Sinavimo: La Pampa cuenta con 12 expertos
Es la principal herramienta de la Dirección de Información Estratégica Fitosanitaria del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria. Permite recolectar, sistematizar y proveer información respecto a la condición de plagas.
JUAN JOSE REYES
En nuestro país funciona el Sistema Nacional de Vigilancia y Monitoreo de Plagas (Sinavimo) que permite recolectar, sistematizar y proveer información respecto a la condición (presencia o ausencia) de plagas y su relación con cultivos y productos vegetales. Desde allí es posible conocer la situación fitosanitaria que contribuye a principios de transparencia y cooperación internacional establecidos en la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF). Para ello Pampa cuenta con 12 expertos (hay 872 en el país) para el tratamiento de más de 600 plagas desde la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Veterinarias y Agronomía de la UNLPam.
Según la FAO el 40% de la producción agrícola se pierde por causa de las plagas. Para prevenirlos los sistemas de vigilancia y alerta temprana constituyen herramientas claves para proteger cultivos y ambientes naturales. Ese flagelo es como cualquier especie, raza o biotipo vegetal o animal o agente patógeno dañino para las plantas vegetales, ratificado por la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria en 1995.
Estas siempre han tenido un impacto significativo en la producción, tanto en términos del daño directo que causan como de las medidas necesarias para erradicarlas o manejarlas. El control exitoso de plagas radica en comprender las debilidades de su ciclo biológico y poder desarrollar la capacidad de detección precoz de brotes o incursiones de plagas ausentes de importancia económica.
Los contenidos del Sinavimo son respaldados por una red de expertos vinculados a la protección fitosanitaria conformando una herramienta eficaz, en el marco de negociaciones internacionales para la toma de decisiones a consultores, asesores, investigadores, extensionistas, docentes de las distintas áreas, laboratorios, universidades,
sociedades científicas y productores. La evolución anual de las plagas publicadas en el Sinavismo pasó de apenas 25 reconocidas en 2012 a 418 el año pasado.
Sinavimo pampeano.
Hay una red de información que permite intercambiar información, organizada en el ámbito del Sistema Nacional Argentino de Vigilancia y Monitoreo, que reúne a expertos vinculados a la protección vegetal, tanto del ámbito público como privado. La Pampa cuenta con 12 expertos de los 872 que hay en Argentina. Los
expertos de la red contribuyen comparten la información y conocimientos generados en el marco de sus propias actividades, de acuerdo con su especialidad. Esta red de expertos del Sinavimo es una parte fundamental del sistema nacional de vigilancia fitosanitaria.
La activa participación de sus miembros, permite integrar los datos de manera dispersa y resultando estratégicas a la hora de definir la condición de las plagas. El sistema integral de gestión fitosanitaria es un componente del llamado Sistema Integrado de Gestión de Protección Vegetal (SIGPV) el cual permite al usuario externo (exportador/despachante) realizar la autogestión completa del trámite de exportación desde la solicitud de inicio del trámite, emisión del Certificado Fitosanitario, hasta el pago de los costos de la operatoria.
Todas las mercaderías a exportar pueden significar un riesgo de introducción y dispersión de plagas en el ingreso al país de destino. Un estudio realizado por ingenieros agrónomos pampeanos y además técnicos del Senasa en “El Boletín Hortícola Pampeano”, Javier del Rio y Daniela Salazar dieron a conocer una infinidad de plagas en cereales, oleaginosas, forrajerras, forestales, frutales, hortícolas Industriales y vegetación espontánea que afecta la productividad regional.
La incorporación de plagas se da a partir de su vinculación con un cultivo analizado o demandas sobre plagas puntuales, en el marco de negociaciones de apertura de mercados o análisis de riesgo de plagas desarrollados por el Senasa. La búsqueda avanzada de plagas en los cultivos, permite seleccionar seleccionarlas según la aplicación de distintos filtros (condición fitosanitaria, cultivos asociados, tipo de plaga, etc.).
Siguiendo los lineamientos internacionales, la condición fitosanitaria de cada plaga se define sobre la base de la evidencia más confiable disponible, tomando en cuenta registros de plagas históricos como actuales. La confiabilidad y utilidad de esa evidencia depende de factores como la antigüedad y la consistencia de los resultados y la relevancia de la información. La incorporación del conocimiento y experiencia de la red de expertos del Sinavimo, ayuda a interpretar los datos existentes y permite reducir la incertidumbre.
El INTA y la chicharrita.
Días atrás el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) logró secuenciar el ensamblado del genoma de Dalbulus maidis, conocido por el productor pampeano como la “chicharrita”, que afecta cultivos de maíz generando baja productividad de la oleaginosa.
Se trata de “un hito científico” que permitirá diseñar estrategias más eficientes, facilitando el desarrollo de eventos del cereal más resistentes a las enfermedades transmitidas por este insecto. Otra flagelo en la provincia en cultivos de girasol es “el cancro del tallo”. Se trata de una patología con pocos fungicidas capaces de controlarla y aún con las mejores premisas agronómicas en la que se sustenta la oleaginosa. Aún haciendo todo bien y sembrando los mejores híbridos de girasol tolerantes a la Phomopsis, la problemática continúa.
Los modelos intensivos de girasol en departamentos muy prolíficos como Catriló, Atreucó, Quemú, Rancul y Realicó ya no son tan productivos a causa del impacto de esa plaga. Dentro del Sinavimo, el Senasa reconoce especies de malezas cuya resistencia a distintos principios activos del herbicidas.
Esta información surge del trabajo conjunto entre este organismo y expertos en la UNLPam (Exactas y Naturales, Veterinaria y Agronomía) y generando información sobre esta problemática, permitiendo prevenir la introducción y dispersión de plagas cuarentenarias, control de pestes presentes de impacto económico, vigilancia específica para programas de control oficial y certificación fitosanitaria junto a bioseguridad agroambiental referida a vegetales genéticamente modificados, plagas resistentes, organismos biológicos y agentes de control biológico.
En La Pampa se reconocen plagas en 3 oleaginosas; 6 cereales; 218 especies vegetales; 211 insectos; 123 hongos o Pseudohongos; 35 virus o viroides; 11 bacterias; 6 ácaros y 8 nemátodos (gusanos). Recientemente en las instalaciones de la Sociedad Rural de General Pico, la Asociación Profesionales Agropecuarios La Pampa (APALP) junto a especialistas del INTA y el Colegio de Ingenieros Agrónomos de La Pampa (CIALP) llevaron adelante una capacitación en la performance agrícola de próximas campañas en nuestra región.
Allí se explicó la calidad de aplicación de los defensivos agrícolas para 3 de las principales plagas
que tendrán los cultivos agrícolas pampeanos el próximo verano como lo son “la isoca medidora” en los cultivos de soja; “el pulgón amarillo” en el sorgo, “el gusano de la mazorca de maíz” y la conocida “chicharrita del maíz”.
La vigilancia epidemiológica activa y pasiva de plagas en los sistemas productivos se llevan a cabo mediante acciones operativas que incluyen desde las rutas de trampeo (trampas para monitorear la presencia de plagas en áreas específicas), las parcelas centinela mediante la cual se los pueden detectar, además las rutas de vigilancia, áreas de exploración junto a los viveros trampa y plantas centinela.
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