Repudian a Trump en Londres
Miles de personas se movilizaron en Londres para repudiar la visita del presidente estadounidense a las islas británicas. El rey Carlos III le ofreció la bienvenida militar más importanter que se recuerde. En la manifestación ondeaban banderas palestinas.
Miles de personas se concentraron ayer en el centro de Londres para protestar por la visita de Estado que Donald Trump inició el miércoles en Reino Unido. Con carteles, disfraces, cánticos y banderas (en su mayoría de Palestina) e incluso globos y muñecos con la cara del presidente estadounidense, los asistentes mostraron su desacuerdo con la visita y los honores con los que fue recibido en el castillo de Windsor, a las afueras de la capital, por el rey Carlos III.
La concentración, organizada por la coalición “Stop Trump” partió desde la céntrica calle Portland Place, y transitó por Oxford Street para pasar por puntos emblemáticos como Picadilly Circus o Trafalgar Square, antes de llegar a la plaza del Parlamento, donde se leyó un manifiesto. “Estoy aquí para manifestarme y he asistido a todas las manifestaciones de los últimos dos años para protestar contra la doble moral, la criminalidad de un genocidio, contra un presidente que es un criminal y al que no se debería invitar a ningún sitio”, dijo Rose Issa, una jubilada londinense, a la agencia de noticias EFE.
“Racista y violador”.
Antes de comenzar la marcha, se vivieron algunos momentos de tensión cuando un hombre se sentó frente a la cabecera de la manifestación con una silla y una pequeña mesa de la que colgaba un cartel en el que se leía “Your side killed Charlie Kirk. Prove me not” (Su lado mató a Charle Kirk. Demuéstrame que no). Esta persona, que fue custodiada por la policía en todo momento, lanzó arengas a favor de Trump y acusó a los manifestantes de apoyar la muerte del activista conservador Charlie Kirk, por lo que recibió abucheos y gritos, sin que se causasen disturbios graves.
El ánimo general era de desaprobación ante un Trump que “debería estar en prisión, como (el primer ministro israelí, Benjamín) Netanyahu”, aseveró Issa. Para Jim O'Donnell, un ingeniero de software británico, el Reino Unido está recibiendo “a un racista y a un violador convicto”, y reclamó al gobierno que se niegue a colaborar con el presidente estadounidense. “No creo que debamos reconocer a este hombre en absoluto. Deberían plantarle cara y el gobierno debe desarrollar algún tipo de columna vertebral moral y decirle que no a este hombre”, añadió.
A la protesta acudieron diversos grupos, incluyendo un grupo de judíos antisionistas o asociaciones estudiantiles, y manifestantes disfrazados del propio Trump.
El primer ministro británico, el laborista, Keir Starmer, también fue objeto de repudio por su condición de “aliado” del republicano. “Me manifiesto no solo por el cambio climático o por el propio Trump, sino por Trump y todos sus aliados, incluidos Keir Starmer y el gobierno británico. Creo que se están ensuciando, tienen las manos llenas de sangre y es repugnante ver que dan la bienvenida a un criminal”, exclamó Issa.
Encuentro con el rey.
Trump fue recibido el miércoles por el rey Carlos III y la reina consorte Camila, en el castillo de Windsor, a unos 40 kilómetros de Londres, después de llegar en la noche del martes al Reino Unido, donde permaneció hasta anoche. El republicano le regaló al monarca británico una réplica de la espada que el presidente Dwight Eisenhower usó durante la II Guerra Mundial.
Por su parte, los reyes le entregaron un volumen de cuero conmemorativo del 250 aniversario de la Declaración de Independencia estadounidense y la bandera británica que ondeó en el Palacio de Buckingham el día de su investidura el 20 de enero.
La magnitud de la ceremonia ofrecida a Trumop no tiene precedentes y marca la mayor bienvenida militar para una visita de Estado al Reino Unidoa. Alrededor de 120 caballos y 1.300 miembros del ejército británico participaron en la ceremonia de bienvenida en Windsor, con 160 efectivos de la Marina Real Británica y 140 de la Real Fuerza Aérea Británica (RAF). Es la segunda visita de Estado del magnate a Reino Unido, tras la de 2019 durante su primer mandato.
(RT)
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