Utelpa denunció persecución
La Utelpa salió ayer a repudiar una medida del Tribunal de Disciplina del Ministerio de Cultura y Educación (MCE) a la cual consideró persecutoria. En un parte de prensa, el sindicato denunció que la cartera educativa inició una investigación que pone la lupa sobre los trabajadores que se desempeñan en cargos directivos y que adhirieron a las últimas huelgas haciendo uso de su derecho constitucional. "Es repudiable y hasta cuestionable judicialmente", dijeron.
"La huelga es un derecho concedido constitucionalmente a los gremios, y a través de ellos a los y las trabajadoras. Utelpa repudia algunas resoluciones tomadas por el Ministerio de Educación que devienen en persecutorias principalmente dirigidas hacia quienes se desempeñan como directores/as de colegios", reza el comunicado.
El gremio aseguró que el correcto ejercicio del derecho de huelga no debe ni puede acarrear sanciones perjudiciales de ningún tipo, ni engendrar, por lo tanto, responsabilidad de cualquier índole para los y las trabajadoras.
"Es esencial el respeto del derecho de huelga, consagrado en el artículo 14 bis de nuestra Constitución Nacional, considerado éste como la protección necesaria para los y las trabajadoras y dirigentes sindicales; cualquier aplicación contraria significa la negación del mismo", concluye el texto.
Mabel García, secretaria adjunta de Utelpa, en diálogo con LA ARENA reveló que entre el fin de semana y lunes varios directores y vicedirectores de establecimientos educativos recibieron en sus domicilios cédulas de notificación en las que el Tribunal de Disciplina los convocó a realizar declaraciones testimoniales sobre hechos ocurridos en los establecimientos en los días de paro.
"El director y el vice son trabajadores y tienen todo el derecho a adherir a una medida de fuerza", aclaró. Explicó que los directivos que adhieren a las medidas de fuerza, el día de la huelga, asisten a la escuela para abrir las puertas en función de garantizar que los docentes que no adhieren puedan trabajar. Dijo que el directivo firma un acta donde expresa que adhiere y regresa a su casa, para retornar a la hora de cierre.
"Entendemos que esta es una medida que quiere sentar un precedente de no concebir al director como un trabajador", afirmó García.
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