Lunes 09 de junio 2025

Piden 8 años de cárcel para el boxeador "La Cobra" Muñoz

Redacción 17/06/2010 - 01.27.hs

El boxeador Leandro Luis "La Cobra" Muñoz podría pasar sus próximos ocho años en la cárcel. Al menos esa fue la pena que pidió ayer el fiscal Jorge Amado al acusarlo de dos robos y de dispararle tres tiros a un hombre que había requerido los servicios de su pareja. Ella, María José Peralta, también está imputada en ambas causas pero no fue juzgada oral y públicamente porque permanece prófuga. La defensa, en cambio, alegó por la absolución del púgil al considerar que no existen "pruebas concretas" en su contra.
El hecho principal ocurrió el 18 de febrero del año pasado en el barrio Los Fresnos. De acuerdo a la versión de la fiscalía, Eduardo Luis Blanco mantenía relaciones con Peralta en su auto Citroen, cuando apareció Muñoz y lo amenazó con un arma y le pidió dinero. Después le pegó tres tiros, dos en las piernas y el restante en un testículo. Cuando el hombre, debilitado por las heridas, se bajó del vehículo, siguió pateándolo en el piso. Al final, la pareja escapó con un maletín que contenía billetes.
Amado basó su relato en el testimonio que dio Blanco durante el juicio y, como contrapartida, descalificó la versión que ofreció el boxeador. Este admitió que estuvo allí "por las dudas", protegiendo a su mujer, que ejercía la prostitución, y que intervino cuando vio que era golpeada. Por eso le dio "tres o cuatro trompadas" a Blanco. También afirmó que la que disparó fue Peralta.
El fiscal remarcó que el informe médico fue claro sobre "la cantidad de golpes" que recibió Blanco, y que no se trataron de trompadas sino de culatazos con el arma, y ratificó que "La Cobra" fue quien tiró. Dijo que con Peralta actuaron en connivencia. Por ese hecho acusó a Muñoz de robo agravado por el uso de armas en concurso real con lesiones graves, delitos castigados con un máximo de 6 y 15 años de prisión, respectivamente. El concurso real es cuando cada uno de los hechos imputados es resultado de una acción diferente; se trata de hechos independientes entre sí.
El defensor Carlos Pérez Funes explicó técnicamente que "es imposible" que hubiera existido un concurso real y concluyó que existen "dudas más que razonables" para que Muñoz sea absuelto. Su alegato comenzó con una frase que dijo el imputado en el debate: "Por desgracia me enamoré de una prostituta; traté de hacerla cambiar de vida y no pude".
En la audiencia también afirmó que "las cosas sucedieron como dijo mi mujer", en alusión, de acuerdo a la defensa, a que Peralta lo obligó a que se hiciera cargo de los disparos. "¿Por qué, entonces, Peralta está prófugo, si con esa versión podía haber sido absuelta fácilmente? Porque ella fue la autora material de los disparos", sostuvo Pérez Funes.
Incluso manifestó que "es más fácil disparar a la entrepierna estando sentado al lado (de la víctima) que desde la ventanilla o abriendo la puerta".
El defensor pudo en duda el robo y que hubiera dinero en el maletín. "Blanco dijo que no preguntó cuánto le cobraría, ni supo si había pagado y tampoco cuánto dinero tenía encima -enfatizó-. Pudo ocurrir que tuviera 100 pesos, se los haya pagado por anticipado, tal como lo exigen las prostitutas, y ella se lo haya quedado. Además no había signos de deflagración de pólvora en las manos de mi cliente y tampoco rastros de huellas en el auto; pero sí de Peralta".

 

Robo simple.
El otro episodio investigado sucedió el 28 de abril de 2008 a un par de cuadras de la rotonda sur, al lado de una whiskería. La víctima, Clemente Oscar Muñoz, de 74 años, contó ayer que "cuando estaba por acostarme con una señorita" (Peralta), dos hombres ingresaron a su casa rompiendo la puerta y lo golpearon para sustraerle 3.700 pesos, armas (un revolver 22, un revólver Magnum 357 y un fusil Winchester), una caja de herramientas y cartuchos. "Todavía estoy traumado por el espanto que viví", aseguró.
El hombre -que ingresó a la sala con una gorrita de Ferro de General Pico- no reconoció a los asaltantes, no pudo asegurar que hayan usado armas y tampoco dijo que Peralta se fue con ellos. Un remisero declaró que Muñoz, Peralta y otro hombre (de apellido Ramírez, que está imputado pero aún no fue juzgado) se fueron juntos en el auto.
Un amigo suyo, Jorge Rusas, al testificar, contó que se fue de la vivienda para que se quedara con Peralta y que vio cómo cerraba la puerta con un candado. Además que la mujer expresó que "quería quedarse sola con Pocho".
La fiscalía, como no se demostró el agravante del uso de armas, solicitó que sea condenado por el delito de robo simple (de un mes a seis años de cárcel), y unificó ambas acusaciones en una pena de ocho años de prisión.
Pérez Funes descalificó el testimonio de Muñoz expresando que "se sabe que fue dueño de un cabaret", que "siempre estuvo vinculado al ambiente de la prostitución" y que no es usual que alguien de su edad mantenga contactos permanentes "con una mujer de 24 o 25 años".
Respaldó la versión del boxeador acerca de que aquél le pidió que mantuviera relaciones con Peralta delante de él y el imputado se negó. "Es posible que haya sido (Clemente) Muñoz quien sacó un arma de la mesa de luz cuando mi cliente no accedió a su pedido; la puerta quizá se haya roto cuando intentaron salir; y las armas se las entregó como permuta por algún favor", sostuvo el abogado. La sentencia se leerá el próximo jueves al mediodía.

 

"Estoy arrepentido"
"La Cobra" Muñoz nació en Bahía Blanca y en julio cumplirá 26 años. De acuerdo a su defensor, esta situación -permanece detenido- le hizo perder chances de pelear en el exterior. En realidad ya compitió una vez fuera del país. Fue el 4 de febrero de 2008, en la ciudad uruguaya de Punta del Este, donde perdió por nocaut en cuatro asaltos ante Cristian Faccio. Esa fue la última vez que subió a un ring. Después vinieron los presuntas robos, las imputaciones y el juicio. Muñoz combatió profesionalmente en 11 ocasiones. Ganó 7 peleas (cuatro antes del límite), perdió 3 y empató la restante.
Ayer, cuando el presidente de la Cámara en lo Criminal 2, Abel Depetris, le pidió que se ponga de pie y le otorgó la última palabra, él dijo: "Estoy totalmente arrepentido de los errores que cometí. Quiero una oportunidad para una nueva vida, y para disfrutar de mis hijos".

 

Una curiosa interpretación
Peres Funes hizo una interpretación por lo menos curiosa durante el alegato a favor de Muñoz. Sostuvo que con el paso del tiempo "los médicos se muestran insensibles incluso ante la muerte", como consecuencia del ejercicio de la profesión; pero que en cambio con los abogados ocurre al revés. "Con el transcurso de los años y habiendo visto tantas miserias humanas, nos reblandecemos y eso es bueno para el alma, porque nos lleva a ejercer la defensa con pasión y a ponernos en la piel del imputado".

 


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