Una licitación cuestionada y un monumento al diputado
Algarrobo del Piche, abril de 2012
Estimao Señor Diretor:
Taba cumpliendo unos trámiteadministrativo en la Comisión e Fomento cuando la casualidá miso presenciar lapertura diauna lisitasión bastante cuestionada por loj vesino diAlgarrobo el Piche. Risulta quel Presidente de la Comisión -Pato Criollo, le dicen- sigue con su fobia arborícola y desidió voltiar larboleda dientrada al pueblo, justo pal lao del sulkódromo que piensa inaugurar pa las generasione futura. Bueh, donde va que acuando siasel análisis dioferentes quedaron ajuera algunos de los más reputados hachadores de la localidá... Uno porque caresía e garantía, otro por que esedía el límite etario (¿?), otro porque no tenía antecedente comprobables... La cuestión es quial final quedó uno solo, un paisano que nues del pago y que pidió una temeridá por el trabajo, algo así como diez vese lo que pedían loj otro. El diálogo quescuche jue mas o menos así:
_Bueno, las recomendaciones... quiero decir los elementos que usté presenta son suficientes, pero esta Comisión e Fomento no quiere dejar la menor duda de favoritismo a nadie, por eso son muy importantes los antecedentes ¿usted los tiene?
_Claro...
_¿Y dónde hachó antes?
_En el Sahara, en Africa...
El presidente e la Comisión e Fomento quedó con la boca abierta pero atinó a desir:
_Ahora nuay árboles...
_Tiene razón... El trabajo es suyo. Voltee cuanto guste, quiero decir: cuando guste.
Todos nos quedamos mirando al hachador solitario quesiba cuando, al llegar a la vereda, siarmó un tumulto y vimos quel vivienterío siamontonaba detrás diunos que traían asujetao a una especie diombre de las cavernas, sejijunto y casi al frente, que miraba pa todas partes entre el susto yel enojo. Neso salió el Presidente e la comisión, me vio y me dijo:
_Venga, Ventimilla, que esto le puede interesar. Traen un ejemplar de una especie que se creía extinguida: el homus intendentus intolerantus... lo encontraron en los montes cerca de Victorica. A usté le puede interesar como periodista...
Señor diretor, apenas la criatura oyó esas palabras se puso a saltar en mi diresión mostrando los colmillos mientras gritaba:
_Bundolo, bundolo, periodista, golpear, pegar... _mientras gruñía amenazador.
Yo ya había manotiao el verijero cuando, por suerte los que lo traían lo sujetaron y llevaron adentro. El presidente me dijo a modo e disculpa:
_No sé, pero hay algunas palabras que lo enojan...
_Sí -me contestó preocupao- en realidad no sabemos si mandarlo al museo de La Plata, ponerlo en una comparsa en el carnaval que ya está ensima o, quien le dice, buscarle algún puestito comunal... en fin, ya veremos.
Ya enfilaba pa mi rancho cuando me para uno que cuida los olivos, el olivero que lo nombran.
_Ventimilla -me dijo- ando juntando bronce pa un monumento al diputao, personaje olvidao injustamente pero sacrificao hasta las lágrimas por los intereses de todos. Muy por encima de cualquier otro miembro de la sosiedá, incluidos los maestros, que tienen tres mese sin hacer nada. Diacuerdo a la cantidad de metal será el tamaño e la obra queinmortalisará a esos tíos de la provincia.
Yo, señor diretor, que tengo un muy buen ricuerdo de losque menseñaron los número y las letra, nuestuve diacuerdo, pero me limité a desirle:
_Disculpe, pero nel rancho launica canilla que tengo es de plástico.
Esperando que siga con salú me despido de usté.
SSS
Inosensio Ventimilla
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