Miércoles 24 de abril 2024

Bustriazo Ortiz y África

Redaccion Avances 17/07/2022 - 06.00.hs

Bustriazo apela tanto a la literatura universal como a los hechos cotidianos para nutrir su obra. El nombre de una perra le inspira unos poemas cuya manifestación sonora resalta la vinculación del canto y de la palabra.

 

Sergio De Matteo *

La obra poética de Juan Carlos Bustriazo Ortiz, denominada Canto Quetral, es una cantera inagotable para el análisis literario, para el goce que propone la lectura (placer del texto, tanto del autor como la del lector) y, por sobre todo, para el asombro y la curiosidad.

 

Diferentes investigaciones han destacado el trabajo sobre el lenguaje, la relación con la canción, la resignificación del pasado de los pueblos originarios y de los criollos. También podría esbozarse un mapa con los paisajes y una genealogía con los personajes (incluida su propia prosapia paterna y materna) que ha refractado en sus textos; además de trazar líneas y vínculos con temas que nutrían su lectura y desbordaban en su escritura. Sea la atracción y obsesión hacia los mapuches, aztecas, teocallis, maya-quiché o egipcios; así como importantes referencias literarias que harán implosión en su propia creatividad.

 

Dora Battiston en el artículo “Criollista, extravagante, elegíaco, surreal… Las transformaciones del lenguaje en la poesía de Juan Carlos Bustriazo Ortiz” resalta determinadas filiaciones: “el romancero español, las jarchas, García Lorca, Miguel Hernández, toda la literatura de base indígena, el Popol Vuh, Chilam Balam, Asturias, Rulfo, Neruda, Scorza, Vicente Huidobro, César Vallejo, Oliverio Girondo, y Ezra Pound y Rilke… Un obvio predominio de la poesía y un interés obsesivo por ciertos autores” (2009). Habría que agregar entre tales precursores a Dylan Thomas, Quevedo, Manuel J. Castilla, a los cultores del tango y, desde ya, a sus pares pampeanos. Battiston rescata una conversación del año 1998, donde Bustriazo decía: “La literatura para mí es la poesía, y la novela también, especialmente los grandes novelistas americanos”. Después cita, en este orden, a Asturias, García Márquez, Donoso, Rulfo, Octavio Paz, Pablo Neruda, Borges, Felisberto Hernández, Vargas Llosa, Pavese, Huidobro, Dylan Thomas, Joyce, Góngora, Quevedo, Bioy Casares, Juan Ramón Jiménez (2009).

 

Estamos frente a un amplio sustrato que denota preferencias y la alusión a linajes que podrán ser identificados en la exégesis del cuerpo discursivo, sea mediante la influencia, el fenómeno intertextual o la alusión directa. Sin embargo, en el capital simbólico que el autor manifiesta o vuelca en una obra –aún más en una obra que se va conociendo a cuentagotas–, siempre se abren pliegues o planos que implican nuevas interpretaciones, la aparición de otras coordenadas geográficas o la biblioteca que incide en el creador.

 

Ouagadougou.

 

En los textos Alcatufé, Topasaire, Sol Azul, Pedernal, Piedra de Oro, cinco libros en uno, escritos entre 1977/1983 y que permanecen todavía inéditos, Bustriazo hila una serie de poemas que tienen como anclaje la palabra “Ouagadougou”; la cual queda refrendada en los títulos “Ouagadougou”, “Ouagadougou II”, “Los Pájaros de Ouaga”, “Los Picaflores de Ouaga”, “Las Campanulas de Ouaga” y “Los Caracoles de Ouaga”.

 

Las etimologías u origen de las palabras vibraban en las charlas de Bustriazo. Uagadugú (del francés Ouagadougou), es la capital de Burkina Faso; población ubicada al oeste de África. Acorde a diferentes fuentes, la fecha de la fundación de Uagadugú se desconoce; se estima que fue en el siglo XI por Nyonyonsé con el nombre Kombemtinga (ciudad del guerrero). Burkina Faso significa “tierra de hombres honorables”, en lengua Moreé, hablado por los Mossi que conforman más de la mitad de la población.

 

Quizás esta observación sea interesante, anteoponiendo los títulos de los poemas del autor de Unca Bermeja, porque los habitantes de la ciudad capital se refieren a ella, comúnmente, como Ouaga; simplificando de esa manera el trabalenguas Ouagadougou.

 

Subjetividades.

 

Hay hitos, paradigmas, relatos, crónicas e, incluso, anécdotas que replantean a las y los autores sus formatos de escritura y, por sobre todo, los modos que las representaciones y los imaginarios configuran las subjetividades. En esa tensión entre el afuera y el adentro comulga la propia lengua; porque el lenguaje integra y conforma el discurso social. Toda subjetividad está determinada por la marca de la lengua y, a su vez, los dispositivos que conforman la construcción política y cultural donde se desarrolla. Este andamiaje es sostenido y continuado en la historia, la filosofía, la literatura, el arte  y las ciencias. También la subjetividad se verá afectada por las condiciones económicas en las que se forma su conciencia de clase e identificación con el status social.

 

Resignificar fragmentos, protagonistas y lugares olvidados, o sesgados, que hablan desde los textos, a esto Walter Benjamin lo denominó “estar a la escucha de la tradición” (1971). Es así que se revisan constantemente los legados y las producciones emergentes, porque en ese diálogo y disputa se ajustan las referencias culturales de un lugar.

 

Tanto Bustriazo, como Prado, Morisoli, Julio Domínguez, Herzel, Ana Lassalle, Cazenave, o Teresa Pérez, entre otres, han hecho un avistaje del paisaje cultural y sus matices que se manifiestan en las subjetividades de los pobladores perdidos en la pampa profunda. Por medio del trabajo estético y la construcción de una poética han atado esos destinos a los propios, los han convertido en símbolos que nutren el imaginario pampeano.

 

Entonces, cuán relevante es la apreciación de Edmond Jabès cuando señala en El libro de las preguntas que “Para existir se necesita primero ser nombrado; pero para entrar en el universo de la escritura, es necesario asumir, con el propio nombre, la suerte de cada sonido, de cada signo que lo perpetúan” (1963). El vate junto a su escritura, que adiciona ese paisaje y los personajes, se perpetúan mutuamente, se convierten en referencia de la historia cultural. No sólo se reconoce la materialidad humana moldeada por el entorno, sino que también se da una especie de contigüidad, de enlace entre autor/a, creación y lo existente real. La metáfora se hace nudo y se prolonga/propaga en la propia poética. Se habla porque ya estaba el habla, se interpreta porque somos parte de un diálogo, y en el ejercicio de escritura hay un ejercicio de memoria y reconocimiento. Tal cual lo plantea Peter Sloterdijk cuando afirma que “si uno aquí tiene la palabra es porque ya la tuvo en otra parte”, esto es, “sólo se puede ser si se ha sido, sólo se puede hablar si ya se ha hablado, sólo puede exponerse uno si ya se ha expuesto” (2006).

 

Colonialismo.

 

En términos geopolíticos, si algo emparenta a la Patria Grande con África es el colonialismo y sus instrumentos de opresión, sea la tortura, la esclavitud, el asesinato y la explotación de sus recursos naturales. También las luchas por la liberación nos relacionan, aunque en tiempos diferentes, e, incluso, nos vinculan, como la participación de Cuba en Angola, o la figura del Che Guevara transpolada a Thomas Sankara, presidente de Burkina Faso, bautizado como “el Che Guevara de África”.

 

En dicha coyuntura relacionamos La Pampa con Burkina Faso a través de la creatividad poética de Bustriazo Ortiz. No podremos soslayar cada uno de esos elementos que inciden en nuestra historia, que, precisamente, terminan construyendo subjetividades. En ese sentido, han sido enclaves donde el colonialismo y el imperialismo aplicaron las mismas recetas: saqueo de los recursos naturales, utilización de la fuerza de trabajo de la población autóctona (esclavitud, mita, campos de concentración, etc.), y cuando hubo resistencia, el modo fue la tortura y el exterminio.

 

Miscelánea.

 

Más allá de la exégesis textual y la interpretación que se pueda realizar de una obra, a veces un dato relevante surge de una charla, de un intercambio de observaciones y del cruce de teorías. Para cotejar la trama de relaciones que dispara cada uno de los poemas que aluden a Ouagadougou, después de la lectura y las anotaciones pertinentes, consultamos a Dora Battiston; la investigadora que más sabe sobre la obra de Bustriazo. Su respuesta permitió ajustar las especulaciones en torno a este topónimo excéntrico en la literatura bustriazana. La data relevante de la pesquisa es que una amiga del poeta tenía una perra con ese nombre. Sí, la nominación de una perra. 

 

Muchas obras literarias pueden influir y generar otras obras, también una anécdota, un sucedido, son motores que encienden la creatividad de los autores o las autoras. El nombre de una perra nos lega una serie de poemas que nos liga a otros oprimidos de la tierra.

 

El canto.

 

Un planteo más. Roland Barthes además de haber consignado el placer del texto, también, entre otros temas, abordó el canto. En Bustriazo es esencial, no sólo por los poemas vinculados a la canción (o musicalizados, más de 175), sino que además la huella textual (escritura) tendrá su manifestación sonora, la cual repercute en esa predilección de palabras o vocablos que resuenan y generan reminiscencias; como Ouagadougou.

 

Para Barthes hay dos formas de canto; el primero, el “geno-canto” (como el geno-texto en la literatura), está dominado por el principio del placer, por el cuerpo y el deseo, donde la melodía trabaja sobre la lengua; sucede desde el interior de la lengua y en su propia materialidad. El segundo, el “feno-canto”, se halla destinado a la comunicación, a la transmisión de significados, lo cual se sostiene en los rasgos que proceden de la estructura de la lengua cantada (1982).

 

Los poemas de Bustriazo referenciados a “Ouagadougou” encajan en esta dicotomía; pues, al leerlos en voz alta, se percibe el placer del texto, una sensación que trasuda por el cuerpo y el espíritu. En la sedimentación de la lectura se releva la información de lo que comunica.

 

Por último. Haciendo hincapié en “Ouagadougou” y su resonancia, lo que hace es confirmar, una vez más, que Bustriazo sigue sumando su experiencia sonora y escrituraria a una importante estirpe de exploradores de la lengua. Así, de tal forma, la poética de Bustriazo Ortiz avanza por un camino que comporta un creciente y profundo trabajo de recreación idiomática, en donde lo semántico, lo sonoro, lo simbólico se relacionan y fusionan para refundar el sistema literario local. En definitiva, es el placer del texto (geno-canto) comunicable (feno-canto) comunitariamente; que se sustenta en el propio gozo de la lengua que canta; es decir, Ouagadougou.

 

* Colaborador

 

Ouagadougou

Bajo un palio de rosas mosquetas duermes alúmbrame con tu sombra blaquibayita y no sigas ayyeando en la camilla azulada bajo el cuchillo de cristal de roca del brujo de albayalde que te hargoneaba las entrañas oh te llevábamos en el carruaje blanquecino en la enorme tarde tristeagónica y como abrías tus grandes ojos de guanaca enferma despedidores despedidores a quien buscabas entre tu mansa niebla sobre las silenciosas ruedas azorantes? veías a tu muy bella ama prístina con sus pupilas como el crisolito? ay pero no estaba! pero no estaba! ya te derrumbabas de a poco yéndote ya te derrumbabas de a poco yéndote bajo un palio de rosas mosquetas duermes anoche yo te velaba a los pies de mi lecho de cuarzo pardo yo te velaba un velón daba al naciente y el otro daba al poniente y el que esto esculpe no atinaba qué letanías entredecirte en la grisoica noche maléfica de esta estela de penacho amarillo ah tan que mucho nos acompañaste con tus catorce lámparas fieles con sus colas de jaspe alegre bajo un palio de rosas mosquetas duermes sopla el viento del aquilón desde hace siete días sopla muy ahí de mi ventana granate vives ahora y hacia el oriente sale a mojar mi madre tu tierra con sus lágrimas juanamanuela vino ayer de los destacamentos verdeolivas de Toay para inclinarse ante tu sueño ante tu sueño y aullaba el viento te desintegras ya ya ya lo misterioso de tu energía fidelísima perfectamente se disgrega pasa un gran disco como un bermellón que zumba zumba zumba bajo un palio de rosas mosquetas duermes alúmbrame con tu sombra blanquibayita y no sigas ayyeando en la camilla azulada

 

Ouagadougou II

Perra de fuego vuelas en la noche

 

azufranada estrella silenciosas

 

señalando otra vez luz de los Dioses

 

el lugar del Cachorro entre la escoria

 

diente radioso y ánima de azogue

 

ojo y turquesa lengua de ónix loca

 

rabo y cometa frente de oro dónde

 

drarás ladrando ladrarás ladrona

 

costilla ardiente uña flameante rondas

 

mi testa cana torreón insomne

 

piedra inflamada perla en sangre antorcha

 

tetas rubíes gemas de los orbes

 

perra de fuego misericordiosa!

 

Los Pájaros de Ouaga

A libar agua de su taza

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

en la siesta de hojumbre franca

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

amorean en lenguas mágicas

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

y me invaden aves que cantan

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

de los códices de los mayas

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

de pirámides emplumadas

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

de la América de obsidiana

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

y me invaden aves que cantan

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

de las músicas de la Atlántida

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

a su tumba de flora vasta

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

y me invaden aves que cantan

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

ay con pico nervioso y ansias

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

con ojillos alertas bajan

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

corazones de llama grana

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

y me invaden aves que cantan

 

vienen los pájaros de Ouaga

 

' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?