Hijos del Invierno recuerda al flaco Spinetta
Redacción 04/04/2012 - 03.25.hs
El rock argentino no sería el mismo sin el legado de Luis Alberto Spinetta. En Santa Rosa, la banda Hijos del Invierno construyó su camino musical y poético al calor de la influencia incomparable que dejó el guitarrista.
"Morí sin morir" es una frase de Rezo por vos, una de sus canciones más emblemáticas. Luis Alberto Spinetta tenía 62 años cuando falleció, el 8 de febrero pasado. En el momento en que se conoció la noticia comenzó el mito, pero la leyenda creció mucho antes, durante las décadas en las que el Flaco alumbró, con su melodía y su poesía, a la música argentina.
Dimensionar la figura de Spinetta es imprescindible para entender el rock nacional. Su influencia fue (y es) decisiva para cientos de bandas y músicos que son referentes para los jóvenes de hoy, pero también para aquellos que recién arrancan. Por eso su figura, personal y artística, va mucho más allá de sus 40 discos, 300 canciones y miles de recitales. Trasciende cualquier barrera y se transforma en lo que es: un símbolo cultural.
"A mí Spinetta me marcó la vida, nací escuchando sus discos y hoy lo sigo escuchando como las primeras veces", dice Martín Simpson (31 años), bajista y líder fundacional de Hijos del Invierno, un grupo que arrancó allá por 2006 y que reconoce en el creador de Muchacha ojos de papel a su mayor influencia.
Hijos del Invierno tuvo un hito spinetteano por excelencia en 2007, cuando fueron invitados a musicalizar la presentación del libro "Martropía", de Juan Carlos Diez, periodista y amigo del Flaco que escribió en vida una biografía cargada de anécdotas y aspectos desconocidos del músico.
"Eso fue hace unos años. Los que organizaban la presentación se enteraron de que nosotros teníamos a Spinetta como una de las mayores influencias y que siempre hacíamos temas de él, así que nos invitaron. Pensamos que iba a haber otras bandas pero éramos nosotros solos, fue algo muy lindo porque estaba lleno de gente y al final se nos acercó el escritor a decirnos que le había gustado mucho lo que tocamos", recuerda el cantante y guitarrista Adrián González (25). Víctor Cor-nejo (24), en la batería, es la pata restante del trío santarroseño.
La presentación del libro se realizó en el Centro Municipal de Cultura y la banda hizo seis temas de Spinetta: Barro tal vez, Jardín de gente, Cheques, Seguir viviendo sin tu amor y Rezo por vos.
Considerado por muchos como "el padre del rock argentino", Spinetta lideró bandas clave como Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Spinetta Jade y Los Socios del Desierto. Su disco "Artaud" (del '73) fue elegido por distintas encuestas como el mejor de la historia del rock vernáculo.
"Para cualquiera que en nuestro país quiera hacer música más o menos en serio, Spinetta es ineludible, es como hacer rock y no escuchar a los Beatles. Son próceres y no importa la edad que tengas o el estilo que hagas, hay gente como Jimi Hendrix, o AC/DC en el rock pesado, que en algún momento los tenés que escuchar", afirmó Martín.
Hijos del Invierno tiene una trayectoria algo extraña. Supo ganarse un lugar fuera de la ciudad, por eso más de una vez fueron invitados a tocar en San Luis, Bahía Blanca y Córdoba. "Y al interior lo recorremos varias veces por año: Rancul, Jacinto Arauz, Pico, San Martín, Castex, nos encanta ir a esos lugares y la gente nos recibe muy bien", contó Adrián.
Aunque algún cover de Spinetta nunca falta, reniegan bastante de los temas ajenos y buscan tener su propia obra, por eso el gran objetivo para este año es grabar el ansiado primer disco.
"La música existió antes de que el hombre organizara la materia sonora y va a existir aunque no haya instrumentos. Es una de las pocas cosas que no podemos usar para destruir. Pienso, igual, que la mala música enferma a la gente y la destruye, y ese es un proceso muy lento y muy difícil de comprobar. Es cierto que la buena música eleva el espíritu: cuanto mejor escrita esté más feliz es el alma. Quizás yo pueda ayudar a la gente y curarla con la música. Es una buena meta, pero es un poco utópica", dijo Spinetta en 2001 en una entrevista que estaba inédita y se publicó ahora en la revista Rolling Stone.
"Creo que fue un tipo que toda su vida se corrió del molde, austero, de perfil bajísimo y no creo que haya otro como él. Lo que hizo disco a disco, todo el tiempo se fue regenerando y buscando sus propios estilos y formatos. Y eso es muy difícil, su música es atemporal, siempre fue un adelantado", sentenció Martín.
-Las letras de Spinetta siempre se caracterizaron por un vuelo poético no muy habitual en el rock, ¿ustedes intentan ir por ese camino?
"El intento siempre está, salvando las distancias, claro, estamos en un aprendizaje constante y sin dudas que la influencia siempre anda dando vueltas, pero tratamos de ser originales y tener un estilo, que no es algo fácil. En general tenemos composiciones oscuras, porque además del Flaco escuchamos mucho Pink Floyd, Led Zeppelin y The Cure, entonces es natural que nos salgan canciones en ese sentido" contó Adrián.
Su música es la banda de sonido de varias generaciones, aún de las que recién llegan. Spinetta alcanzó la eternidad posible del artista, que es la de seguir en el corazón de quienes lo escuchan y que hoy, a casi dos meses de su muerte, lo guardan en "Los libros de la buena memoria".
"Morí sin morir" es una frase de Rezo por vos, una de sus canciones más emblemáticas. Luis Alberto Spinetta tenía 62 años cuando falleció, el 8 de febrero pasado. En el momento en que se conoció la noticia comenzó el mito, pero la leyenda creció mucho antes, durante las décadas en las que el Flaco alumbró, con su melodía y su poesía, a la música argentina.
Dimensionar la figura de Spinetta es imprescindible para entender el rock nacional. Su influencia fue (y es) decisiva para cientos de bandas y músicos que son referentes para los jóvenes de hoy, pero también para aquellos que recién arrancan. Por eso su figura, personal y artística, va mucho más allá de sus 40 discos, 300 canciones y miles de recitales. Trasciende cualquier barrera y se transforma en lo que es: un símbolo cultural.
"A mí Spinetta me marcó la vida, nací escuchando sus discos y hoy lo sigo escuchando como las primeras veces", dice Martín Simpson (31 años), bajista y líder fundacional de Hijos del Invierno, un grupo que arrancó allá por 2006 y que reconoce en el creador de Muchacha ojos de papel a su mayor influencia.
Hijos del Invierno tuvo un hito spinetteano por excelencia en 2007, cuando fueron invitados a musicalizar la presentación del libro "Martropía", de Juan Carlos Diez, periodista y amigo del Flaco que escribió en vida una biografía cargada de anécdotas y aspectos desconocidos del músico.
"Eso fue hace unos años. Los que organizaban la presentación se enteraron de que nosotros teníamos a Spinetta como una de las mayores influencias y que siempre hacíamos temas de él, así que nos invitaron. Pensamos que iba a haber otras bandas pero éramos nosotros solos, fue algo muy lindo porque estaba lleno de gente y al final se nos acercó el escritor a decirnos que le había gustado mucho lo que tocamos", recuerda el cantante y guitarrista Adrián González (25). Víctor Cor-nejo (24), en la batería, es la pata restante del trío santarroseño.
La presentación del libro se realizó en el Centro Municipal de Cultura y la banda hizo seis temas de Spinetta: Barro tal vez, Jardín de gente, Cheques, Seguir viviendo sin tu amor y Rezo por vos.
Considerado por muchos como "el padre del rock argentino", Spinetta lideró bandas clave como Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Spinetta Jade y Los Socios del Desierto. Su disco "Artaud" (del '73) fue elegido por distintas encuestas como el mejor de la historia del rock vernáculo.
"Para cualquiera que en nuestro país quiera hacer música más o menos en serio, Spinetta es ineludible, es como hacer rock y no escuchar a los Beatles. Son próceres y no importa la edad que tengas o el estilo que hagas, hay gente como Jimi Hendrix, o AC/DC en el rock pesado, que en algún momento los tenés que escuchar", afirmó Martín.
Hijos del Invierno tiene una trayectoria algo extraña. Supo ganarse un lugar fuera de la ciudad, por eso más de una vez fueron invitados a tocar en San Luis, Bahía Blanca y Córdoba. "Y al interior lo recorremos varias veces por año: Rancul, Jacinto Arauz, Pico, San Martín, Castex, nos encanta ir a esos lugares y la gente nos recibe muy bien", contó Adrián.
Aunque algún cover de Spinetta nunca falta, reniegan bastante de los temas ajenos y buscan tener su propia obra, por eso el gran objetivo para este año es grabar el ansiado primer disco.
"La música existió antes de que el hombre organizara la materia sonora y va a existir aunque no haya instrumentos. Es una de las pocas cosas que no podemos usar para destruir. Pienso, igual, que la mala música enferma a la gente y la destruye, y ese es un proceso muy lento y muy difícil de comprobar. Es cierto que la buena música eleva el espíritu: cuanto mejor escrita esté más feliz es el alma. Quizás yo pueda ayudar a la gente y curarla con la música. Es una buena meta, pero es un poco utópica", dijo Spinetta en 2001 en una entrevista que estaba inédita y se publicó ahora en la revista Rolling Stone.
"Creo que fue un tipo que toda su vida se corrió del molde, austero, de perfil bajísimo y no creo que haya otro como él. Lo que hizo disco a disco, todo el tiempo se fue regenerando y buscando sus propios estilos y formatos. Y eso es muy difícil, su música es atemporal, siempre fue un adelantado", sentenció Martín.
-Las letras de Spinetta siempre se caracterizaron por un vuelo poético no muy habitual en el rock, ¿ustedes intentan ir por ese camino?
"El intento siempre está, salvando las distancias, claro, estamos en un aprendizaje constante y sin dudas que la influencia siempre anda dando vueltas, pero tratamos de ser originales y tener un estilo, que no es algo fácil. En general tenemos composiciones oscuras, porque además del Flaco escuchamos mucho Pink Floyd, Led Zeppelin y The Cure, entonces es natural que nos salgan canciones en ese sentido" contó Adrián.
Su música es la banda de sonido de varias generaciones, aún de las que recién llegan. Spinetta alcanzó la eternidad posible del artista, que es la de seguir en el corazón de quienes lo escuchan y que hoy, a casi dos meses de su muerte, lo guardan en "Los libros de la buena memoria".
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