Sabado 14 de junio 2025

El día que Maradona pidió "que paguen los que más tienen"

Redacción 09/04/2025 - 00.13.hs

"Y como había prometido, Diego llegó a la escuela. Acompañado de Claudia, su papá y Marcos Franchi, recorrió los dormitorios, la cocina y las aulas. Luego fue a la canchita y se puso a hacer jueguitos con la pelota que él mismo había llevado. Esa pelota luego la firmó y se las dejó de regalo. Los chicos le entregaron un perchero con astas de ciervo realizado por ellos mismos", relata Diego Dal Santo en su libro al recrear la visita del Diez a la escuela de Jagüel del Monte, uno de esos momentos especiales de la semana de Maradona en La Pampa, acontecimiento del que en estos días se cumplen 31 años.

 

"Maradona en La Pampa" es el segundo libro escrito por Dal Santo, abogado santarroseño, fanático de Diego y también autor de "Maradona en números", entre otras iniciativas con el Diez como eje. En su segunda creación literaria, que salió a la luz en diciembre del año pasado, describe con lujo de detalles el paso de Maradona por nuestra provincia en la previa del Mundial de 1994, con entrevistas a quienes estuvieron con él y diferentes historias que, a lo Diego, van mucho más allá de lo deportivo.

 

Maradona llegó a Santa Rosa el 10 de abril de 1994 con el objetivo de ponerse a punto para el Mundial de Estados Unidos y estuvo una semana entrenando, con base en la estancia "El Marito" y recurrentes viajes a Santa Rosa para trabajar en el gimnasio de boxeo de Miguel Angel Campanino, en el Tiempo Libre de Omar Lastiri y en la pileta cubierta del Club All Boys.

 

Fueron siete días los que estuvo Diego en tierras pampeanas, donde -luego reconoció- "rejuveneció" y volvió a sus orígenes, además de cargar energías para el que sería su último Mundial, aquel en el que le cortaron las piernas.

 

"Para mí es una historia de amor con un final triste", resume Dal Santo al hablar de aquella histórica visita, que recrea en su libro con el antes, el durante y el después, finalizando con el polémico dóping positivo en Estados Unidos.

 

"Hay una historia de amor increíble de Diego hacia la Selección Argentina y lo que significaba para él la camiseta. Venir a un lugar desconocido, sin ningún tipo de comodidades, con el riesgo de lesionarse, y que todo vaya pintando de muy buena manera, con muy buenas sensaciones previas y posteriores, con lo que significó la puesta a punto ya en Estados Unidos y los dos primeros partidos del Mundial... Y después el final de la historia. Por eso me parece que es una historia de amor con un final triste, trágico para mí", agrega el escritor.

 

Y hoy, a 31 años de aquella visita, rescata las huellas que dejó Diego en La Pampa más allá de lo deportivo: su compromiso social, su contacto con la gente, sus visitas a las escuelas y una declaración política que lo retrata: "La gente que más tiene es la que más tiene que pagar".

 

- ¿Cuál dirías que fue "el día" de los siete que Diego pasó en La Pampa?

 

- El último día; ese domingo que Diego visita la escuela de Jagüel del Monte a la mañana y visita la escuela en Santa Rosa (la Escuela Hogar 114) a la tarde, pasado el mediodía. Para mí ese es el día. ¿Por qué? Por un lado por la vinculación con las escuelas que tuve siempre, porque mi mamá era maestra y por lo que significan los chicos. Pero además se trataba de Diego yendo a Jagüel del Monte, en pleno monte pampeano y 'sin ningún tipo de necesidad' de hacerlo más que por su decisión. Él podría haber venido a la ciudad a entrenar y volverse al campo porque era su búnker. Y sin embargo el tipo hace 40 kilómetros de arena, de arena real, y va a una escuela rural. Para mí esa imagen y la imagen del Diego del mediodía que va a la otra escuela en Santa Rosa es lo mejor. Por supuesto que todos los días estuvieron buenísimos, con los distintos personajes y las rutinas de entrenamiento, pero para mí esas dos visitas y el significado que tuvieron fueron lo mejor. Diego hablando con los chicos del esfuerzo que tenían que hacer para conseguir los logros, que siempre iba a haber gente alrededor con envidia que los iba a tirar para atrás... Diego tomando la leche con los nenes en Jagüel del Monte. Bueno, esas dos historias, que justo son coincidentes en el día, que fue el último, me parece que son las más lindas de todas. Y por ahí quizás son las menos conocidas para el gran público. Y tienen además algo de mágico, con Diego diciéndole a los directivos (de las escuelas) "Che, yo voy, pero nada de gente grande, no quiero cámaras, no quiero periodistas"... Esas dos visitas fueron espectaculares.

 

- Es el Diego con compromiso social, el que dice volver a sus orígenes...

 

- Sí. Están los recuerdos de Fiorito, el famoso "¿A dónde me trajeron?" cuando llega al campo, o el "¿Te acordás de esto, viejo?", cuando se afeitaba al sol y recordaba que en que Fiorito tenían 'menos luz que el tren fantasma'. Y además está su mirada política, porque yo cuento en el libro que hay una entrevista donde Diego dice que 'la gente que más tiene es la que más tiene que pagar', y a mí me quedó haciendo mucho ruido por lo que pasó con el 'aporte solidario' en la época de la pandemia. Porque Diego se anticipó 26 años al hablar de algo que luego surgió en pandemia... Y lo dijo acá, en La Pampa.

 

- ¿Y en qué contexto lo dijo?

 

- En una entrevista con Canal 13, con Torneos, con los que tenía un contrato. Se hacían imágenes, que son las que conocemos hoy, y las decoraban con charlas con Diego. Le preguntaban por Boca y Diego decía 'Boca es el amor de mi vida, ya voy a volver a Boca'; le preguntaban por Fidel Castro y Diego decía que él "no era comunista", pero que "reconocía la magnitud de la figura de Fidel" y manifestaba sus ganas de verlo. Y en ese contexto, él dice esto de que la gente que más tiene es la que más tiene que pagar, y que había que discutirle el poder a los grandes, que no todo era lo que decía la Capital Federal... A mí me marcó muy fuerte eso, porque 26 años después, en una pandemia mundial, nosotros seguimos discutiendo ese tema. Y hoy, en un momento en el que se pone en crisis el concepto de justicia social, que él haya dado esas opiniones políticas y sociales preparándose para el Mundial, en nuestra provincia, es magnífico.

 

"Una manera de mantenerlo vivo".

 

Desde aquella visita que comenzó el 10 de abril de 1994, todos los abriles se recuerdan los días de Diego Maradona en La Pampa, recreando historias, observando imágenes de esa semana mágica o escuchando testimonios de quienes tuvieron la posibilidad de vivirlo de cerca.

 

"Es una manera de mantenerlo vivo. Y en este contexto donde lo que se está ventilando de Diego son cosas feas, y teniendo en cuenta que últimas imágenes de Diego no fueron las mejores, me parece que traer estas historias es como un mimo al alma", reflexiona Diego Dal Santo, quien hoy encabezará una charla para hablar sobre la marca que Maradona dejó en La Pampa y que plasmó en su libro.

 

El encuentro tendrá lugar desde las 19.30 en la librería '451 Libros', en Avenida San Martín 167 de Santa Rosa, y junto a Dal Santo estará otro gran admirador de Maradona y su legado, el periodista y docente tucumano Exequiel Svetliza.

 

"A mí me pone orgulloso contar que Maradona estuvo en La Pampa, y por eso cuando hablé con la editorial sobre las condiciones para el libro, lo único que les dije que no negociaba era el título: Maradona en La Pampa", cuenta Dal Santo.

 

Y en ese afán por "mantener vivo" a Diego o recordarlo de la mejor manera por su paso por nuestra tierras, se emociona al destacar lo que fue Maradona una vez que cerró su preparación en La Pampa: "Entre otras historias, el doctor (Néstor) Lentini me cuenta que cuando Diego vuelve de la Pampa a Buenos Aires, lo evalúan y los resultados que le dan son los resultados del Maradona del '82, de Barcelona. Es una locura ponerse a pensar que doce años después, el tipo consigue en La Pampa las mismas métricas que había tenido en Barcelona. Y ese es el Maradona que va al Mundial de Estados Unidos. Eso me volvió loco".

 

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