"El Chavo del 8" llegó al Lucio Molas
La sonrisa es la llave para mejorar la calidad de vida de los pacientes más pequeños que se encuentran hospitalizados en distintos centros asistenciales del país. Y Luis Di Stefano, vestido de "El Chavo del 8" realiza esa tarea con gran satisfacción, como un complemento a la medicina, en momentos complicados.
"Hago esto para alegrar a los niños que se encuentran internados en hospitales en las distintas provincias argentinas. Estoy feliz por estar ahora también en La Pampa, es un trabajo que realizo desde hace años con el apoyo de la gente", manifestó Luis a LA ARENA.
Ayer, el hombre de 41 años visitó entusiasmado un centro asistencial más en su carrera por todo el país, con el solo objetivo de hacer más llevaderos aquellos momentos complicados para los chicos. Estuvo en el hospital Lucio Molas de Santa Rosa y agradeció a los directivos que le permitieron el ingreso.
"Desde los siete años que ando en la calle y me siento identificado con 'El Chavo', y lo utilizo en estas actividades en comedores infantiles, asilos de ancianos y escuelas especiales. Soy una herramienta para personas que trabajan todo el día, no tienen tiempo y confían en lo que uno hace", explicó.
Feliz.
Además, en un pasillo del hospital local y después de hacer reír a un grupo de niños que esperaba ser atendidos en la sala de Guardia Pediátrica, Luis comentó: "Me siento muy feliz porque siempre hay una respuesta positiva de los chicos y sus familiares, y la gente se alegra, es gratificante ver la sonrisa de un niño".
"El Chavo", o Luis, también realiza campañas solidarias para colaborar con niños y niñas que padecen cáncer, parálisis cerebral u otra enfermedad y hasta para conseguir un medicamento de alto costo, como sucede en muchos casos en la situación actual del país. Además de esto, aporta sonrisas, diversión, juegos y mucho cariño que ayuda.
Solidario.
"A estas tareas solidarias las hago hace diez años, visitando asilos de ancianos, comedores infantiles y a toda la gente que necesita que uno le dé una mano. Yo, como los payamédicos, tratamos de estar en el estado anímico de los chicos para mejorarlo ya que ahí lamentablemente no pueden entrar el médico", siguió.
Por otro lado, contó que en una oportunidad en un hospital de Mendoza una doctora lo llevó a Terapia Intensiva para que vea a un niño. "Estaba anímicamente mal, lo habían operado del corazón, no quería que se acerquen los padres, las enfermeras, nadie y yo con un poco de experiencia pude revertir esa situación", agregó Luis quien se presenta como "el único imitador" de Chespirito -el actor Roberto Gómez Bolaños- "sin fines de lucro".
Dos casos.
Luis también comentó, evidentemente emocionado, el caso de dos chicos que lo marcaron. Uno de ellos ocurrió en Salta. "Hay casos de niños que se hicieron ángeles como Gaspar, que debía ser intervenido quirúrgicamente y un día antes de partir decía que era su mejor amigo. Hice todo lo posible para ayudarlo a él y a su madre, para conseguir una válvula mitral derecha, le tenían que hacer un transplante pero no aguantó la operación y partió", explicó.
Recordó también el caso "más trascendente" que tuvo repercusión nacional. Se trata de Maxi, un nene que ya tiene 7 años pero cuando tenía seis meses tuvo la quemadura del 80 por ciento de su cuerpo. "Hasta llegó a conocer a Marcelo Tinelli en Ideas del Sur como él quería. Por suerte pudo salir a flote, se le hizo la reconstitución de un brazo y el gobernador de Salta le está remodelando la casa para sus cuatro hermanitos también", cerró.
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