Lunes 22 de abril 2024

Esperando el cielo azul

Redacción 16/11/2022 - 00.03.hs

Debe ser porque cuando Eduardo Franco, la voz de Los Iracundos, escribió “Puerto Montt”, la famosa canción que se transformó en un clásico de todos los tiempos, no lo hizo en verdad situándose en estos lares. El segundo de nuestros días en el sur chileno nos ha dejado, y promete, bonitas imágenes en nuestros ojos, pero nada de cielo azul.

 

Para nosotros, visitantes en la ocasión, todavía hay varios días de esperanza de que el gris del cielo deje de derramar agua y nos deje ver el azul tan mentado, pero tras lo que ha sido este arranque esta versión XXIX de los Juegos Binacionales de la Araucanía difícilmente lo logre.

 

Las históricas dificultades de las delegaciones argentinas para superar el doble vallado que significa abandonar el país e ingresar al vecino (que alterna cada año cuando los chilenos deben cruzar la Cordillera en el sentido contrario) no son nuevas. Más bien parecen un sello inalterable consecuencia del fracaso constante de gestiones buscando morigerar esa dificultad. De un lado y otro de Los Andes no aflojan y “pasar” puede ser toda una odisea alimentada por la burocracia.

 

Eso le quitó el brillo a la apertura. Ausencias no hubo, lo que sucedió se define con la palabra “demora”. Y en la medida que fueron llegando las delegaciones, el cielo azul se nubló, se ennegreció cada vez más. La organización de Los Lagos, como así llaman a esta región, naufragó en las aguas de la falta de previsión y de indisimulables problemas presupuestarios, no confesados en tiempo y forma donde hay que hacerlo, es decir en el Comité Binacional que le toca presidir al pampeano Ceferino Martínez Almudevar.

 

Las carencias y los huecos que presenta la puesta de estos Juegos han sido indisimulables y motivo de airados reclamos del resto de los participantes. La consecuencia es que, ante notorias faltas, las delegaciones visitantes debieron apelar a meter la mano en el bolsillo para hacer frente a responsabilidades que, siempre, han sido responsabilidad del anfitrión.

 

A esto hay que agregarle cierto resquebrajamiento que parece existe en el ánimo que reina de este lado de la cordillera respecto de la continuidad y entusiasmo que hay que ponerle a este, ya histórico, programa binacional.

 

“Los Juegos están y deben seguir estando, hay que redoblar esfuerzos, buscar alternativas. Pero los Juegos se han instalado y ustedes, los deportistas, deben reclamar a sus dirigentes que sigan existiendo”, enfatizó en su discurso el pampeano Almudevar, en su carácter de presidente del Comité Binacional. No fue un discurso de ocasión, sin dudas resultó una definición política firme de lo que se piensa en celeste y blanco y un claro mensaje para algún chileno que no está poniendo lo que hay que poner.

 

En el anochecer del primer día de competencias, segundo por aquí de los visitantes, el cielo sigue entregando agua. “Bienvenidos al Sur de Chile”, se escuchó de boca de un dirigente local cuando apareció un chubasco en plena prueba de ciclismo. No será una frase romántica como para una canción, pero es más realista que la de Eduardo Franco, que al cabo nunca estuvo por Puerto Montt. (Herues)

 

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