«Picoteo Pampa», un emprendimiento a puro sabor
Candela Benéitez descubrió en las tradicionales picadas gastronómicas una salida laboral que brinda el mejor resultado.
Jamón cocido, jamón crudo, bondiola, mortadela, cantimpalo, salame milán, chorizo seco, quesos pategras, azul, tybo, gouda, cheddar y fiambrín. Junto a las infaltables aceitunas. Clásica, con todo lo que tiene que tener y con la mejor presentación, esa que entra por los ojos y se disfruta por el paladar. Para compartir en familia, en pareja, en grupo, en un evento. No importa el momento y el lugar, la picada siempre va. Y Candela se especializa en que vaya de la mejor manera.
“En principio hacía y vendía postres, pero para un cumple de mi mamá preparé una picada grande y después me empezaron a pedir. Es algo que me sale bien, las preparo de la mejor manera, abundantes, y así empezó el proyecto. La picada se pide mucho para comer entre amigos o familias pero también para regalar, en esos casos tenemos cajas especiales”, detalla Candela Benéitez, una chica de 24 años que encontró en una de las vertientes de la gastronomía la salida para trabajar y generar sus propios ingresos.
“Estuve cuatro años en General Pico estudiando Veterinaria hasta que me surgió la posibilidad de irme a Italia y viajé. Fueron tres meses en los que trabajé como moza en un bar y volví justo antes que cierren todo por la pandemia, el 3 de marzo del año pasado. Ahí fue donde empecé a ver qué podía hacer y surgió lo de Picoteo”, recuerda Candela mientras prepara uno de los encargues que más se repite: juega la selección argentina y la picada siempre aparece entre las preferencias a la hora de reunirse frente a una pantalla futbolera.
Los pedidos y encargues empezaron a llegar. Candela hizo un acuerdo con una fiambrería para proveerla “con precios muy buenos” y así la rueda empezó a funcionar. Ella se encargó de darle un toque especial a cada presentación y las opciones fueron surgiendo: para 2 o 3 personas, 4-5, 6-7 y hasta para 8-10 comensales.
Y cuando la cuarentena impuso los días de mayor confinamiento, el proyecto tuvo su boom. Los llamados y mensajes se multiplicaron en días de encierro y aislamiento obligado.
“Fue cuando mejor se trabajó, cuando la gente más encerrada estaba y sobre todo con los regalos: hubo muchísimos pedidos de gente que le enviaba a sus familiares o amigos que estaban aislados en hoteles como consecuencia de la pandemia. Hubo días que despachaba hasta diez picadas, y lo que me sorprendió es que me llamaban de todos lados, no solo de Santa Rosa, pedían desde General Pico, Catriló, General Acha. Macachín. Hasta me llamaron desde Ezeiza para que envíe una caja a gente encerrada en un hotel”.
De exportación.
“No dejes para mañana lo que puedas picotear hoy”, invita el lema del emprendimiento cuyo WhatsApp es 2954-651030, el lugar para hacer pedidos que llegan a toda Santa Rosa y al Lowo Che de Toay.
“Por la mañana trabajo en una inmobiliaria y además estudio Administración de Negocios Agropecuarios, es como que tengo cada segundo del día ocupado, pero lo que me genera Picoteo me permite tener mi entrada económica extra para pagarme determinados gastos. Se viene el verano y es un punto fuerte para la venta, la gente se está reuniendo mucho ahora que se puede y la picada siempre es una opción de primera mano”, asegura Candela.
-¿Y cómo pensás seguir con el proyecto?
“Estoy muy contenta, la clientela me lo hace saber y eso hace que quiera cada vez mejorar, agregar cosas, brindar un mejor servicio. Mi idea es ir Italia de nuevo en algún momento, por ahí quién dice sale Picoteo Europa”, se ríe Candela. “Los box de regalo son una especialidad y la gente lo pide mucho, se arma una caja especial y se lo enviamos a quien cumple años, se recibe en la Universidad o lo que sea. Es un regalo original y que se disfruta entonces tiene una gran demanda”, agrega la joven responsable de Picoteo Pampa, una asociación ineludible en una provincia donde juntarse y picotear es tan clásico como el quesito arriba de un buen chorizo seco.
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