Jueves 08 de mayo 2025

Juli y sus ganas de aprender

TIENE “HUESOS DE CRISTAL” Y CUANDO NO PUEDE IR A LA ESCUELA RECIBE EDUCACIÓN DOMICILIARIA

Redaccion Avances 14/08/2024 - 00.11.hs

Tiene 10 años y cursa quinto grado en la Escuela 218 de Santa Rosa, pero sus problemas de salud la obligan a permanecer en su casa durante largos periodos. Allí tiene garantizado seguir con las clases con un docente a domicilio.

 

Apenas se traspasa la puerta que abre su madre, Juli ya es pura simpatía y energía. Saluda con una sonrisa dibujada en su cara y gracias a su amplio vocabulario y oratoria puede describir cada detalle de sus clases sin necesidad de preguntarle. Tiene 10 años y un diagnóstico de osteogénesis imperfecta, un trastorno genético que genera que los huesos se fracturen con facilidad, por eso comúnmente se la denomina “Huesos de cristal”.

“Se fractura de manera constante, por eso desde el jardín de infantes comenzamos con las maestras en casa. Cuando estuvo en Sala de 5 se fracturó tres vértebras y eso le generó estar un año acostada. En el primer año de la pandemia no se podía ir a la escuela y en el segundo no podía usar barbijo. Este año comenzó pero se fracturó el húmero y hubo que hacerle una cirugía de corrección, pero apenas puede vuelve a la escuela porque a ella le encanta”, describe con precisión Marisa, la mamá de Juli que abre las puertas de su casa del barrio Nelson Mandela de Santa Rosa para recibir a las dos referentes de la Educación Domiciliaria y Hospitalaria del Ministerio de Educación de La Pampa, Vanina Minetti y Cecilia Martínez, junto a un equipo de LA ARENA.


Juli se siente cómoda al responder las preguntas y más aún con las fotos. No duda en señalar a Matemáticas como su materia preferida, a sus amigas y compañeras Camila y Luciana, junto con Lisandro, como sus compinches de los recreos y a Fernando, el docente que en esta etapa le brinda clases en su domicilio.

“Cuando puedo ir a la Escuela me gusta estar con mis compañeros, jugar, aprender. Ellos me re cuidan y desde los 4 años que se ponían todos a mi alrededor porque estaban emocionados que fuera a la escuela y porque me querían conocer. Y yo no tengo problemas en charlar”, afirma Juli, por si hacía falta ratificarlo, al tiempo que muestra un cuaderno impecable desde la prolijidad y el seguimiento de cada clase.

Juli no puede caminar y cuando tiene la chance de cursar en el aula, un transporte se encarga de buscarla en su casa y luego llevarla de vuelta. Asiste al turno tarde de la Escuela 218 y ya decidió que, cuando pase al secundario, irá al colegio Arturo Illia.

“Si estoy en domicilio por mis fracturas lo que más extraño es el bullicio, la bulla de los chicos gritando en el recreo, hablando, corriendo. Además de eso lo que más me gusta es jugar, mirar la tele, mirar mi teléfono y también revolcarme en el piso”, dice con gesto pícaro Juli que, en su casa, convive con su madre Marisa, su papá Oscar y su hermana Ludmila (17).


Progreso.
“A Juli le gusta mucho aprender y siempre quiere estar al día con la tarea, en ese sentido como docente es muy lindo porque se nota su progreso y su interés. En un momento fui su maestra y ahora está con Fernando desde hace tiempo, y parece que se llevan muy bien”, sonríe Cecilia al describir los vínculos que establece la niña con sus docentes domiciliarios.
“Ella no camina pero hace un tiempo bailó en un acto escolar, y ahora tiene el acto del 17 de agosto que lo van a hacer entre los dos cursos. Siempre intentamos que haga la mayor cantidad de cosas posible pero todos sabemos los cuidados y limitaciones y ella lo acepta”, señala Marisa y Juli asiente. Y recuerda que la última vez que fue a la Escuela hizo Educación Física “haciendo rebotar una pelota contra la pared”.

-¿Y qué materia te gusta más para estudiar?
-Matemática es lo que más me gusta hacer y por suerte las cuentas me salen re bien. Y Lengua más o menos, pero igual el profe me re ayuda siempre.

Juli muestra páginas de sus cuadernos y se luce con la prolijidad y las buenas notas. Vanina y Cecilia le hacen bromas y ella se divierte. Por ahora no puede asistir a clases pero sabe que su derecho está garantizado cuando llega Fernando y se dedican a estudiar. Ya llegará el momento de volver a compartir, jugar y charlar en el aula, en los pasillos y en el patio. Y cuando esa situación se produzca, Juli ofrecerá su mejor sonrisa y sus ganas de aprender.

 

'
'