Encuentran menores, pero no cierran los boliches
Los funcionarios responsables de las habilitaciones comerciales y los controles en los locales nocturnos de la ciudad acusaron ayer a los propietarios de los boliches bailables de no colaborar en el cumplimiento de las normas que restringen en acceso de menores de 16 años a esos locales y la venta de bebidas alcohólicas a los de 17 que lo hacen con autorización de los padres. Afirmaron que las actitudes transgresoras de los chicos son alentadas por los empresarios de la noche, lo cual contribuye para que se eludan los controles que ejercen los inspectores.
Ayer a la tarde, LA ARENA dialogó de la problemática con el secretario de Desarrollo Local, Mauricio Márquez; la directora de Sanidad y Control de Actividades Económicas, Daniela Bejar; y el subdirector de esa misma repartición, Claudio Jelabert. La entrevista se produjo a un mes del supuesto caso de abuso sexual del que habrían sido víctimas dos adolescentes de la ciudad que asistieron a un boliche céntrico.
El domingo 8 de abril, dos adolescentes de 16 años que asistieron a Babilonia, en la calle Pellegrini, entre Juan B. Justo y Roca, habrían sido violadas por uno de los propietarios y un relacionista público del local nocturno. El jueves, en una rueda de prensa, los familiares de las menores de edad, sus patrocinantes legales y un grupo de ONGs de la ciudad denunciaron una serie de fallas en el accionar de distintos organismos públicos, entre ellos, el municipio de Santa Rosa.
¿Cuál fue la queja? Una de las madres de las chicas acudió con los otros padres al Juzgado de Faltas para pedir que el boliche fuera cerrado por la denuncia penal presentada contra su dueño. El titular de la repartición, Sergio Gustavo Martínez, les manifestó que no tomaría ninguna medida al respecto.
Los funcionarios aseguraron que la Justicia, en caso de acreditar la denuncia, tiene facultades para ordenar una clausura. En cuanto al municipio, Jelabert aseguró que esa noche no hubo inspectores en Babilonia. Márquez explicó que desde que asumieron en el cargo sumaron cinco inspectores más al cuerpo estable de la Dirección de Sanidad, que ahora cuenta con un plantel de once empleados para las inspecciones en locales nocturnos.
Explicaron que los controles son aleatorios, es decir, se realizan sin previo aviso en comercios al azar. Afirmaron que es común que se detecten menores en el interior de los boliches, los cuales son abordados por el inspector, quien les solicita el DNI para constatar su edad. Cuando no lo tienen, los empleados comunales labran un acta de infracción al local, la cual es derivada luego al Juzgado de Faltas, ente encargado de aplicar la sanción prevista por la normativa local, por lo general, una multa.
"Se controla que no haya menores en el interior, que se respete la capacidad del edificio, que no haya venta de alcohol a los chicos (de 17 años que asisten con autorización de los padres) y que no se comercialicen las bebidas en envases de vidrio, entre otras cosas", explicó Márquez. La política actual es que los inspectores no deben colocarse en la puerta del local, sino ingresar al interior y recorrerlo.
Jalabert aseguró que los porteros de los boliches no piden el documento en el ingreso, lo cual contribuye a que los menores violen la restricción. En algunos casos, los propios chicos han relatado a los inspectores que en el ingreso de los locales les advierten de la presencia de los inspectores en el interior y les recomiendan volver más tarde, cuando los agentes públicos ya se retiraron.
Esa situación, junto con la actitud transgresora de los chicos, que muchas veces acuden con el documento de identidad adulterado o con otro, perteneciente a un mayor, atentan contra la efectividad de los controles.
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