Martes 10 de junio 2025

Con 122 años de historia, cierra "Galeno Gamma"

Redacción 29/12/2011 - 03.39.hs
Santa Rosa va cambiando, lentamente, su fisonomía. En algunos casos porque bajo la piqueta caen antiguas construcciones, en otros porque añejos comercios van dejando de ser para dar paso a otras expresiones, a veces más suntuosas, quizás innovadoras. Se conservan a duras penas vestigios del pueblo que fue, en aras de la modernidad de una ciudad que, en sus designios de progreso, pareciera pretender cambiarlo todo, aunque haya resistencias.
Alguna vez fue El Centenario, más atrás en el tiempo El Itapé, los viejos almacenes de ramos generales de Tierno o de Torroba; las peluquerías de Tito Peralta y de Domínguez. Uno a uno fueron desapareciendo, y quedaron en la bruma del recuerdo. Marcas indelebles de los santarroseños que añoran aquellos tiempos pueblerinos.
Ahora le tocó a la Farmacia Galeno Gamma, en el final de una historia que comenzó nada menos que en 1889. Fue cuando Pedro Médici -que habría sido enfermero en la campaña de Julio Argentino Roca-, decidió instalar una botica en Carhué, provincia de Buenos Aires, a partir de un botiquín que le había quedado de aquella gesta.

La primera.
Sólo unos pocos años después -en 1892, época fundacional de Santa Rosa-, decidiría instalarse por aquí. A Farmacia Médici, primera farmacia santarroseña, le habría de seguir, muchos años después, la "Farmacia del pueblo", de Armando Marchisotti.
En 1955 abrió sus puertas la Farmacia Galeno, en calle Pellegrini, frente a lo que fue el Palacio de Justicia, y en 1969 se fusionó con la Gamma, en la esquina de Quintana y Avellaneda. Han pasado 42 años, y desde entonces nos acostumbramos a ver en esa esquina tradicional el cartel que identifica a la "Galeno Gamma". En aquella Farmacia Galeno, cuyo propietario era Osvaldo Pedro Cazaux, rondaba un chiquilín que oficiaba de cadete. Era Roberto, el hermanito menor que alguna vez soñaría con ser abogado. En 1961 se hizo cargo del emprendimiento, y en 1964 se habría de producir el fallecimiento de su hermano y la vida -como suele suceder, caprichosa- lo llevó definitivamente para otro lado. Y aunque fue empleado durante 12 años de la Justicia Federal, habría de encontrar en la condición de farmacéutico, su destino. Con Leila Cazaux, y con Rosa Victoria García -farmacéutica-, habrían de constituir desde ese lejano 1969 una sociedad que se mantuvo en el tiempo. Hasta hoy, en que se dispone el cierre definitivo.

 

El remate, el final.
Han transcurrido 122 años de historia, jalonados de esfuerzos, de sacrificios, de momentos felices y de los otros, los que supieron determinar los avatares de nuestra controvertida economía. Roberto confiesa estar "enojado" por la situación, aunque a uno se le pueda ocurrir que podría estar triste, por más que refiera que tendrá, de aquí en más, "una vida más tranquila".
Mientras el martillero hace su trabajo, rematando los mostradores, las estanterías, la balanza, y hasta los exhibidores, en un acto concluyente y lapidario, Roberto habla, con ese tono pausado y breve que lo caracteriza.
Y dice que "los gastos operativos", como los define, fueron cambiando la ecuación económica, y obligó a este final. Desde el primer día del 2012 la Farmacia Galeno Gamma pasará a ser sólo recuerdo, y la vieja residencia, con sus paredes antiguas y sus enormes ventanales muda evidencia de un tiempo que ya fue. Arriba de todo el edificio la efigie del león, y la ornamentación de época, los que todavía miran para arriba, buscando algo distinto en esta masa de cemento y construcciones elevadas se verán conducidos, inevitablemente, a la añoranza.
Los hijos de Cazaux y Marta Aguilar, Fabián y Erica, continuarán con la costumbre -ambos son farmacéuticos-, y los padres seguirán ligados -"como cadete aunque sea", sonríe por primera vez Roberto- a lo que fue toda su vida. Aunque la Galeno Gamma ya no esté más, definitivamente.

 

Advierten por edificio histórico
La Secretaría de Cultura y Derechos Sociales de la Municipalidad informó que hay edificios históricos que están protegidos por ordenanzas, ante las serias posibilidades de
que se modifique irreversiblemente la estructura de la esquina de Quintana y González, por un nuevo uso o nuevos inquilinos.
Desde esa dependencia se indicó que "ante el inminente cierre de la histórica farmacia Gamma Galeno, la Secretaría de Cultura y Derechos Sociales de la Municipalidad de Santa Rosa recuerda que el inmueble forma parte del Inventario de Inmuebles de interés arquitectónico y natural aprobado por Ordenanza N° 936/91".
"En consecuencia se encuentra protegido por la citada norma, de modo tal que, en caso que su nuevo uso contemple cualquier alteración del aspecto exterior del edificio, deberá ser comunicado y consultado al área competente de la Municipalidad, quien a su vez dará intervención a la Comisión Municipal Honoraria de defensa del Patrimonio Arquitectónico y Natural de la Ciudad, creada por Ordenanza N° 643/89".
La Farmacia Gamma o históricamente "la Médici", fue fundada por Pedro Médici y su esposa Carolina Beanatte hace 122 años, es un edificio emblemático de nuestra ciudad porque aún conserva su fachada original con el león y está emplazada en la que fue la antigua calle de las corporaciones. Se trata de un bien cultural de valor patrimonial que hace a la identidad de los pampeanos, su alteración dañaría irreversiblemente estas cualidades intangibles.

 


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