Miércoles 30 de abril 2025

Víctima de violencia machista denuncio trabas por parte del estado

Redacción 06/02/2009 - 03.58.hs

Ana Sosa, de 40 años, quiere recuperar su casa y la tenencia de sus hijos, luego de escapar del hogar víctima de años de maltrato por parte de su esposo. En la Justicia y la Policía sólo encontró escollos.
Hace seis meses, en medio de la noche, decidió cortar con su sufrimiento y escapó de su propia casa, por una ventana, como si fuera un delincuente que ingresó a robar. Ana Sosa no había cometido un delito contra la propiedad, estaba huyendo -y aun lo hace- de la violencia machista de la cual fue víctima durante casi veinte años, desde que inició la convivencia con el padre de sus tres hijos y quien, para la ley, todavía es su esposo.
La última vez que lo vio fue hace dos días. En el Juzgado de la Familia y el Menor, Ana y su ex pareja están tramitando el divorcio. Ella reclama la separación de bienes, la tenencia de los hijos de ambos y la exclusión de su esposo del hogar que ella debió dejar, según contó, para salvar su vida. El miércoles, las partes en litigio, debían encontrarse en el comercio de ambos.
"Teníamos una orden para ir con mi abogado y el oficial de Justicia al negocio para realizar un inventario. Es un trámite normal, de rutina, para saber qué patrimonio tiene cada integrante de la pareja, qué le toca a uno y qué al otro", explicó. Ana relató que su esposo "se puso como loco" y volvió a amenazarla. También su abogado sufrió una embestida del hombre, que fue detenida cuando el oficial de Justicia se interpuso para que no lo agrediera físicamente.
"Yo salí corriendo porque no me quería quedar esperando que me golpee, después con mi abogado radicamos una denuncia penal por amenazas", explicó.

 

Desprotegida.
Sin embargo, Ana ya perdió la confianza en la Justicia y en la Policía. Aseguró que luego de años de miedo y terror, cuando hace seis meses decidió irse de su casa y comenzar a denunciar la violencia a la que era sometida por su esposo, se encontró con innumerables trabas y demoras en los organismos que debían protegerla de un flagelo sobre el que las autoridades declaman mucho y -en función de relatos como el de Ana- hacen poco.
"Todas mis denuncias penales siempre son archivadas o pasan al juzgado de faltas. Nunca lo han llamado a declarar. Estoy totalmente desamparada. Hace seis meses que estoy en esta situación. Me tuve que ir a las 3 de la mañana de mi casa porque sentí que si no lo hacía me iba a matar. Me levantó la policía en la calle. Fui a la Sexta y presenté una denuncia que ya fue archivada", explicó.
También cargó contra el defensor de Familia y Menor, Marcos Aguerrido, a quien acudió, según relató, sin conseguir que la defendiera. "Por momentos, parecía que era el defensor de él y no el mío", se lamentó. La causa judicial que se inició a partir de sus presentaciones pareció ponerse en movimiento recién después de que acudiera a un abogado particular.
La mujer aseguró que en algún momento, desde el propio Estado, llegaron a pedirle que regresara a su casa, al parecer, sin reparar en que en ese hogar todavía vive la persona a la que ella denunció por reiterados episodios de violencia machista.
Como tantas otras víctimas, Ana tardó años en animarse a denunciar la situación en la Justicia. Lo hizo al darse cuenta que llevaba seis meses sin convivir con sus hijos, con los cuáles tiene una buena relación, pero viven con el padre. "Ahora perdí el miedo que tenía hace 19 años atrás. Me di cuenta que me quedé sola... Más que nada lo digo en función de mis hijos -dijo, sin poder evitar que el llanto quebrara su voz-. Quiero volver a mi casa con mis hijos y que él se vaya".

 


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