De buena madera
En el Parque Industrial de Santa Rosa una fábrica se distingue por su innovación, calidad y crecimiento: Misiones Maderas se destaca por la calidad de sus distintos productos. Pedro Gvozd llegó desde la Mesopotamia para desarrollar una pyme que emplea a 23 personas.
"Te cuento algo que quizá llame la atención. Yo soy odontólogo. Y antes de venir a La Pampa también trabajaba como disc jockey en fiestas, casamientos, actos de la escuela. Es algo que me encanta", dice Pedro después de más de una hora de hablar de máquinas plegadoras, cortadoras, texturas, colores y todo el universo que rodea a la industria de la madera.
Pedro Gvozd (45) es de Santa Rita, un pueblo de Misiones que basa su economía en el cultivo del tabaco y que lo conoció, entre otras cosas, por su trabajo como el clásico "dentista". Hoy, a sus 45 años, es un empresario pampeano que lleva adelante una de las madereras más importantes del centro del país, que da empleo a 23 personas, ocupa 30 mil metros cuadrados en el Parque Industrial de Santa Rosa y está en plena expansión.
"Mi suegro, Claudio Lindemann, tenía una maderera en Misiones y en la crisis de 2001 las cosas se complicaron mucho. Era una empresa familiar y surgió la posibilidad de instalarse en Santa Rosa. Primero vino uno de sus hijos a ver cómo era la situación acá. Comenzaron en Sansinanea y Circunvalación y al tiempo mi cuñado se volvió y ahí vinimos nosotros", explicó Pedro sobre el origen de Misiones Maderas.
Junto a su mujer Karina (de 25 de Mayo, una ciudad cabecera de departamento de la provincia mesopotámica), Pedro se instaló en Santa Rosa y dio los primeros pasos con una firma que en ese momento se dedicaba a fabricar y vender maderas para techo y artículos rurales.
"Escuchábamos mucho a los clientes y en ese momento se empezó a expandir el tema de las placas, así que sumamos ese producto y también herrajes para muebles. También vimos la diferencia entre lo que se hacía acá y lo que veíamos por internet: las terminaciones que se trabajan en otros lados eran todas con máquinas y acá todo el trabajo de los carpinteros era artesanal. Primero compramos una seccionadora, después otra, adquirimos una pegadora de canto que le daba terminación a los trabajos y así fuimos sumando tecnología".
Esa industrialización provocó una mirada desconfiada de los carpinteros. "Al principio pensaban que éramos competencia, pero nosotros les explicábamos que nuestra idea no es competir con ellos sino potenciarlos, se dieron cuenta de que podemos ser socios estratégicos. Ellos hacen las partes más complicadas, las del principio y las del final con el ensamble y la instalación, y nosotros hacemos la del medio. Siempre decimos que es una posibilidad para el que lo quiere y lo necesita. Hoy el servicio de corte y pegado que ofrecemos lo tiene más del 80 por ciento de los carpinteros".
Para no competir con los carpinteros locales la empresa decidió que los muebles terminados, en su mayoría, los comercializaría fuera de la provincia. "Salimos a buscar otros mercados y a vender en distintas ciudades de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Neuquén. No te podés quedar quieto. Hoy el cliente te demanda permanentemente, tenés que innovar porque con un click en la computadora o con mirar el teléfono ya ven algo nuevo y te lo piden".
Expansión.
El fuerte de Misiones Maderas es el desarrollo tecnológico que incorporó. Los procesos netamente industriales que realiza le permiten a la empresa destacarse en un rubro con una fuerte demanda, y también con una destacada oferta.
"Hay muy pocos que a nivel nacional hacen lo que hacemos nosotros, tenemos el proceso completamente industrializado. Hoy se habla mucho de los cluster de empresas donde cada uno aporta lo suyo y así se hace cada vez mejor el producto final. Nosotros apostamos a eso", resaltó Gvozd desde su oficina en la planta del Parque Industrial santarroseño en donde durante muchos años funcionó la fábrica de camisas Indumentaria Argentina.
La apuesta de Misiones Maderas también encontró apoyo en el gobierno provincial. Un crédito del Ministerio de la Producción fue clave, junto con fondos propios, para adquirir máquinas, un camión, un autoelevador, programas de software, compresores y también construir una nueva nave dentro de la fábrica.
"El 85 por ciento del proyecto ya lo hicimos y además fuimos incorporando mano de obra. Nuestro objetivo también es apuntar a Neuquén, y en ese sentido tenemos una herramienta fundamental que es el Centro de Negocios que la Provincia abrió allá. Me parece que es una gran apuesta, inteligente y muy jugada. Plantarse ahí y decir: 'Vengo a vender mis productos pampeanos'. Para nosotros es muy tentador el desafío porque en 100 kilómetros -lo que es el Valle- tenés tres veces lo que es La Pampa, con un polo petrolero fantástico. También sabemos que manejan otros tiempos y otros volúmenes, en todo sentido, entonces tenés que estar listo porque si no, enseguida quedás afuera", admitió el empresario.
La otra pata donde, según Gvozd, se apoya el desembarco en tierra vecina es el Compre Pampeano, la posibilidad que el Banco Pampa le da a las empresas locales de acceder a beneficios como vender fuera de la provincia con tasas muy favorables.
"El Centro de Negocios es el lugar donde podemos ir a hacer contactos, charlas, reunirnos, ofrecernos, está todo dado para participar. Tanto el Centro como el Compre Pampeano son herramientas que tenemos que aprovechar. Nos dan esa posibilidad y está en cada uno sacarle el mejor provecho", dice Pedro, el DeeJay que dejó colgado el delantal y el torno y se puso el traje de emprendedor empresarial. Y parece que acertó con la elección.
Muebles al tacto
Una de las características de la empresa santarroseña es no quedarse quieta. Mirar, estar atentos a los cambios, a lo que se viene. Y a la demanda. Por eso Gvozd estuvo en la Feria del Mueble en Italia, el país líder en ese rubro gracias a innovación y calidad.
"Si bien hay países como Alemania que crecieron muchísimo, Italia sigue siendo la que marca el paso, es la cuna del mueble. Y lo que vimos es que se están vinculando mucho con la industria automotriz. Por ejemplo alacenas que se abren o se cierran con pasar la mano por delante, es decir, movimientos que hagan aperturas o cierres. En los autos lo están haciendo: por ejemplo la señora que sale del supermercado toda cargada, con un movimiento de la mano abre lo que llaman la quinta puerta del auto, el baúl. Eso se está incorporando a los muebles y con la globalización eso no es que llega dentro de un tiempo, ya está. Es ahora que el cliente lo ve y lo pide".
Para el responsable de Misiones Maderas hay otra modalidad que se va a imponer mayoritariamente en la edificación: la construcción en seco y el sistema Steel Framing. "Eso es lo que viene, no tengo ninguna duda. Yo realmente no le veo un solo punto en contra: se gana en tiempos, en seguridad, en números, en plazos. Todo es beneficio y va a desplazar a la construcción tradicional", afirmó el empresario.
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