Lunes 05 de mayo 2025

Yancamil: de lo real al mito

Redaccion Avances 10/11/2024 - 09.00.hs

La épica historia de José Gregorio Yancamil, con sus fugas y al no rendirse ante el Ejército nacional, se asienta en el mito y lo convierte en un insoslayable sujeto político.

 

Sergio De Matteo *

 

Para que haya mito debe haber una referencia real, una experiencia vital desde donde se construya la leyenda, donde esa acumulación de capital simbólico instituya la historia ejemplar.

 

La Real Academia Española nos sugiere: “Historia ficticia o personaje literario o artístico que encarna algún aspecto universal de la condición humana”, y “Persona o cosa rodeada de extraordinaria admiración y estima”, entre otras acepciones. Lo cual nos permite tener una percepción entre lo ficcional y lo real, entre lo verosímil y lo imaginado. Entonces, con esos materiales y concepciones teóricas llevadas a escala humana, incluso, a la cotidianeidad del ser mundano, sería posible la corporificación de la memoria de un sujeto que, para constituirse como tal, se hace autor y/o héroe, sumergido en tiempos y espacios que diseñan una época, una cultura, una sociedad.

 

Plantea Mijail Bajtin que “No existe nada muerto de una manera absoluta: cada sentido tendrá su fiesta de resurrección” (Estética de la creación verbal, 1982/2005); considerando que “resurrección” tiene en el idioma ruso un significado asociado que es el de “recitación”. Es decir, la resurrección de los sentidos sugiere la recitación emergente de los sentidos; una nueva interpretación, una especie de reedición actualizada que (de una u otra forma) recupera o resignifica lo anterior.

 

Poema épico.

 

Para comprender como se legitima una referencia de ese tenor, valga como modelo el ejercicio articulado entre Leopoldo Lugones y Ricardo Rojas. En el año 1913, Lugones dio una serie de conferencias en el Teatro Odeón, en las cuales expuso su particular lectura del Martín Fierro, libro de José Hernández, donde pergeñaba la idea de patria (“Pues siendo la patria un ser animado, el alma o ánima es en ella lo principal”) y la necesidad de artefacto estético que representara nuestra identidad, por lo tanto, era necesario enarbolar un poema épico, nominar el libro nacional que le diera fundamento de existir al país (“la composición del poema épico es, por aquella misma circunstancia representativa, una tarea heroica”). Las interpretaciones lugoneanas, que elevan al gaucho a un héroe mitológico a la altura de los clásicos griegos, fueron fundamentales para que la sociedad tomase como libro representativo al poema de Hernández. Esa batalla cultural contra la inmigración (que provenían de Europa de diferentes raleas y culturas, además formados políticamente como anarquistas o socialistas) queda patentada en la publicación de las conferencias en la obra El Payador (1916) y, a su vez, se refuerza el fermento del ser nacional por medio de la Historia de la Literatura Argentina, de Ricardo Rojas, que escribe entre 1917 y 1922, cuya colección fija la épica fundacional en aquella época, especialmente los tomos 1 y 2 titulados “Los gauchescos”.

 

Mitos pampeanos.

 

Esto viene a cuento para repensar esas categorías en la provincia de La Pampa, tanto en obras representativas de la identidad provincial, así como personajes que se han convertido en parte de sus mitos y leyendas. Una de las fuentes más importantes de este reservorio patrimonial intangible son los libros Hulicho Mapu, de Enrique Stieben, y Cuentos y leyendas de La Pampa, de Nélida Giovannoni y María Inés Poduje, libro Quizás nos ayuden algunas consideraciones, como que los himnos de nuestro territorio serían la huella “De ida y vuelta”, de Roberto Yacomuzzi y Gerardo “Lalo” Molina, “Y el viento va”, de Oscar García y Carlos Groisman, o la “Milonga baya”, de Julio Domínguez “El Bardino”, en el campo de la canción. En esa línea podríamos sumar a Juan Carlos Bustriazo Ortiz, tanto su obra, su vida, sus anécdotas (la firma, el vaso con la tapa para que no se vayan los espíritus del vino, etc.), contribuyeron a su figura mitológica.

 

Yancamil.

 

Tanto la memoria de un sujeto, como sus proezas y su propia existencia, son el andamiaje del que podemos usufructuar para intentar comprender una época, una sociedad, los ejercicios de poder, las invisibilización de determinadas historias, la ocultación de personajes.

 

Ecléa Bosi relata que “Cuando un acontecimiento político revuelve la cabeza de un determinado grupo social, la memoria de cada uno de sus miembros es afectada por la interpretación que la ideología dominante le da a este acontecimiento. Por lo tanto, una de las caras de la memoria pública tiende a permear las conciencias individuales” (O tempo vivo da memória: ensaios de psicología social, 2003).

 

La historia de Yancamil, jefe ranquel, que recupera el investigador José Depetris en este mismo suplemento, contiene todos los elementos épicos para considerarlo un héroe pampeano, una figura mítica por su resistencia en defensa de su pueblo y sus hazañas.

 

Haciendo pie en la cita de Ecléa Bosi, la política tiene una deuda con Yancamil. Esa política, atada a la historia oficial mitrista, que lo convirtió en bárbaro, salvaje, debe reivindicar su valor, permitirle la “resurrección”, en términos bajtineanos, en el relato provincial.

 

La cultura y la educación ya se hicieron cargo de la “recitación” de sus gestas y de su legado. Los trabajos de investigación nutren esta saga, destacándose entre ellos, los de José Depetris, especialmente, el libro Los rostros de la tierra (2000), en coautoría con Pedro Vigne. En estas lides se destaca el historiador misionero Julio Cantero, que ha escrito sobre Yancamil fundándose en un expediente judicial que se halla en un juzgado de Santa Ana. La difusión de Pablo Camogli, también historiador misionero, que compartiera con Depetris un conversatorio en el Concejo Deliberante de Santa Rosa brindado el 20 de septiembre de 2013 sobre Andresito Guacurarí y Artigas y José Gregorio Yancamil.

 

Tempranamente, el 12 febrero de 1914 se registra en Colonia Emilio Mitre la única entrevista conocida al cacique Yancamil. Fue realizada por el maestro Manuel Lorenzo Jarrín y, entre otros puntos, el cacique relata su versión. Este material forma parte del trabajo de investigación de Claudia Salomón Tarquini y María de los Ángeles Lanzillotta (Eds.) Un quijote en La Pampa. Los escritos de Manuel Lorenzo Jarrín (1883-1942) (FEP, 2011).

 

Hugo Ferrari publica Yancamil, el último grito ranquelino (Fundación Ferrari, 2000), donde se destacan las palabras del cacique ranquel: “Los indios arengados por Yancamil forman en línea de guerra, atan sus lazos de cuero crudo por ambos extremos de sus cabalgaduras y atacan con las ‘rondas’”.

 

En el sitio web del sociólogo Jorge Etchenique, con entrada del 16 de agosto de 2012 puede leerse: “el maestro riojano Armando Romero Chaves en La Pampa. Cuando en 1931 era director de la escuela Nº 7 de Victorica, eligió, en agosto de 1931, el 49º aniversario de la batalla de CochiCó para dar a conocer un pensamiento crítico hacia la Campaña al Desierto, el que construyó en base a cuidadosas indagaciones”. Ajusta los detalles el autor de Pampa Libre: “El 19 de agosto de 1882, en cercanías de Puelén, chocaron con tropas nacionales los restos de tribus ranqueles y tehuelches capitaneadas por Yancamil, con un saldo de víctimas por ambas partes. Fue el último combate en el marco de una campaña militar que ya estaba oficialmente concluida”.

 

Aportan en esta categoría académica también Rafael Pedro Curtoni y María Gabriela Chaparro, con “El Re-entierro del Cacique José Gregorio Yancamil. Patrimonio, Política y Memoria de Piedra en la Pampa Argentina” (Revista Chilena de Antropología, 2008); Anabela Abbona, con “Estrategias de reorganización de las comunidades indígenas en la actual provincia de La Pampa: el caso de José Gregorio Yankamil (1885-1970)” (XIII Jornadas Interescuelas. Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Catamarca, 2011); Anabela Abbona, con “El hombre a todo se amolda: territorio y trayectorias de incorporación subordinada de indígenas en La Pampa. El caso de José Gregorio Yankamil, 1900-1980 (Memoria Americana, 2013); Diana Lenton, con “El expediente de la sublevación de los pampas en Santa Ana (1888, Misiones, Argentina)” (Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, 2017).

 

Desde la ficción.

 

Los artefactos culturales también reconocen las hazañas y el significado de la resistencia de Yancamil. En un rápido racconto es posible enumerar una serie de obras donde es aludido o se convierte en el personaje principal y central.

 

El poeta Juan Carlos Bustriazo Ortiz lo nombra en el poema “Cochi-Có”, del libro Zambas del Piedra Juan (1954-1959), incluido en Canto Quetral -Tomo 1- (Ediciones Amerindia, 2008): “La voz de Tránsito Mora/ gime en el piedral mojado,/ y Yancamil no perdona/ a los huincas brilladortes”.

 

Es citado en “La rendición de Manuel” (aire de loncomeo), de Julio Domínguez, y queda registrado por el Dúo Sombrarena (Delfor Sombra y Rubén Evangelista / Cacho Arenas) en la placa Voces de la Patria Baya (1975) y en el libro Rastro Bardino (FEP, 1990); cuya letra dice “Pobre Namuncurá/ que se ha entregado,/ usa uniforme huinca,/ él no es cristiano./ No puede ser, no debe ser,/ lo dijo Pincén, Yancamil también”. Aquí se subraya una interesante contraposición con Namuncurá, porque, justamente, Yancamil nunca se rindió ni al Ejército ni al Estado argentino.

 

Claudio Agrelo, cantor y guitarrista, compuso la huella “Yancamil ha quedado”: “Defendiendo su tierra/ mapú de antaño/ se ha perdido una sangre/ de tantos años./ Yancamil ha quedado, para contarlo”.

 

El músico y compositor Marcelo Ferraris, oriundo de San Andrés de Giles, compone y le dedica el tema instrumental “Yancamil (milonga contra olvido)”. Esta obra para guitarra fue estrenada en Estados Unidos por el músico Willian Fisly, en abril de 2019.

 

El escritor quemuense Ruben Arias escribe el cuento “El último de los zorros” basado en su historia y lo incluye en su último libro publicado La Travesía. Donde puede leerse: “Gregorio Yancamil, Ranquel del linaje de los Zorros, como Painé Guor y Epumer, era un hombre altivo, su sola presencia imponía respeto./ El Lonko llegó a vivir hasta una edad avanzada, vivió triste por el destino de su pueblo, empobrecido y desheredado de la tierra./ El último de los Zorros, partió a la morada de los Ancestros sin que jamás nadie pudiera rendirlo. En su lucha de causas perdidas ni la muerte pudo someterlo”.

 

Otros recursos.

 

El arquitecto Miguel García, junto a los escultores Raúl Fernández Olivi, Rubén Schaap y el artista plástico Marcelo Pifarré, emplazaron el monumento a Yancamil en la plaza de Victorica. También García es autor del retrato de “Yancamil” (óleo, 1.20 x 0.80cm, 2005).

 

De 2010 data el documental “Yancamil, el cacique”, del director Jorge Citrángolo, de la Fundación Cruz del Sur. El programa que se emite por la Televisión Pública Pampeana, Rankülche Rüpü, que conduce María Inés Canhué, lonko de la Comunidad Willi Antú, le dedica los capítulos 9 y 10, y a la plaza Héroes de CochiCó el capítulo 11.

 

* Investigador. Colaborador

 

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