Comenzó el juicio por el crimen de "Pajarito" Feraude
"Alvarez estaba encima de Feraude metiéndole una puñalada", dijo un testigo. Otro, que ratificó esa versión, agregó: "Le tiró como ocho puñaladas, pero no sé cuántas le pegó".
Con esos testimonios altamente incriminatorios, ayer comenzó en el Tribunal de Audiencia el juicio oral y público contra Gastón Víctor Alvarez (25 años), alias "Tiqui", por el homicidio de Abel Eduardo Feraude (51), apodado "Pajarito", ocurrido el 17 de mayo del año pasado a las 22 en Mitre y Roque Sáenz Peña, en la plaza central de Toay.
Alvarez, después de dar sus datos personales, adelantó que recién declarará cuando pasen todos los testigos. Eso podría ser hoy. No obstante, le será muy difícil revertir lo que contaron Martín David Crespillo, un remisero de 25 años, y un menor de 16 años que vio todo muy de cerca.
Este último dijo ante los jueces Carlos Besi, Carlos Mattei y Miguel Gavazza: "Yo estaba en la vereda de enfrente, en la puerta de un supermercado. Pajarito estaba en un quiosco y Tiqui lo esperó afuera. Primero pensé que estaban jugando, pero empezaron a discutir. Alvarez le pegó una piña y sacó algo de la espalda. Ahí empezó a apuñalarlo con un cuchillo de 30 o 35 centímetros de hoja".
Por sus conocimientos de carnicería, el menor remarcó que "Alvarez tenía tomando el cuchillo al estilo calabré. Estaba arriba de Pajarito. Le tiró como ocho puñaladas, aunque no sé cuántas le pegó. Después salió corriendo mirando para atrás, se escondió en una planta y cuando salió y siguió caminando ya no tenía el cuchillo".
Un detalle: el imputado no estuvo en la sala cuando se escuchó esa declaración. ¿Por qué? Porque el fiscal Carlos Ordás lo pidió expresamente ya que el menor había denunciado que fue amenazado. Por eso un familiar suyo presenció el testimonio.
"Le faltaba un dedo".
Crespillo tampoco dejó dudas sobre la autoría del hecho: "Salí a la calle para hacer un viaje y vi a Alvarez encima de Feraude metiéndole una puñalada. Yo estaba a 30 ó 40 metros del lugar. ¿El cuchillo? Era grande".
El joven confirmó que vio a Tiqui esconderse detrás de una planta y salir caminando sin el arma, y acotó que la esquina estaba bien iluminada. Cuando se acercó a la víctima, observó que "le faltaba un dedo y sangraba mucho por el cuello".
Los otros dos testigos de la jornada fueron Matías Iemolo, un trabajador rural de 22 años que conocía a Alvarez, y Carlos Miguel Iturbide, un carnicero de 44 que trabajaba en el supermercado ubicado enfrente de donde se produjo el homicidio.
Iemolo relató que vio a Feraude en el piso, pero no a quién lo mató. "No identifiqué a nadie", reiteró en un par de ocasiones. Cuando se acercó a la víctima, escuchó a un remisero y a un carnicero decir "Tiqui lo mató". Para él, el lugar tenía poca luz.
Por su parte, Iturbide estaba limpiando la carnicería del supermercado y salió disparado porque escuchó gritos. "Me dijeron que (a Feraude) lo habían apuñalado y que había sido el que se iba caminando por la plaza, Titín o Titino Alvarez" (sic).
Lo que aún nadie supo decir cuál fue el motivo que desencadenó el crimen. ¿Se sabrá?
Intento de homicidio: 5 años
Héctor Juan Ferrero, de 26 años, fue condenado a cinco años de prisión porque intentó matar a María Antonia Bravo, de 92, el 5 de noviembre pasado en Eduardo Castex. El hombre le efectuó tres disparos, a corta distancia, con un revólver calibre 32 largo. Dos impactaron en la zona craneal occipital y el restante en la frente porque la víctima giró su cabeza.
La sentencia fue dictada el lunes por la jueza María Mónica Rivero, en un proceso donde actuaron el fiscal Mauricio Piombi y el defensor privado Jorge Tanus Mafud. La magistrada dio por probado que a Ferrero cabía aplicar la figura penal de homicidio simple en grado de tentativa.
Aquel día, a la noche, el imputado ingresó a la casa de Bravo, con quien tenía trato porque realizaba trabajos de jardinería, para pedirle si le prestaba unas herramientas. Cuando la mujer fue a buscarlas a un depósito, Ferrero sacó el arma y le tiró, causándole heridas graves. Después se subió a su moto y escapó, sin llevarse nada.
Artículos relacionados