Miércoles 01 de mayo 2024

Sobre suelo firme

Redacción 29/07/2023 - 00.19.hs

Javier Rodríguez trabajó desde su adolescencia en el rubro de la construcción y cuando llegó la pandemia se enfocó en su propio emprendimiento: una fábrica de baldosas, losetas y adoquines de altísima calidad que se adaptan a distintas demandas y necesidades.

 

Los distintos modelos sobresalen por su calidad y por su presentación estética. Javier explica las distintas características, las diferentes utilidades y los detalles de la tarea artesanal a la que somete a cada pieza de hormigón con la que trabaja. “Si bien siempre trabajé en la construcción, esta posibilidad de hacer cosas por mi cuenta surgió un poco por casualidad y también por necesidad, pero me dio la chance de tener mi propio proyecto y eso es muy valioso”, destaca quien hace un tiempo descubrió su ADN emprendedor y la demanda cada vez mayor de su producción le confirmó que había tomado el camino más adecuado.

 

Javier Rodríguez tiene 43 años, es de Santa Rosa, y desde 2021 puso en marcha “J.R. baldosas”, una mini fábrica de adoquines, baldosas y losetones ubicada en la calle Río V 1846, entre Gaich y Corona Martínez (el número de WhatsApp es 2954 313417), al sudeste de la ciudad y que ofrece distintas alternativas hechas en hormigón.

 

“Arranqué a trabajar en la construcción a los 16 o 17 años, junto a mi viejo y a mi hermano. Empecé como albañil y tratando de estudiar en el secundario. Mi papá Nelson hizo lo imposible para que estudie pero en un momento abandoné los libros y sólo trabajé. Sé que mucha gente puede hacer las dos cosas, pero en mi caso no tuve la facilidad o la decisión de hacerlo, así que me dediqué de lleno a ese trabajo”, rememoró Javier sobre una tarea que sabe de sobra de sacrificios y esfuerzos.

 

“Después de tantos años el cuerpo te pasa factura, en mi caso con dolores de cintura que llevaron a que en un momento realmente se me complicara. Y encima llegó la pandemia y no se podía salir ni hacer nada. A mí siempre me gustó el tema del hormigón y hacía macetas y otras cosas para vender, pero un día vi en internet a un muchacho que vendía moldes de hormigón y lo contacté. Le dije que podía comprarle hasta diez moldes para baldosas y me entusiasmé con eso, fui comprando de a poco y por suerte él me daba facilidades para ir pagando porque de otra manera no hubiese podido arrancar”, agradece Javier sobre esos primeros pasos.

 

Rodríguez fabrica losetas para veredas, baldosas, adoquines para veredas, quintas, entradas de autos u otras posibilidades de acuerdo a la demanda del cliente. “En el caso de los adoquines está bueno porque son gruesos (pesan unos 17 kilos) y en los espacios que quedan crece el pasto, entonces en un terreno medio desnivelado te re sirve porque revierte ese desnivel y además queda estético. También te ahorrás un montón respecto a si tenés que hacer toda una estructura compacta de hormigón”.

 

Moldes.

 

Luego del inicio del proyecto, Javier pudo crecer y expandirse y hoy cuenta con 30 moldes diferentes. “Lo que puedo llegar a producir oscila entre las 90 y 100 losetas o adoquines por semana. Trabajo todo con pedidos particulares y tengo variedades de seis losetas, que tienen una variación estética con los dibujos y con el color. Esas son las cosas que el cliente puede elegir y por supuesto que yo les ofrezco mi asesoramiento, pero después el que decide es quien hace el pedido”.

 

Javier tiene su lugar de trabajo repartido en distintas áreas del terreno donde tiene la casa que comparte con su pareja Belén y los dos hijos de la pareja. Un recorrido permite reconocer el proceso de calidad que sigue para tener el mejor producto.

 

“La gente valora que vos le ofrezcas distintas opciones y que le des tu opinión porque suele suceder que se dejan llevar por lo estético y dejan de lado la verdadera utilidad, entonces uno trata de mostrar cada situación en particular. Este es un trabajo de gran demanda, yo todos los días me levanto a las 6 de la mañana y arranco; y muchas veces se hacen las 9 de la noche y estoy. En esta época hay trabajos que se demoran más por las bajas temperaturas o lluvias que no permiten un secado rápido del material, así que esos son aspectos que se tienen en cuenta cuando te piden los plazos de entrega”, explica Rodríguez.

 

Trabajos.

 

Javier exhibe algunas fotos de sus trabajos realizados que van desde veredas hasta ingresos a quintas pasando por terrenos en donde se lucen sus adoquines o baldosas. Lugares que tuvieron un cambio rotundo a partir del sello de J.R.

 

“Trabajar en construcción es sacrificado y tiene su costo a lo largo del camino, pero a mí siempre me gustó y cuando encontré la posibilidad de hacer cosas con hormigón me resultó la mejor opción: puedo trabajar desde mi casa, diseñar mis propios modelos y pactar con los clientes los diferentes pedidos. Como todo lo que uno hace solo, como el caso de un emprendimiento, siempre hay momentos complicados u obstáculos, pero si estás convencido de lo que hacés creo que tiene que funcionar”, afirma Javier.

 

En su mini pyme, Rodríguez también brinda la chance de solicitar piedras que se ponen en el frente de una casa o negocio. “En ese caso las piedras las pinto yo a mano y voy poniendo mi sello o adaptando a lo que la gente me pide. Creo que uno tiene que estar siempre muy atento a la demanda y ofrecer una solución a cada duda o inconveniente que pueda surgir, desde el transporte hasta la colocación por más que yo no lo haga usualmente, pero sí recomendar las mejores opciones”.

 

Proyección.

 

Si bien tuvo un marcado crecimiento desde que comenzó a trabajar por su cuenta, Javier prefiere la cautela en un rubro que no tiene una demanda sostenida en el tiempo. Por eso admite que antes de dar otros pasos opta por afirmarse en los que ya tiene seguros.

 

“A veces hay mucho trabajo y se te acumula, y por ahí pasan días y no hay ningún llamado, cuando pasa eso aprovecho para comprar materiales y de esa forma ir haciendo y acumulando stock. No te podés quedar porque cuando vienen los pedidos tenés que estar preparado. Para mí, ese es uno de los secretos, que la gente no tenga que esperar sino que vos le puedas responder con lo mejor porque eso genera que más adelante te llamen de nuevo o que te recomienden en el boca a boca”, destaca Javier que, luego de un largo camino, se decidió a formar su propia base, una estructura sobre la que pisa firme y con las mejores opciones en el hormigón. Tan noble como su trabajo.

 

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