Una ola de ataques de monos salvajes aterroriza a Japón

Una ola de ataques a personas, protagonizada por monos macacos, dejó más de 50 heridos, en una ciudad japonesa, lo que inquita a la Policía que, en las últimas horas, abatió a uno de los animales. 

 

Los repetitivos hechos ocurrieron en la localidad de Yamaguchi, situada al sudoeste de Japón.

 

De acuerdo con la cadena japonesa NHK, las víctimas sufrieron desde rasguños hasta mordeduras en las piernas, manos, cuellos y hasta estómagos.

 

Una adolescente dijo que un mono le mordió la pierna, mientras que otro se habría introducido en el apartamento de una mujer en el cuarto piso, según testimonios recogidos por la misma cadena. 

 

Una niña de cuatro años fue arañada en un apartamento, mientras que en otro caso un mono irrumpió en un aula de una guardería.

 

Algunos residentes informaron sobre múltiples incursiones de los macacos en sus hogares. Acceden por puertas corredizas o por ventanas abiertas.

 

"Escuché un llanto proveniente de la planta baja, así que me apresuré a bajar", dijo un padre a la prensa japonesa. "Entonces vi un mono encorvado sobre mi hijo", amplió. 

 

En estos momentos la Policía japonesa usa pistolas tranquilizantes para tratar de detener la ola de ataques de monos salvajes, acota EURONEWS. 

 

ABATIDO.

 

Por su parte, un miembro de la banda de estos monos fue capturado en estos días y posteriormente abatido, informaron las autoridades niponas. 

 

Tras ser hallado en la noche del martes en los terrenos de un instituto por unos cazadores, el mano macho recibió un tranquilizante y fue sacrificado tras ser identificado como uno de los animales responsables de los ataques, indica la BBC MUNDO. 

 

Las autoridades han estado cazando a los monos desde que comenzaron los ataques a adultos y niños hace unas tres semanas. 

 

Los macacos japoneses pueden verse con frecuencia en varias partes del país, especialmente las zonas montañosas y suelen comerse las cosechas o entrar a las casas por comida, aunque los ataques a humanos son poco comunes. Por eso, esta serie de ataques inquieta a la Policía.