Martes 30 de abril 2024

Menos faena y el ternero llega a mil pesos

Redacción 19/08/2023 - 00.26.hs

De acuerdo a un informe realizado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE) de la Sociedad Rural Argentina (SRA) sobre el impacto de la sequía, durante los últimos 10 meses el 55% del territorio argentino estuvo alcanzado por el déficit hídrico y febrero fue el mes más afectado. Si bien la aparición de El Niño pronostica eventuales mejoras para los perfiles hídricos, este fenómeno climático perdura, y las pérdidas ya alcanzarían a unos 3.000 millones de dólares.

 

“Los productores atraviesan la peor sequía de los últimos 70 años en un contexto macroeconómico altamente inestable y como si estuviéramos en un año normal”, advirtió Carlos Odriozola, coordinador de la Comisión de Carnes de la SRA. El especialista advirtió frente a esta situación, “forzosamente vendimos mal y con precios retrasados, encarando esta nueva zafra sin capital de trabajo”.

 

De acuerdo con el informe elaborado, un 73% del stock bovino se encuentra ubicado en las provincias productivas que más afectadas resultaron por la sequía: Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Corrientes. Desde el IEE señalaron que el promedio de afectación durante estos 10 meses fue del 32%, con picos del 45% y actualmente el 18% de los animales permanecen en este estado.

 

Faena reducida.

 

Entre las principales consecuencias de la sequía, el informe enumera “una elevación de la mortandad en un 46%; 20 kilos menos de peso por animal en terneros vendidos; caída en el peso de la faena (10 kilos menos por animal); liquidación forzada de vacas estimada en 500 mil cabezas; entre 1.3 y 1.6 millones de teneros menos; caída de terneros disponibles para 2024 por preñez (entre 1,3 y 1,6 millones menos).

 

Mientras tanto, entre enero y julio de 2023 la faena de hacienda aumentó un 13,6%. Con 8,5 millones de cabezas faenadas, es el registro más alto de los últimos 13 años (la segunda mayor faena del Siglo XXI por detrás de 2009, cuando también se registró una prolongada sequía).

 

En este contexto también se incrementó el rodeo de hembras, aunque se producirá una caída de los terneros disponibles para 2024 por preñez, calculada entre 1,3 y 1,6 millones menos.

 

Mil pesos el kilo.

 

Mientras tanto, tras la devaluación posterior a las PASO, los precios se incrementaron y el valor del ternero llegó a los mil pesos, apoyado en una importante merma de la oferta de hacienda durante los últimos 30 días, después de un semestre caracterizado por las liquidaciones de animales destinados a faena, como consecuencia de la sequía.

 

En 20 días, el ganado con destino a los frigoríficos aumentó entre un 40% y 50%. La mejora comenzó a fines de julio y se acentuó con la devaluación del tipo de cambio oficial, tal como sucede con todos los demás rubros de la economía, que están ajustando precios tras la decisión del gobierno de aumentar el valor del dólar oficial o reconocer, en parte, la depreciación del peso.

 

En ese contexto, el valor de los terneros no se quedó atrás y los animales de 180 a 200 kilos ya se están comercializando con un promedio de mil pesos por kilo, e incluso hay lotes de hacienda que alcanzan 1.100 a 1.200 pesos, precios que podrían seguir subiendo en este contexto tan incierto y con tan poca hacienda.

 

De todos modos, resultan pocos los productores que pueden aprovechar esta situación, porque la mayor parte de la invernada se desteta y vende en el otoño, un proceso que este año se anticipó por la sequía, tal cual quedó demostrado durante el mes de febrero, cuando ya había una oferta mucho más elevada que en otros ciclos ganaderos.

 

La liquidación fue también de terneros, no sólo de vacas, y se reflejó en la mayor salida de hacienda rumbo a los feedlots, que recibieron 3,3 millones de terneros entre enero y julio, contra los 2,8 en el mismo período del año pasado. Esto significa que en siete meses entraron a los corrales casi la mitad de los terneros que se comercializan cada año, que suman entre 7 y 7,5 millones.

 

Para el año que viene, esta suba seguiría aumentando, porque se aguarda una caída importante de la oferta de hacienda para faena, como consecuencia de un menor destete provocado por la menor preñez de las vacas producto de la sequía. Si la producción de invernada cayera un 10%, la faena se reduciría en más de un millón de animales, lo que representaría al menos un mes menos de trabajo en los frigoríficos.

 

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