Viernes 26 de abril 2024

Avena: La Pampa es la segunda productora del país

Redacción 30/09/2023 - 09.03.hs

A pesar de los vaivenes climáticos que atravesó el territorio provincial durante la presente campaña, la seca y los vientos, uno de los principales verdeos de invierno llegó al 9,34% del global del país que trepó a 428.884 toneladas.

 

JUAN JOSE REYES

 

La Pampa, con 40.056 toneladas de avena producidas en 35.000 hectáreas cosechadas (se sembraron 178.120), tuvo un rendimiento de 1.144 kilos por hectárea logrando además exportar el 18% a otros países. Las zonas de mayor producción en la provincia se dieron en los departamentos Guatraché con 11.000 kg/ha seguido de Hucal 10.010; Conhelo 6.160; Capital 6.039; Atreucó 2.880; Utracán 1.840; Catriló 960 y finalmente Toay con 847 toneladas.

 

Conocida como el cereal del invierno por su sensibilidad a las altas temperaturas, la avena es uno de los seis cereales más importantes para la generación de grano a nivel mundial. Si bien en La Pampa la fertilización es una herramienta imprescindible para aprovechar el potencial productivo de los verdeos, el éxito es consecuencia de un manejo agronómico integral.

 

Allí intervienen otros factores además de los nutricionales (labranzas y selección de especies) que deben ajustarse para alcanzar altas disponibilidades forrajeras. El período invernal a punto de iniciarse, es una limitante de los sistemas ganaderos basados en recursos pastoriles. La utilización de gramíneas en esta época permite solucionar el problema, sin embargo, para producir en cantidad y calidad el manejo debe ser eficiente, pues la fertilización es una herramienta clave.

 

Históricamente Buenos Aires fue la principal productora de avena en el país, seguida de La Pampa, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.

 

Gracias a su adaptabilidad, a pesar de la ingente falta de humedad en piso durante la campaña anterior, la avena puede sembrarse de manera anticipada o tardía, ya sea a inicios de otoño o finales de invierno, provocando una cosecha granífera que favorece a la alimentación de los animales y a la producción del heno. Cuando llueve, la fertilización de los verdeos invernales para alcanzar alta productividad es una rutina para el productor, pero se complica cuando el ciclo húmedo tarda en llegar o no llega. La siembra se da desde principios de febrero hasta fines de marzo, en cambio en otras regiones, por disponibilidad de forraje suficiente y por el sistema adoptado, la fecha tiende a retrasarse.

 

Excelencia forrajera.

 

Entre los cultivos forrajeros con mejores posibilidades para adecuarse a los cambios climáticos de aquí se encuentran los cereales de invierno, siendo la avena y el centeno las especies de mayor importancia teniendo en cuenta el panorama varietal y difusión que presentan.

 

Los productores ganaderos llevan a cabo la compra o canje del grano producido en la región para el consumo animal, principalmente en caballos y vacas y para generar nuevas siembras. Según el INTA, el cultivo de avena, ha experimentado una continua declinación en tanto que la producción, si bien manifestó una tendencia similar, resultó de menor magnitud, pues creció el consumo humano producto de un cambio en los hábitos de alimentación, relacionado con la incorporación a las dietas de más fibras y menos calorías.

 

En La Pampa en la década de los 80 se alcanzaron valores de áreas sembradas y cosechadas altas. Tal comportamiento obedeció a que la avena es un cultivo fácil de producir y almacenar, pero el hecho de ser considerado como una excelente alternativa dada su plasticidad y su multiplicidad de usos, su crecimiento se detuvo. Para quién produce ganado su principal destino es la utilización es como verdeo invernal.

 

La gente de campo prefiere las avenas sobre el resto de otros verdeos ya que cuentan con cultivares más tolerantes a heladas y enfermedades, además de poder sembrarlas a fines de verano y más tardíamente a fines de invierno, en este último caso con posibilidades de cosecha granífera, para consumo animal o destinándose para la elaboración de heno en rollos y fardos. Según la fecha de la siembra se puede catalogar como tempranas, intermedias o tardías.

 

Cada productor lo hará acuerdo a la necesidad de forraje que le fija el sistema productivo adoptado. En pasadas siembras la provincia obtuvo producciones de hasta 226.400 toneladas (2004/05); 215.230 (2001/02) y 200.100 en la siembra 2000/01 con rendimientos de hasta 1.971 kg/ha pero la 2019/20 fue muy baja alcanzando apenas las 22.110 toneladas.

 

A partir de allí en la cosecha 2020/21 se obtuvieron 41.890 y en la actual como se explicó 66.865 toneladas y un crecimiento interanual del 9,34% y en la pasada hasta 66.865 toneladas posicionándose después de la provincia de Buenos Aires con 335.928 toneladas en el segundo lugar. Le siguieron en orden de importancia Córdoba con 34.082 y Entre Ríos con 12.880 toneladas. También es importante conocer que la producción mundial de la avena fue de 25.181.805 toneladas con lo cual la participación del país es de apenas el 1,7% en el contexto mundial.

 

Clima y producción.

 

Es considerada una planta de estación fría, localizándose las mayores áreas productivas en los climas templados más fríos (zona centro sur de La Pampa), aunque posee una resistencia al frío menor que la cebada y el trigo. Es una planta muy sensible a las altas temperaturas sobre todo durante la floración y la formación del grano. Además es exigente al agua por tener un coeficiente de transpiración alto, aunque le perjudican los excesos de humedad.

 

La cantidad de semilla empleada es variable y va desde una dosis corriente de 100 a 150 kg/ha. La densidad de siembra óptima en invierno es de 250 plantas /ha. En primavera la densidad es de 300-350 plantas/m2. El segundo destino de la avena es la producción de granos. Parte son conservados en los establecimientos agropecuarios para su posterior uso como simiente.

 

El resto de la semilla que se recolecta es utilizada como forraje para consumo animal. Se estima que el volumen de granos destinados a tal fin supera holgadamente los tonelajes reservados por el productor para ser utilizados como simiente. Otra práctica es la compra o canje de semilla y/o grano entre productores. Se la usa con destino industrial para consumo humano.

 

De su molienda se obtiene avena arrollada, harina y salvado de avena. El otro dato muy relevante a nivel país fue que en la Argentina la producción de Avena cayó un 40,6% pasando de 723.155 a 488.884 toneladas respecto de la campaña pasada a causa de la estrepitosa sequía.

 

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