Jueves 08 de mayo 2025

Una mujer buscando su destino

Redacción 13/09/2009 - 03.44.hs
"La Turquita" es muy querida por su calidez y simpatía en el ambiente del automovilismo. Podría quedarse con "lo más fácil" -a juicio de los pacatos-, pero hace muchas cosas más para ganarse la vida.
La vida es todo un tema. En verdad, es "el" tema. Cómo vivirla, por qué, para qué, qué es lo que vale la pena, qué hay que desechar, qué nos toca... Son, desde siempre, los grandes interrogantes de todo hombre y toda mujer. Algunos puede pensar que no se vive como se quiere, sino apenas como se puede. Otros, en su soberbia, pretenderán que son artífices de su propio destino, que son capaces de planificar todo y que todo saldrá tal como lo previeron. Quienes han trajinado la vida dudan de esa pretenciosa seguridad. En determinadas circunstancias, uno podrá "ayudar" y hacer su aporte. Pero no es menos cierto que, en general, vivimos como podemos, poniendo mayor o menor empeño para modificar situaciones, e intentar darle otra forma a esto que llamamos vida. Algunos lo conseguirán y otros vivirán, precisamente, con lo que les toca.
¿Cuál será el caso de Griselda Estella? Esta mujer, joven, tiene la particularidad de tener una diversidad de oficios, alguno de los cuales la coloca en la situación de ser deseada por los hombres en su sentido más literal, por su presencia entre impactante y voluptuosa. Una humilde chica de barrio que, cuando adolescente, conocimos como Nancy -en aquellos tiempos en que practicaba sóftbol-, porque así le hubiera gustado a su madre que se llamara, y que hoy se reconoce en los apodos de "Gata" o "La Turca".
¿Ahora bien, quién es esta chica? Morocha, atractiva, largos cabellos oscuros, ojos marrones, dueña de una mirada mansa y de una sonrisa que le ilumina el rostro, tiene una presencia por lo menos inquietante para la mirada masculina. Rotunda en sus formas, jeans ajustados bajo las negras botas altas, camisa blanca que insinúa sus encantos, "Gata" sabe que no pasa inadvertida.

Múltifacética.
Muchos la habrán visto en las carreras de autos paseando por la pista en calidad de promotora -hace dos domingos estuvo en el Top Race, en 9 de Julio-; o mostrando un cartel entre round y round en un espectáculo de boxeo, pero son nada más que parte de sus actividades. "Gata", como le gusta que la llamen, es además guía de caza en un coto, practica karate, plancha "para afuera", cuida un bebé por las tardes y un par de veces por semana pasea a una pareja de ancianas.
"¿Qué no hice? De todo, tengo cuatro hijos que hoy están en Mendoza, trabajando y estudiando, y todo lo que hago es por ellos. Me quedé sola con Daniela (23) hoy en pareja; Pedro (19), Soledad (17) y Pascualito (17), que estudian y trabajan. Yo quería tener una familia grande y linda", dice casi en un susurro y con un dejo de congoja. En el recuerdo permanecen Guillermo (hoy tendría 20) y Félix (tendría 14), fallecidos muy chiquitos.
"Mi marido se fue un día y me dejó con ellos, era militar, allá en Maipú, Mendoza, y tuve que salir a la calle a hacer lo que viniera... Así que imaginen", sugiere. No es fácil abordar ciertos temas, aunque no niega nada, ni lo oculta. "No tengo que rendirle cuentas a nadie, y con mis hijos hablé siempre de frente", explica al periodista que la conoce desde hace mucho tiempo.
"No me fueron fáciles las cosas. Mi mamá se llama Delia Susana, y a mi papá lo conocí mucho tiempo después. Ustedes lo conocieron. Un día se apareció en la puerta de mi casa y desde entonces lo amé". Félix Omar Villalba, "El Gato" -fallecido recientemente-, fue quizás el mejor futbolista nacido en estas tierras, y "Gata", de allí su apodo, reivindica con orgullo su condición de hija. "Vivió un tiempo aquí mismo", señala una habitación de su vivienda y no puede dejar de emocionarse. "Sufrió mucho en el final y yo también", agrega por si hace falta.

 

"Gata" boxeadora.
Cuando se la puede ver por allí, vestida "para matar", o simplemente con jeans y una remera, nadie imaginará que esta morochita es polifacética. "Cuando quedé sola con los chicos tomé un laburo de chofer de un abogado, algo 'delicado' él, y pude empezar a salir adelante. Fue una suerte de padre-tío para mí, y me ayudó muchísimo. Fue asesor del senador Omar Yoma, que es sobrino de Menem. Pasó que un día lo llevé al aeropuerto, y cuando volvía vi un cartel que decía 'boxeo femenino'. En esos días yo había visto por tevé a la 'Tigresa' Acuña y me dije ¿por qué no? Así empecé a entrenar en marzo de 2002 y realicé unas 20 peleas, hasta consagrarme Campeona Guantes de Oro de la Federación Mendocina de Box", cuenta y muestra recortes de diarios y revistas. Y completa: "Entrené con Osvaldo Corro, con Pablo Chacón, con Pajarito Hernández. Boxeaba, pero además de ser chofer, armaba empanadas y envolvía pollos en El Gavilán, un lugar muy conocido que todavía está".
Después decidió que era el tiempo del regreso y llegó a Santa Rosa buscando otros trabajos. "Empecé de moza en Barobar, pero como la dueña, Marcela, se daba cuenta de que me ponía muy nerviosa al atender, me pasó con ella atrás de la barra. Sólo tengo agradecimiento para esa gente", reconoce. Y sigue contando: "Después empecé de promotora, también me metí de guía en el coto de caza 'Nahuel Mapú', donde hoy estoy y son muy buenos conmigo. Soy una experta tiradora -se ufana-, pero no tengo ningún problema, después de cazar, en despostar los animales. ¿Si gano bien? Me alcanza para vivir y ayudar a mis hijos", dice.

 

"No rindo cuentas".
"¿Lo demás?" Si hay "demás" no lo dirá, no correrá el velo de lo que se comenta. "No tengo que rendirle cuentas a nadie", insistirá para no volver sobre el tema.
Pero no es todo, porque además contará que "bailaba árabe" y que ahora estudia inglés porque al coto "vienen muchos extranjeros y hay que estar preparada". La "Gata" se jactará de ser "una deportista. No fumo, no tomo y nunca anduve en el ambiente de las drogas. Me gusta la vida sana, esa es la verdad y lo puede decir cualquiera que me conozca".
¿Qué te falta? La pregunta la golpea. "Me falta un compañero... el amor, el amigo de todas las horas. Tengo miedo de quedarme sola", y no puede evitar que su mirada su nuble. Antes se había emocionado cuando habló de su padre, y ahora cuando se refiere a otro hombre. "De verdad, estoy enamorada, pero el tipo no se jugó. No es feliz, pero prefiere aguantarse esa vida y yo...".
Una mujer, una luchadora que no se rinde, que no se entrega y que sueña, como casi todas, con un hogar, un compañero, el amor. Sabe, no obstante, que uno está, al fin de cuentas, arrojado a la existencia como el héroe trágico griego, transitando los caminos más intrincados. Algunas ilusiones se concretarán, otras no, aunque uno no ahorre esfuerzos por alcanzarlas. Porque es, simplemente, la vida que nos toca.

 

La discriminación.
"¿Si a veces me discriminan? Sí, a veces siento eso. Días atrás estaba con un buzo grande, de jeans y zapatilla y mi prima Alicia Susana Estella, en realidad la hermana del alma que me dio la vida, escuchó que una señora decía que necesitaba una persona en su casa y le dijo que yo buscaba trabajo. ¡Sí, como no querida!, te espero mañana... y me dio la dirección", cuenta la "Gata".
Al día siguiente se arregló, se produjo "un poco", y cuando la mujer la vio desde adentro, "desde la ventana, sin abrir la puerta, me dijo 'no querida, ya tomé a alguien'. Fue evidente que no le gustó mi forma de vestir... qué le voy a hacer. Sí puedo entender a un hombre que por allí encuentro en el centro, al que a lo mejor vi en un evento un día antes, que no me salude porque va con su mujer", admite no sin cierta generosidad.
"Yo no tengo problemas en trabajar de lo que venga. Ahora mismo busco trabajo estable, en un geriátrico, en una casa de familia, en un comercio... Trabajé en la administración de una empresa varios meses y aprendí, aunque igual me quedaron debiendo. Me parece que me tuve que ir porque la mujer del dueño tenía celos", dice con naturalidad.
"Sólo quiero trabajar, trabajar mucho para que mis hijos puedan terminar sus estudios, con eso sueño. Pero pongan si quieren que aún espero el amor... ¿tan difícil puede ser?. Es cierto, alguna vez por las noches me asalta la tristeza, por no poder ver a mis hijos, por lo que no tengo, pero yo voy a seguir luchando, eso seguro", asegura.

 


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