Jueves 05 de junio 2025

El año de la descapitalización

Redacción 26/12/2009 - 01.27.hs
La cifra de la descapitalización del campo pampeano, por 550 millones de dólares, es equivalente a la mitad del total del presupuesto provincial, que equivale a 1.000 millones de dólares o 3.820 millones de pesos. La crisis política del campo, y la sequía, fueron los hechos negativos relevantes de 2009.

La buena nueva para la gente de campo, es que difícilmente la baja rentabilidad de la última campaña y las condiciones meteorológicas adversas vuelvan a repetirse. El productor no olvidará por mucho tiempo la campaña pasada, por una serie de razones internas y externas, algunas manejables y otras aleatorias.
En lo interno, la desgastante pelea del sector rural con el gobierno nacional -retenciones, cupos y cuota Hilton-, no dejó que el productor recibiera los precios llenos del mercado internacional. Pero sin dudas, el 2009 estuvo signado por la larga sequía que azotó a La Pampa y castigó fuertemente la ganadería de cría, la lechería, granos y oleaginosas, apicultura y agroindustria.
Con alta demanda internacional de alimentos, el amecetamiento de la crisis financiera global y la sequía que empezó a amainar, mejoran las perspectivas para 2010. Con 1 millón de vientres menos por la baja parición, y la ingente liquidación de vientres (el stock quedó en 3,3 millones de cabezas), junto a una notable reducción en hectáreas sembradas que dejó 1,3 millones de toneladas menos, unos 550 millones de dólares no ingresaron a nuestra provincia.

Causas.
La continuación de la crisis política del campo y la sequía, fueron sin dudas los dos hechos negativos más significativos durante este año. El conflicto que sigue enfrentando por un lado al Gobierno nacional y, por el otro, a los productores agropecuarios, sigue paralizando y dividiendo aguas. Al final, aunque no en su totalidad, pudo ser superado por medio del funcionamiento de los mecanismos institucionales y democráticos del Estado.
Todos sabemos que el campo es el principal motor de nuestra economía regional. Cuándo aquel atraviesa una crisis, sin importar su origen, todos los mercados provinciales y las arcas fiscales del Estado la sufren. Por esta razón, la Ley Impositiva 2010 para el campo local no prevé un aumento de la presión tributaria. La renta agraria en nuestra provincia disminuyó en términos efectivos, o sea, corregido por retenciones, y también en términos reales, es decir, corregido por inflación minorista y la presión tributaria nacional. Un año costoso, que difícilmente vuelva a repetirse.

 

Caída brusca.
Las estimaciones calculan que el producto interno bruto geográfico agropecuario de la provincia crecerá alrededor del 5 por ciento en 2010, con respecto del período cosechero 2009, que según cálculos cayó un 40 por ciento, con pérdidas económicas y financieras muy elevadas para varios sectores (ganadería, agricultura, apicultura, tambos y agroindustria alimentaria).
Si bien las proyecciones de crecimiento del nuevo año son modestas en comparación con los resultados de la producción agropecuaria del año 2008, serán a priori mejores que la campaña que dejamos atrás.
La cosecha gruesa empezó con lluvias -buenas para el girasol, soja y verdeos-, junto a los valores futuros de los granos (forwards). Esto hace que la rentabilidad rural puede empezar a normalizarse. Según cifras estimativas del ciclo agropecuario que dejamos atrás, se habrían producido unos 2 millones de toneladas de granos (el promedio es de 3,3 millones), con la consecuente pérdida de 1,3 millones.
Pero más notable fue la liquidación de vientres por la sequía. Se perdieron, según datos oficiales del Ministerio de la Producción de La Pampa, 1 millón de cabezas entre muertes, ventas forzadas y venta de madres a frigoríficos y consignatarios.

 

Cotizaciones.
A fines de diciembre la soja se negoció a valores cercanos a los u$s 400 en el mercado de Chicago. Con esta cotización, la oleaginosa acumuló un incremento de 40 por ciento en el año. También el trigo, con 24,5 por ciento, el maíz, con 24,4 por ciento y el girasol 27 por ciento, experimentaron interesantes alzas después de la brusca caída con la crisis de los mercados. El impulso provino, según la opinión mayoritaria, de la liquidez que registran los mercados en la actualidad, que alentó compras especulativas de productos básicos, así como de la debilidad del dólar frente a otras monedas. Este fenómeno se conjuga con importantes caídas de los precios de los insumos, que incentivan la producción de soja y de girasol, pero también la de maíz, fuertemente amenazada por los costos de producción. Para este cultivo, se registra una disminución de 20 por ciento en el precio de los herbicidas y de 25% en el de la urea y el fósforo -los insumos más importantes para el cultivo del maíz-. Resta saber si con estos valores la ecuación cierra favorablemente, frente a costos y precios esperados de la soja, sobre todo teniendo en cuenta que los precios del glifosato( principal insumo en la producción de soja), se habrían reducido a menos de un tercio de su valor, en relación a los vigentes en la campaña pasada. A esto se agrega el factor climático, que dejó fuera de juego al maíz en los más importantes departamentos pampeanos del cuadrángulo noreste de la provincia.

 

2010 con mejores perspectivas.
El ingreso agrícola neto por hectárea en La Pampa, medido en pesos, puede resumirse en los últimos 20 años de la siguiente manera: En el período 1982-1988, la rentabilidad se ubicó en los 418 pesos por hectárea; en 1992-1998 fue de 320 pesos y, en el ciclo 1998-2002, esos valores se ubicaron en 263 pesos. En el ciclo 2003-abril 2007, esa cifra creció hasta alcanzar récords históricos de 800 pesos gracias a la devaluación, la pesificación asimétrica y, en 2006, 2007 y 2008, por el precio internacional de los granos.
Las proyecciones indican que la última parte del año que estamos transcurriendo, y con la lupa puesta en la ya iniciada campaña 2010, la rentabilidad no superaría la banda de 400 a 600 pesos por hectárea (no de los más altos, pero mejores que las dos últimas campañas).
Las lluvias, bastante desparejas en todo el territorio provincial, han mejorado los cultivos, pero aún así, lo perdido, perdido está. Ni qué hablar de la ganadería de cría, con una caída de hembras de más del 40 por ciento, y la lechería, cuyo stock perdido llevaría por lo menos 5 años recuperar.
Aún así, lo poco de campo que quedará para sembrar se dirigirá únicamente a soja y girasol. De los recursos forrajeros, clave para la recuperación de la ganadería, los pronósticos van de regulares a buenos. Las pasturas naturales de nuestra región y la mayoría de las forrajeras cultivadas que se usan en la zona, tienen un crecimiento estacional determinado por su condición de pasturas estivales. Si tomamos el ejemplo de un pastizal dominado por pastos cortos tiernos, el 65 por ciento de la producción anual se registra en verano y otoño. Si los perfiles de humedad continúan mejorando, la pradera pampeana volverá a recuperarse.
Recuperar los vientres perdidos dependerá también de otros factores: El financiamiento y la ayuda estatal, principalmente de la provincia, a través del financiamiento del destete precoz y la postergación de pagos por parte de la AFIP (Ganancias, Ganancia Mínima Presunta, y Bienes Personales) para quienes se encuentren en situación de "emergencia" y/o "desastre agropecuario".

 

Juan José Reyes.
Economista.

 

PRODUCCIÓN: AYUDA POR MONTOS DE HASTA $ 100 MIL POR PRODUCTOR.
"Que el 2010 sea un año de diálogo y construcción"

Uno de los últimos discursos en público del Ministro de la Producción de La Pampa fue en el marco de la Fiesta del Chivito. Allí hizo algunos anuncios que pueden considerarse parte de la política productiva que se implementará el próximo año.

El inicio del discurso efectuado por el ministro de la Producción, Abelardo Ferrán, en el marco de la última Fiesta del Chivito hace tres semanas en Santa Isabel, fue enfático: "Todavía estamos soportando una sequía de las más grandes conocidas, con graves efectos sobre la economía, el medio ambiente y los sectores sociales de menores recursos de nuestra provincia. Sabemos que por la intensidad, la persistencia y el espacio territorial afectado, las ayudas no han sido suficientes para evitar una importante mortandad de animales, pero este es un fenómeno que supera cualquier posibilidad económica, tanto pública como privada".
Para atemperar estos efectos, recordó Ferrán, el Gobierno, con la ayuda del gobierno nacional y los municipios, realizó desde julio de 2008 aportes por 72 millones de pesos en subsidios directos, en dinero o alimentos para el ganado. Indicó además que se continuará con los planes de ayuda a los pequeños y medianos ganaderos de las zonas más afectadas.
En otro momento, el Ministro recordó que el plan de "Destete Precoz Comunitario", destinado a alojar a 15 mil terneros con un aporte nacional de $ 1.500.000, fue una de las estrategias utilizadas para atenuar los efectos de la sequía.
Ferrán anunció el inminente desembolso de 9 millones 600 mil pesos, para ampliar ese programa, destinado a explotaciones agropecuarias individuales. Será para antedern a más de 3.000 productores y llevar la cifra de destete para 130 mil terneros.

 

Padres y abuelos.
Ferrán propuso a los pequeños productores, "que consideren la reconversión o la diversificación productiva de su explotación agropecuaria", y que "piensen en las actividades que realizaban sus padres y abuelos en situaciones climáticas similares".
"Creemos que hay que volver a la producción de cerdos en las zonas en que se puede hacer agricultura, a la producción ovina en el sudeste de nuestra provincia, y a la producción ovina y caprina en el oeste provincial. Siempre considerando la incorporación de los últimos adelantos tecnológicos", dijo el ministro. Y agregó: "En el mediano plazo, vamos a continuar con las actividades de promoción para la incorporación de tecnología, con consideración de las restricciones ambientales, y en la búsqueda de formas de producción y comercialización que mejoren la rentabilidad".

 

Ovinos.
Uno de las promesas efectuadas, se refirió a ayudas, con fondos provinciales, por un monto de hasta 100.000 pesos por productor, con siete años de plazo y una muy baja tasa de interés, que no superará el 2% anual.
Ante la consulta de La Arena del Campo, acerca de si esto dará respuesta al pedido continuo de los productores por créditos blandos y flexibles, Ferrán expresó: "Es una línea de créditos destinada a apoyar nuestra propuesta de reconversión productiva de pequeños productores. Hemos empezado con ovinos, porque es una actividad ganadera que requiere relativamente una baja inversión inicial, -se requiere de menor inversión que las otras actividades ganaderas-, y porque permitiría atender al territorio más afectado por la sequía en nuestra provincia, el sudeste, sur y oeste.
El ministro señaló que también que desde su cartera se apoyarán aquellas propuestas que consideren interesantes, "como la del intendente de Unanue, que propone la compra de vientres de descarte en la Patagonia para sacarle una parición más".

 

Porcinos.
Sobre la producción porcina, Ferrán anuncio que en el transcurso del año que viene se hará algo similar a la producción ovina, pero con la actividad porcina. Para esto, se trabajará en conjunto con la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Pampa, en el marco del proyecto CIAP, "con el objetivo de desarrollar Unidades Demostrativas de Producción Porcina y el desarrollo de una línea de crédito específica".
Ferrán añadió: "También hemos tenido conversaciones con empresas productoras de genética porcina, con el objetivo de ver la factibilidad de implementar un programa de incorporación de reproductores de alta performace".

 

Recuperación bovina.
En cuanto a la ganadería bovina, duramente golpeada por la sequía en nuestra provincial, el ministro Ferrán adelantó que el equipo técnico del Ministerio de la Producción avanza en el desarrollo de las propuestas presentadas por las asociaciones de productores, con el fin de presentarlas al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Nación.
Estas propuestas se basan en una oferta de créditos subsidiados, y en la creación de un fondo para financiar a los productores desbancarizados o sobre- financiados.
La propuesta es esta: "Un proceso de reconversión acorde a la capacidad de carga ganadera de cada zona. La receptividad actual de los campos es muy inferior a la del ciclo húmedo, por eso la propuesta de reconversión productiva hacia producciones más intensivas o que aprovechen mejor los recursos naturales".

 

Memoria y balance.
En un pedido de memoria y balance del año que se va, el ministro de la Producción de La Pampa, Abelardo Ferrán, se dirigió al productor para decir lo siguiente: "Vamos a seguir ocupándonos de los problemas, profundizando el diálogo constructivo que hemos comenzado a transitar con las entidades que los representan".
"Sabemos que este ha sido un año muy difícil para muchos productores pampeanos, especialmente los de menores recursos y los que tienen sus explotaciones agropecuarias en las zonas más afectadas por la sequía, que han perdido gran parte de su capital", reflexionó el ministro, y recordó que este fin de año llega "con mejores expectativas", tanto gracias a las últimas lluvias ocurridas, como por "los cambios a nivel nacional".
En este sentido, Ferrán se refirió a la jerarquización de la cartera agropecuaria, a "la pronta atención y respuestas por parte del ministro (de Agricultura) Julián Domínguez a las solicitudes de los gobiernos provinciales", y a la propuesta de elaborar un plan estratégico alimentario nacional, con la participación de organismos científico técnicos, universidades y productores.
"Son tres elementos que marcan un camino diferente, un camino más orientado al diálogo y a la construcción consensuada de políticas sectoriales", se esperanzó el ministro.
"También se ve un cambio de actitud en algunos de los integrantes de la mesa de enlace nacional, con un discurso firme en la defensa de sus intereses, pero no agresivo ni confrontativo. Esperemos que el año 2010 sea un año de diálogo y construcción, y se cumplan las expectativas de la mayoría de los pampeanos y argentinos", deseó al final el titular de la cartera productiva.

 

Andrea M. D'Atri
Redacción de La Arena.

 

CLIMA: CON LOS PEORES REGISTROS DE LLUVIA DESDE 1961.
Sequía, el tema del año

 

La economía de la provincia de La Pampa está basada en la producción agropecuaria de secano, que es altamente sensible al clima, es por ello que las fluctuaciones de este elemento, entre años y entre estaciones, resultan en una alta variabilidad en la producción de cultivos y pasturas.

La región agropecuaria pampeana occidental está caracterizada por un clima subhúmedo-seco y semiárido, lo que implica que la variabilidad interanual e intra-anual de las precipitaciones es una de sus características principales. La diferencia entre la cantidad de lluvia acumulada durante un año y el siguiente puede ser tan distinta, como pasar de un año húmedo a uno seco, y viceversa. El comportamiento del clima durante el año en curso ha sido motivo de grandes preocupaciones para el productor agropecuario. La sequía fue un fenómeno persistente a lo largo de 2009. Desde principios de enero, la escaséz de precipitaciones se profundizó, derivando en una situación grave para el sistema productivo provincial. Hasta mediados de noviembre del año en curso, hemos atravesado una de las peores sequías de los últimos 100 años, comparable desde un punto de vista climático, con las que afectaron a nuestra provincia a finales de la década del '30 y '40 y comienzos de la década del '60.
En La Pampa, las lluvias acumuladas desde el 1º de enero al 31 de octubre representaron entre el 35 y el 40 por ciento del valor normal para la zona, y uno de los peores registros desde 1961, aunque no en todas las localidades ha resultado ser el período con menos lluvias de la serie 1961/2008.

 

Verano y otoño.
Los meses de verano y principios de otoño, además de secos, fueron calurosos y acompañados de vientos desecantes y atmósfera con bajo contenido de humedad, por lo que se observaron importantes pérdidas en los cultivos estivales y especies forrajeras.
La siembra de los cultivos invernales y pasturas estuvo condicionada por la imposibilidad de efectuar un buen barbecho, y se presentó la disyuntiva de sembrar sólo contando con los aportes de agua de la atmósfera y sin reservas edáficas. Esto agravó aún más la actual situación del campo pampeano, por la falta de forraje y la merma en la superficie sembrada para trigo, principal cultivo invernal.

 

Invierno y primavera.
En el mes de julio nevó en el sur de La Pampa, y este fenómeno representó en esa zona una leve mejoría hídrica de esos suelos. Agosto fue un mes crítico ya que a la falta de lluvia, se sumó un período sumamente caliente, lo que motivó el agravamiento de la sequía.
El inicio de la primavera estuvo acompañado por precipitaciones que trajeron alivio al sector agropecuario, pero fueron insuficientes para cubrir las necesidades de agua que tenían los suelos y las plantas.
En octubre se retrajo en gran medida la precipitación. Desde mediados de noviembre y en diciembre las lluvias fueron más favorables. Se destaca la gran variabilidad observada principalmente en este último mes del año, puesto que hubo localidades que recibieron más de 150mm., en tanto en otras no hubo milimetrajes suficientes como para llevar al suelo a una situación hídrica muy buena u óptima. Esto hace que la "cosecha gruesa" dependa en un alto porcentaje de la lluvias que acompañen a los cultivos a lo largo de su ciclo.

 

Fuertes vientos.
La temperatura media del aire fue superior a lo normal desde enero a agosto. De los meses restantes, se destacó septiembre, con anomalía térmica negativa, en tanto que los meses siguientes fueron normales, excepto los últimos días de octubre, cuando la máxima absoluta alcanzó valores muy elevados. El invierno presentó temperaturas mínimas absolutas acordes a lo esperado, al igual que la cantidad de días con heladas.
Otro elemento destacado, en especial en los meses de octubre y noviembre. fue el viento que presentó días de elevada intensidad provocando la voladura de muchos potreros.
En resumen, fue un año marcado por la variabilidad climática pero en sentido negativo, ya que hubo escasez de precipitaciones, elevadas temperaturas y vientos desecantes, en períodos claves para las actividades de siembra y crecimiento de cultivos de cosecha y forrajeros. El prolongado período de sequía provocó una disminución del stock ganadero y del aprovechamiento del área agrícola, afectándose notablemente la producción agro-ganadera de La Pampa.

 

Ing. Agr. Guillermo Casagrande, Fac. de Agronomía, UNLPam. - INTA Anguil.
Ing. Agr. Graciela Vergara, Fac. de Agronomía, UNLPam.

 

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