Una fiesta por el Día del Trabajador

El casco del Establecimiento "Don Angel", un predio rural ubicado a poco más de tres mil metros de la ruta provincial 18, se vistió de fiesta ayer para conmemorar El Día del Trabajador. La tradicional celebración, que religiosamente se lleva a cabo cada 1° de mayo, se vio amenazada por momentos por una fina garúa que afortunadamente no opacó el normal desarrollo del evento. Y allí estaba él, Rodolfo Isidro Bianco, conocido popularmente como "Rolo", el dueño y señor del campo, que se movía de un lado a otro para saludar a los casi 800 invitados, y que a todos recibía con una enorme sonrisa, un fuerte apretón de manos y una frase en el final: "¡gracias por venir, feliz día!".
Mientras tanto, los colaboradores se encargaban de ultimar detalles para que a nadie le faltara nada y que todos se sintieran cómodos. Así fue como de a poco -minutos antes del mediodía- fueron llegando los comensales, algunos con sus familias numerosas, que se iban ubicando en inmediaciones a la casa de "Rolo" -una edificación acorde a un establecimiento rural de La Pampa- donde había mesitas y sillas; otros iban cerca del galpón, que ayer se vistió de comedor y albergó a la gran mayoría de los presentes. Sin embargo algunos prefirieron posarse debajo de los árboles o a metros de las parrillas donde se asaba la carne y mientras tanto aprovechaban para fotografiar el momento. En fin, todos fueron refugios suficientes para escaparle a las finas gotas que caían y que por momentos llegaron a molestar a más de uno, pero que con el correr de los minutos pasaron desapercibidas. Y no era para menos, si lo importante fue el motivo por el cual se reunieron todos. Imagínese -estimado lector- una fiesta popular donde todos celebraron "su día" y donde la regla máxima de la casa es no diferenciar partidos políticos, costumbres, ni religiones.

Un poco de historia.
A centímetros de un viejo ejemplar de caldén, que es una institución del establecimiento rural y del cual algunos conocedores aseguraron que tiene alrededor de 800 años (aunque un francés sostuvo que era milenario), "Rolo" Bianco se sentó a dialogar unos minutos con LA ARENA, y allí dejó claro que sus gustos son sencillos y recordó brevemente como se originó la celebración de El Día del Trabador en "Don Angel". Lo que en un principio fuera una reunión entre amigos que se juntaron un 1° de mayo para comer un asado fue creciendo con los años, y vaya si ha crecido, porque "Rolo" ya no se recuerda exactamente cuántos años transcurrieron desde aquella primera vez: "no me acuerdo si fue hace 15 ó 17 años, pero primero nos juntamos entre amigos o gente conocida, que después trajeron más amigos y así se fue haciendo más grande", dijo el anfitrión y contó además -como si fuese algo de todos los días- que para esta ocasión él solo se encargó de "conseguir el novillo, comprar los costillares, los chanchos que se consumen son de acá del campo -aclaró- y después es todo obra de quienes colaboran con muchas ganas, imagináte que se hicieron cien kilos de masa para tortas fritas y cien docenas de pasteles. Y todos los que ayudan lo hacen de corazón, son todos amigos de Ataliva Roca", relató Bianco. En este sentido fue recordando anécdotas y momentos de fiestas pasadas en las que -como ocurrió ayer- recibió la visita de funcionarios provinciales y de municipios cercanos al campo: "pasa que yo no hago diferencia. Y la idea es festejar el Día del Trabajador. Ricos, pobres, somos todos iguales", dijo entre risas y sostuvo que "acá lujos no hay". La alegría lo desbordaba, se le notaba en el rostro y -ya con ganas de continuar saludando a sus invitados- con una gran sonrisa sentenció "no quiero gente sin ánimo". Luego de eso se levantó y continuó saludando y disfrutando de la presencia de la gente.

Gran organización.
Como quedó dicho, para la ocasión, Rodolfo Bianco puso a disposición de los presentes casi 400 kilogramos de carne, pasta para tortas fritas, cien docenas de pasteles, pan, vino, gaseosas, embutidos, todo. Abrió las puertas de su casa, con lo que ello significa hoy en día y desató una fiesta que ya podría decirse que es provincial, porque hasta "Don Angel" llegan personas de varias localidades pampeanas. Y claramente para hacer esto necesitó de una organización previa. Por este motivo, Bianco reconoció el trabajo de cada una de las personas que lo ayudan año a año para que todos sus visitantes se sientan a gusto, y aprovechó para agradecer a aquellos a los que llamó "mis amigos", entre ellos asadores, los encargados de preparar las ensaladas, de cortar las tortas fritas, de hacer los pasteles, aquellos que hicieron de mozos, a los músicos, cantores, payadores, a la banda del Ejército, a su fotógrafo y camarógrafo (contratados para inmortalizar la jornada), y al grupo de Scouts "San José". En fin, a todos los que trabajaron justo en El Día del Trabajador y que alegraron el corazón de las personas que fueron hasta el campo.

Aplausos.
Como ocurre en cada asado, el momento más emotivo fue cuando el grupo de asadores y "Rolo" cortaron el novillo con cuero frente a la mirada de todos. Los asadores -de primer nivel, por cierto- iniciaron los preparativos con poco más de doce horas previas a que se sirva el almuerzo. El equipo integrado por los hermanos Maximiliano y Gustavo Fernández y Maximiliano Klundt (los tres de Ataliva Roca), se había sometido a las altas temperaturas de las brasas y de los troncos que ardían desde las 2.30 de la madrugada. Ni hablar que se ganaron cada uno de los aplausos, ya que los muchachos asaron cuatrocientos kilos de carne, destacando sobre todo que tuvieron la difícil tarea de hacer el novillo con cuero -que por cierto resultó muy sabroso-. Además demostraron no ser ningunos improvisados, ya que trabajaron con varios metros de parrilla, donde colocaron diversos cortes de carne de vaca, de potro, y de cerdo. A la par, se asaban los chorizos. También emplearon varias cruces de hierro que estaqueadas al suelo presentaban sus respectivos costillares y el gran armazón que sostuvo por muchas horas a los 250 kilos de novillo con cuero y que se robó los flashes de todas las cámaras.