de que se incluya a la educación sexual dentro de la currícula y se capacite a los docentes, creo que se va a poder empezar a trabajar de otra manera", aseguró Abdenur.
"La información la teníamos, porque charlábamos y consultábamos las dudas, pero a esa información no la habíamos incorporado, y ahí estuvo la clave", analizó Carina, mientras se prepara para las fotos, piensa en Matemáticas y en cambiar pañales, una realidad que, en Toay, al menos, tiene un espacio de contención.

 


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